00:00
00:00
00:01
ប្រតិចារិក
1/0
Buenos días, personas que nos visitan, hermanos. Damos gracias a Dios porque nos da la oportunidad una vez más de estar juntos y en armonía. Hoy tendremos la oportunidad de estar viendo la cuarta prédica de la serie Maravillosa Gracia y hoy vamos a estar viendo semejantes a Cristo. Decía el pastor John MacArthur con relación a Cristo, nuestra salvación comienza con él nuestra santificación progresa con él y nuestra glorificación termina en él vamos a orar padre bendito dios eterno te damos infinitas gracias porque tú eres bueno y para siempre es tu misericordia gracias señor porque tú nos concedes el privilegio de estar nuevamente delante de tu presencia nosotros venimos en arrepentimiento, en humillación, suplicándote que tú te hagas presente en medio nuestro. Señor, nosotros queremos ser semejantes a Cristo. Nosotros queremos ser semejantes a ti. Nosotros queremos que seas tú quien obres en nuestras vidas. Permite que cada persona que ya te conoce pueda crecer en gracia y en sabiduría para contigo. Señor, y si aquí hay alguien que todavía no te conoce, que tenga el privilegio de ser uno de tus hijos. Que sea esta una mañana donde tu santo espíritu se pasee libremente en medio nuestro y nos traiga convicción de pecado, de justicia y de juicio. Alabado y glorificado sea tu santo y bendito nombre, en el nombre precioso de Cristo Jesús. Amén y Amén. La semana pasada vimos cuando estábamos muertos como dice la palabra de Dios que nos dio vida juntamente con Cristo. Hoy veremos en Efesios, vamos a Efesios capítulo 2 los versículos 6 y 7. Efesios 2 versículos 6 y 7. Dice Efesios 2, 6 y 7. Y juntamente con él nos resucitó y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Cuando nosotros vemos, cuando éramos jóvenes, muchos de nosotros tenía la esperanza, cuando estábamos en la high school, nos hicimos ilusiones, nos hicimos ilusiones con relación a la carrera que habríamos de emprender si es que podríamos ir a una universidad. Si queríamos ser ingeniero, esa persona se visualizaba caminando con una regla T en la mano derecha, los planos enrollados debajo del brazo izquierdo con un casco protector con el título de ingeniero, ponte un nombre ahí fulano de tal, o caminando en un centro comercial con el uniforme de militar o piloto. Pudiera ser también caminando horondo con una bata blanca en un hospital con un estetoscopio en el cuello. También pudiera ser desfilando, acompañando a un niño como jugador de un equipo de soccer a nivel de un mundial. Cada uno tenía una u otra ilusión. Pero de seguro, de seguro, nadie piensa en la gran cantidad de libros, horas, prácticas, malas noches, desvelos, situaciones desagradables, angustias, ambientes, olores desagradables con que se encontrará en la realidad en cada oficio, en cada carrera, en cada profesión o en cada deporte. Cada uno pensó en lo maravilloso de lo que yo quería hacer, pero nadie pensó realmente con lo que se podía encontrar en la realidad. Lo mismo pasa en el cristianismo. Venimos a los pies de Cristo no porque quisimos, sino porque el Señor nos trajo. Ninguno de los que estamos aquí creemos en Cristo al día de hoy puede decir con limpia conciencia, yo andaba detrás del Señor mentira. Nosotros, cada uno de nosotros le huimos y éramos corredores de velocidad para huirle a Cristo. Si pudiéramos tener un avión que rompiera la barrera del silencio para nosotros irnos y que Él no nos encontrara, eso hicimos tú y yo, y lo sabemos. Él nos buscó a nosotros, Él nos encontró a nosotros. No obstante, miramos nuestra nueva vida como creyentes con una óptica distorsionada. Queremos ver en el evangelio lo que queremos o quisiéramos. Y miren que interesante. Una vez en Cristo, entonces queremos ver en el cristianismo lo que quisiéramos o lo que quisimos en un pasado. Queremos vivir un evangelio a bíblico, o sea, un evangelio donde no esté la Biblia. por eso nosotros le pedimos siempre al señor que en esta iglesia nos de la oportunidad siempre siempre de mencionar su palabra y de predicar por su palabra el día que eso no pase que nos saque de aquí el día que eso no pase que para hacerle un bien a la iglesia nos saque de aquí porque le vamos a hacer un daño a la iglesia Entonces estamos, nosotros queremos oír un evangelio a bíblico, un evangelio que no tenga nada que ver con la biblia, donde a mí se me entretenga, donde yo esté tranquilo, donde yo oiga lo que yo quiero oír. No un evangelio bíblico. Esos somos nosotros después de creyentes. Empezamos a darle un toque óptimo romántico a la vida cristiana. Empezamos a querer ver cosas optimistas, oír del romance con el evangelio. Falsamente aprendemos que somos rambos espirituales. Falsamente aprendemos que somos rambos espirituales, que tenemos el poder en nosotros para enfrentar las adversidades. De ahí las expresiones que oímos mucho en evangélicos, yo decreto, yo declaro, yo reprendo, etcétera, etcétera. Hay un rambismo en el evangelio al día de hoy. Evangélicos que creen que son Rambo, que pueden desafiar las potestades espirituales del demonio. Cuando realmente nuestra vida, dice la Palabra de Dios en Colosenses 3, está escondida con Cristo. Nuestra vida está escondida con Cristo. No aparece en la Palabra de Dios diciendo que nosotros somos el escudo de Cristo y que nosotros somos los que defendemos a Cristo. Todo lo contrario. Dicen nuestra vida está escondida en Cristo. ¿Qué quiere decir eso? Que él nos protege. ¿Qué hizo con Moisés cuando estaba en el monte? Lo puso en la endija de una roca para que viera sus espaldas, para que viera la espalda de la gloria de Dios. Porque dijo, no hay hombre que pueda verme a mí y que permanezca vivo para siempre. De manera de que ninguno de nosotros estamos como yo soy la defensa de Dios, yo soy el escudo de Dios, yo soy quien defiende a Dios, todo lo contrario. Somos hombres débiles, somos mujeres débiles las que son mujeres y Dios nos defiende a nosotros. Dios nos defiende a nosotros. No somos rambos espirituales. Al día de hoy se nos enseña que somos rambos espirituales, que desafiamos las potestades. Aprendemos a conveniencia y en ignorancia que como creyentes el sufrimiento no es para nosotros. Oigan bien, esa es la filosofía del cristianismo moderno. El sufrimiento no es para el creyente. Eso no es para nosotros. Nosotros vemos realmente como la palabra de Dios si nos habla claramente acerca de cómo nosotros vamos a vivir. Dice el Señor a los suyos, en el mundo tendréis aflicción. Eso dice Juan 16, 33. En el mundo tendréis aflicción. ¿A quién se lo dice? A los suyos. Tú eres un cristiano, tú eres un hijo de Cristo. ¿Qué te dice a ti? En el mundo tú vas a tener aflicción. La pregunta es, hermanos, ¿dónde estamos viviendo? Se le ocurrirá a alguien decir que estamos en el cielo. ¿Sabe quiénes dicen que estamos en el cielo ya? Que estamos viviendo ya el milenio, que estamos viviendo los testigos de Jehová. Los testigos de Jehová dicen que estamos viviendo en el reino ya. Oye, si esto es el reino, si esto es el reino, hermanos debemos decir eso si esto es el reino con la descomposición moral que nosotros estamos viendo que está sufriendo con nuestra sociedad con la descomposición moral que nosotros estamos viendo que cuando mandamos nuestros hijos a las escuelas creemos que lo están educando y saben que están haciendo lo están mal educando ustedes lo saben claramente el principio que tú siempre en tu casa con tu hijo en la escuela te dicen todo lo contrario o acaso no te va a llegar el niño tuyo diciendo mami yo no sé que yo soy si hembra o varón qué es eso eso es una orientación correcta o es una orientación del mismo diablo hermanos vamos a llamarle a las cosas por su nombre satanás está presidiendo esta sociedad y la biblia lo dice si este es el cielo entonces óyeme que terrible yo no quiero saber entonces lo que es el infierno hermanos eso es lo que nos han enseñado ese es el evangelio que nos han vendido nos han vendido un evangelio realmente que no es apto para creyentes el señor no nos habla de eso el señor nos dice la verdad en el mundo tendréis aflicción si tú eres creyente y estás pasando por aflicción el señor te dice pellizcate porque estás en la tierra Date un pellizco bien fuerte y si no puede y no lo siente, búscate un alicate, muéldete duro para que sepa que estás en esta tierra, todavía no has llegado al cielo. Y si estás en aflicción porque eres un hijo de Dios, gloria a Dios. Gloria a Dios porque eso no va a ser para siempre. Este es un tiempo pasajero, es un tiempo que pasa rápido. El tiempo pasa rápido. Resucitar con Cristo, cuando nosotros vemos ese pasaje que nos dice ahí, que nosotros juntamente resucitamos con Él. Cuando nosotros vemos qué quiere decir resucitar con Cristo, no es llegar al cielo sin antes pasar por esta tierra, decía Spurgeon, oigan lo que decía Spurgeon, nadie llevará coronas en el cielo si acaso abajo ha llevado una cruz. Nadie llevará coronas en el cielo si acaso no ha llevado una cruz en la tierra. ¿Sabe qué es lo que pasa con muchos creyentes? Que se quieren quitar la cruz aquí, quieren ya la corona. No decíamos eso con relación al ejemplo que veíamos ahorita de la high school. Cada uno de nosotros vemos la belleza de lo que es. Médicos, bata blanca, estetoscopio, todo el mundo mirando. Ahí va el doctor, la doctora. Nadie sabe con lo que tiene que bregar el médico. Como médico muchas veces con olores nauseabundos, yo tenía que mostrarle amor al paciente. Tú también tienes un olor que Dios te dio. Tú hueles cosas y tienes niños pequeños cuando va a cambiar un pañal y es un ejemplo crudo pero es una realidad. Muchas veces tú como padre tú amas a tu hijo pero a veces dices, esto sí está difícil y tienes que amarlo. Con las carreras nos pasa lo mismo, con el evangelio nos pasa lo mismo, vemos la belleza del evangelio, vemos Yayo en la gloria con Cristo sentado. Dice Spurgeon, es imposible que tú tengas coronas en el cielo si tú no has llevado una cruz en la tierra. si no has llevado una cruz en la tierra. La palabra de Dios es clara, amados hermanos, Dios nos dice su verdad siempre. Nosotros vemos que desde nuestra óptica humana, desde nuestra óptica humana, sólo vemos la parte externa, lo agradable, lo bonito de la resurrección. Ignoramos igual que el joven en la high school lo que implica este proceso. O sea, que si resucitamos es porque, esa parte no la queremos decir, es porque hemos muerto. es porque hemos muerto a nuestra vana manera de vivir hemos vuelto al pecado ya no vivo yo más vive Cristo en mí como dice Gálatas 2.10 ya no vivo yo a no espérate señor yo quiero vivir mi vida hay una canción de Mark Anthony vivir mi vida una salsa de Mark Anthony y todos nosotros queremos vivir nuestra vida no si tú eres creyente ya no Si tú eres creyente, tú moriste con Cristo y tú resucitaste con Cristo. Entonces ya nuestra vida no es mi vida, es la vida que Cristo quiere que yo viva. Eso es diferente. La frustración del creyente en esta tierra es cuando quiere vivir su vida siendo cristiano. Esa es la frustración del creyente. Por eso muchas veces vienen con la cara larga a la iglesia. con la tristeza la iglesia arrastrando hay ahora tengo yo que ir para la iglesia a oír el sermón 45 minutos yendo un sermón y después quedarme a veces a la escuela bíblica hermanos hermanos cuando nosotros tenemos planes para nosotros esa es la cara que tenemos no es lo mismo cuando nosotros decimos voy a disfrutar de un poquito del cielo aquí en la tierra porque me tocará el cielo y la vida eterna y entera para ver a mi salvador y señor cuando esté en los cielos un creyente por eso yo digo que a mí me escuesta arriba cuando un creyente tú le dices cómo está ahí siempre tengo un choque con eso cómo está llevando la vida llevando la vida una persona que tiene asegurado que va a estar en la gloria con jesucristo llevando la vida Eso le luce a uno que va para el infierno. El que debería decir así es uno que no se ha convertido. Cada vez que tú le preguntes diciendo aquí, cada día más cerca del infierno. Eso no le luce a un creyente. A un creyente le luce tener la sonrisa de oreja a oreja. A un creyente le luce decir, mira, gloria a Dios. Yo sé a dónde voy. Yo sé que tengo asegurado el cielo, no porque yo haya hecho nada bueno, sino por la gran misericordia de Dios. Un creyente debe tener gozo en su corazón. Un creyente debe reflejarle a esa comunidad que está ahí afuera, luchando día a día, desbaratándose para obtener, obtener, obtener, obtener, y ganarse el mundo si fuera necesario, para que después lo entierren en una caja, igual que todo el mundo, o lo cremen, y finalmente ir al infierno. ¿De qué le valiera al hombre si ganara todo el mundo y perdiera su alma en el infierno? Dice la palabra de Dios. Hermano, esa es tu vida. Esa es tu vida. Vas a morir tú y vas a ir al infierno. No, yo no. Por la gracia de Dios, yo cuando cierre mis ojos en esta tierra, me encontraré cara a cara con mi Señor. ¿Y tú? ¿Y tú tienes ese gozo? ¿Tienes esa seguridad de salvación? Eso es lo que la palabra de Dios nos habla. Dios no nos habla mentiras. El mentiroso es el diablo. Dios nos dice su verdad, el diablo nos dice su mentira. Esa es la lucha que tenemos. ¿Cómo es posible que nosotros siendo creyentes nos dejemos engañar cuando tenemos la bendita palabra de Dios en nuestras manos? En el mundo tendréis aflicción. Al resucitar con él, con Cristo, ya nuestra razón de ser, de existir, no es otra que vivir para su gloria. Llevamos tatuadas las marcas, las laceraciones de sus heridas. Cada uno de nosotros. Cada uno de nosotros. Las marcas que él tiene debemos acuñarla en nuestro cuerpo. Porque ya no es mi cuerpo, es su cuerpo. Es su cuerpo. Él me va a llamar, ya me llama a mi hijo. Al resucitar con él debemos matar cada día, y oigan esto con detenimiento, debemos matar cada día el yo para darle lugar a el él. debemos matar el yo. Al día de hoy, ¿qué nos enseña el diablo y su filosofía? Ese niño tiene baja autoestima. No, ningún niño tiene baja autoestima, ni tú tampoco tienes baja autoestima. Tú tienes mucha estima, porque cuando tú dices, el hermano tal, yo estaba enferma o enfermo, y no me llamó. Es una alta autoestima. La pregunta que deberías hacerte es otra. El hermano tal estuvo enfermo y yo no lo llamé. No, tú deberías cuestionarte por qué tú no lo llamaste. No, así no es que pensamos. Lo que pensamos es, yo estuve enfermo y nadie me llamó. ¿Y qué amor me manifiestan los hermanos? Eso es alta autoestima. Alta autoestima. Yo cumplí años, nadie se acordó de mi cumpleaños. La pregunta es, ¿de cuánto cumpleaños te acuerdas tú de otra gente? Esa es la pregunta que debemos hacernos. No es una baja autoestima que tenemos, es todo lo contrario. La filosofía, la psicología al día de hoy nos enseña que el niño, que la persona puede tener baja autoestima, no. Nadie absoluta, y oigan esto con detenimiento, nadie, absolutamente nadie tiene baja autoestima, todo lo contrario. Todos los seres humanos se creen que son más que Dios y el creyente no está exento de eso. El creyente también tiene su alta autoestima, por eso vienen los problemas en la iglesia. el hermano tal me hizo tal cosa no le hablo fue a mí que me lo hizo y decía alguien una vez y quien eres tú en oración no le dices tú al señor señor yo soy un simple pecador hay pero que te digan pecador tú dices uno mismo dice en oración yo soy un simple pecador pero hay que te lo diga otro hay que me lo diga mi esposa o la hija mía el problema no nos gusta Pero nosotros lo decimos en oración, muy espiritualmente. La palabra de Dios nos enseña a nosotros que al resucitar con él debemos matar cada día el yo para darle lugar a él. Resucitar con él quiere decir cambiar una vida vacía por una vida llena de abundancia. Una vida vacía por una vida llena de abundancia. Ahora, si la abundancia que tú estás buscando es la abundancia del mundo, ahí es que viene la frustración. porque Dios no te promete abundancia en el mundo. Dios te promete, ¿qué te promete? Aflicción en el mundo. Dios te promete aflicción en el mundo, bendiciones en los cielos. Nosotros vemos Resucitar con él es cambiar esa vida vacía por abundancia. En los años que tengo en el Evangelio, y esto es un testimonio, no conozco a nadie, a nadie, que haya venido a los pies del Señor en arrepentimiento y fe porque le estaba yendo tan y tan bien en los negocios, en el noviazgo, en el matrimonio, con los hijos, con su salud, etcétera, etcétera, etcétera. Yo no sé si tú conoces a alguien, yo no conozco a nadie. No conozco a nadie que haya dado testimonio. Oigan, yo me convertí a Cristo porque yo vejía que mi negocio florecía tanto. Mi esposa me amaba cada día más. Los hijos míos estaban que yo les decía haga esto y sí papi. No conozco a nadie, no conozco a nadie con esa característica. Todos los que conozco vinieron a los pies de Cristo incluyéndome a mí cuando fuimos enfrentado cara a cara con Dios después de una situación apremiante y desagradable. Cada uno de nosotros en nuestra vana manera de vivir, en nuestro pecado, el Señor nos dijo en un momento determinado o nos puso en una cama en gravedad O vino un problema que se supo, que nosotros lo estábamos haciendo escondido y se supo, y todo el mundo lo supo. Sufrimos la vergüenza y de repente en una u otra situación el Señor nos dijo, y ahora, ¿qué tú vas a hacer? ¿Tú no te crees que tú eres muy valiente? ¿Que tú puedes pelear contra mí? Yo te vengo buscando hace tiempo, yo vengo detrás de ti. Y tú para adelante, para adelante, para adelante. Como los políticos. No, yo sigo adelante. No hay nada que me pare. El Señor se te puso adelante. como lo hizo el señor Avalán. El señor Avalán le puso un ángel en el camino. ¿Y saben quién fue que vio el ángel? Avalán no lo vio. La aburra lo vio. La aburra fue que vio al ángel. Y no quería avanzar y Avalán dándole palo, maltratando. Hasta que, ¿saben qué pasó? Una aburra le habló a Avalán. La aburra le habló. Le dijo promiamos y yo todas las veces he ido donde tú quieres que vaya. Cuando yo te he hecho quedar mal, yo siempre voy. Ahora yo no sigo porque no puedo seguir. Balaam no entendía. A veces nosotros somos como Balaam cuando queremos seguir en pos de este mundo. Y el Señor se nos pone en medio y nos hace ver realmente cuál es nuestro pecado y no lo queremos ver. Nos quieren matar nuestros ídolos y no lo queremos ver. Tu ídolo cuál puede ser? El dinero, el trabajo, tu hijo o tu hija. Hay padres que veneran a sus hijos. Mi príncipe, mi reina, mi princesa, mi faraón. Tremendo dictador que estás preparando tú para el futuro. Y lo vas a ver cuando sean adolescentes, cuando entren a la adolescencia, si no es que antes ya es un gobierno en tu casa. Porque no tiene que ver con la edad. No tiene que ver con la edad. A veces son pequeños y no obedecen a los padres y gobiernan a los padres. Pero puede ser también tu esposo, tu esposa, tu hermano, tu primo, quien sea, ponle el nombre que sea. Tú sabes que cada uno de nosotros tenemos ídolos que tenemos que matar, quitarlo del lugar donde están y poner justamente a quien debe estar en ese lugar. A veces criticamos nuestros familiares porque tienen la Santa Muerte, porque tienen la virgencita, la morenita de México, porque tienen la virgen de la Alta Gracia de Santo Domingo, porque tienen la virgen de las Mercedes. En estos días se celebraba otra, la de Fátima, creo que era. Siempre hay una virgen que hay que celebrar. Ah, ese es el familiar mío, ese adorador de imágenes. ¿Y tú? ¿Como creyente? ¿Y tú como creyente? Cuando tú te quedas en la casa a ver un juego de soccer para no venir a la iglesia, ¿cuál es tu ídolo? No, es que es tan importante el juego de ellos, es un mundial. No, no importa que sea mundial. No importa que tan mundial sea. Ese es tu ídolo. La televisión es tu ídolo, puede ser. ¿Quién sabe? Cada uno de nosotros sabemos cuál es nuestro ídolo. Por eso debemos matar cada día ese yo para darle lugar a él. nosotros vemos que antes de sentarnos con el como dice la palabra de dios en los lugares celestiales primero tenemos que sentarnos en la iglesia en esta tierra a aprender a enseñar a predicar a hablar con nuestras esposas si estamos casados, con nuestros hijos si los tenemos, con nuestros familiares, con nuestros amigos, con nuestros conocidos y aún con nuestros desconocidos debemos predicarle el evangelio. Antes de estar sentado en los lugares celestiales debemos hacer esa práctica en esta tierra. Ayer tuvimos la oportunidad de hacerlo, estuvimos cerca de aquí, casa por casa. Con frío, estábamos ahí, gloria a Dios, el Señor nos mandó frío pero nos quitó el agua. Dios quiere que antes de nosotros estar en los lugares celestiales, en esta tierra, nosotros practiquemos lo que debemos y vamos a hacer. También debemos estar preparados para asentarnos de ser necesario en el banquillo de los acusados de las burlas, de las mentiras, las calumnias, los falsos testimonios por defender nuestra fe. ¿O acaso no fue lo que pasó con todos nuestros hermanos en el Antiguo Testamento? y muchos que han pasado por esta vida. ¿Cuánta gente ha muerto por este evangelio? ¿Saben por qué? No por decir la mentira, sino por decir la verdad. Por decir la verdad ha muerto. Nosotros antes de estar en esos lugares celestiales, nosotros debemos estar dispuestos a sentarnos en un banquillo de acusados y diciendo, ¿usted sabe por qué este está aquí? Que se pare el fiscal y no diga y no acuse. Porque él está diciendo realmente Le está llamando al homosexualismo de una manera realmente que no se le debe llamar cuando esa gente hay que respetarlo. No, no, no. Mira, pecado es pecado. Llámese como se llame. Pecado de la mentira, pecado del que sea como se llame. Y no es atacando a nadie en específico. Todo lo que la Biblia dice es pecado que debe hacer el creyente. No, yo debo suavizarlo porque es que ya la sociedad... Ustedes están obsoletos como creyentes. Ustedes están en una mente muy anticuada. Bueno, por esa mente tan anticuada y esa mente tan moderna que tiene el mundo, que está en esta degeneración. ¿Sabías tú que tu niño puede entrar ahora y pronto ya están legislando en diferentes estados en los Estados Unidos, donde tu niña hembra, tu hembrita, va a entrar a un baño y se va a encontrar con que hay un varoncito que entró en el mismo baño que ella está, pero que él le está confundido con su sexualidad. Y él puede entrar donde él quiera. qué espectáculo más bonito es. Tu niña, esa que tú estás criando, tu niño que tú estás criando, puede entrar otro también que él no sabe qué es, si hembra o varón. Eso es lo que está pasando. Esa es la educación que nosotros queremos para nuestros hijos. Esa es la que estamos aceptando. Por eso muchos cristianos educan a sus hijos en su casa. Yo conozco creyentes que han salido sus hijos de la casa a la universidad. ¿Cómo? ¿Qué exageración? Yo no sé si es exageración. Yo sé que lo han hecho, aquí en Estados Unidos, precisamente porque es un atentado contra tus hijos, lo que se está haciendo a nivel social. Y por estas denuncias que nosotros estamos haciendo con responsabilidad, no puede caber cárcel. Gloria a Dios si me meten preso por decir la verdad. Yo estoy dispuesto a pagar con mi vida y quiera Dios mantenerme, mantenerme con esa visión, que si me van a matar por causa del evangelio, que me maten. ¿Acaso no murió mi Señor por mí? ¿Por qué tengo yo que tener miedo? Hace falta que nosotros digamos la verdad a ese mundo que está viviendo en tinieblas. Y eso no es lo que se está haciendo. Tenemos miedo. Nos callamos. En una reunión de padre, no, yo no me atrevo a hablar, no vayan a decir. No, no, pare si dígalo. Dígalo que dice la palabra de Dios si usted es un hijo de Dios. ¿O acaso no murió el Señor Jesucristo por decir la verdad? ¿O acaso no murieron los dos? De los doce apóstoles solamente uno murió en su cama. Todos los demás fueron martirizados. Algunos aserrados a mano, ya lo he dicho antes, con una sierra de mano, con un serrucho de mano, le cortaron su cuerpo mitad a mitad. A otros lo crucificaron boca abajo, a otros lo quemaron. De esos apóstoles que ustedes oyen en la Biblia. Solamente uno murió de vejez. Todos los demás fueron martirizados. A través de la historia, de lo que nosotros vemos, los hijos de Dios han sufrido en este mundo. Este mundo no es para nosotros. Este mundo no es para los hijos de Dios. Este mundo, dice la palabra de Dios, es para el príncipe de la potestad del aire, el cual está gobernando en el mundo entero, en tu país, en mi país, en esta nación, en el mundo entero. ¿Y nosotros qué vamos a hacer? No, yo me quiero adaptar al sistema de ahora porque yo no quiero que a mí me maten. Para nosotros sentarnos en los lugares celestiales, primero tenemos que sentarnos aquí a hablar la palabra de Dios. Eso es lo que nos dice la Biblia. Eso es lo que nos dice la Biblia. Como hijos de Dios somos más que privilegiados. Dice Efesios 1.3.5 bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo según nos escogió en él antes de la fundación del mundo si tú eres un hijo de Dios antes que el mundo estuviera hecho ya Dios te conocía y ya Dios te había elegido y ya tu nombre estaba inscrito en el libro de la vida desde antes de la fundación del mundo eso dice la bendita palabra de Dios nosotros vemos que él nos escogió para que fuésemos santos y sin mancha delante de él en amor dice habiéndonos predestinados para ser adoptados hijos suyos por medio de nuestro señor jesucristo según el puro afecto de su voluntad en efesios 2 13 dice pero vosotros que en otro tiempo estabais lejos habéis sido hechos cercanos por la sangre de cristo jesús nosotros tuvimos lejos Lejos, pero el Señor nos trajo a través de la sangre de Cristo Jesús. En nuestra naturaleza humana, ¿por qué nosotros nos resistimos a venir a Cristo? En nuestra naturaleza humana, ¿por qué nos resistimos a venir a Cristo? En primer lugar, ¿saben por qué? Porque es contrario a nuestra naturaleza humana. No es natural que nosotros nos neguemos y muramos. ¿Saben qué quiere decir eso? Que muchos creyentes quieren ser ellos y ser creyentes también. Quieren estar vivos en este mundo y no muertos para con Dios. Eso es imposible, hermano. Eso es imposible. Por eso nosotros vemos esa tibieza espiritual. Por eso vemos esa tibieza espiritual. De que las cosas del Señor son relativas. Las cosas del mundo no. Yo voy detrás de las cosas del mundo. Yo fácilmente dejo un evento cristiano para irme detrás de un evento mundano. A un creyente eso no le luce, amado hermano. Si tú eres creyente no te luce. No te luce. Eso no es correcto. Eso no es correcto. Es imposible nosotros no negarnos a nosotros mismos. Es imposible no morir a nosotros mismos. Eso es lo que dice la Biblia. Si nosotros hemos muerto con Cristo, entonces y entonces resucitaremos con Él. Si estamos vivitos y coleando en esta tierra, entonces tú no has nacido de nuevo. Si tus intereses están en esta tierra y amas más este mundo, entonces tú no vas a ver el reino de los cielos. Eso nos dice la Biblia, no lo digo yo. No lo digo yo, lo dice la bendita palabra de Dios. Nosotros vemos, en segundo lugar, no es atractivo, no venimos a Cristo porque no es atractivo a nuestra naturaleza humana el sufrimiento. A ninguno de nosotros nos gusta el sufrimiento. A mí no me gusta. Nada más te voy a poner a pensar algo. Imagínate que te duele una muela con estos fríos que están haciendo así en estas noches. Eso es terrible. Te duele un diente. Se te inflama la cara, dolor, dolor de cabeza. Cualquier dolor que tú tengas es sufrimiento. A ninguno de nosotros nos gusta el sufrimiento. En tercer lugar, es totalmente imposible que un muerto tenga opción de hacer o escoger. Un muerto no puede. Si vamos a un cementerio, aquí hay varios en Colombo, y nos paramos ahí y le decimos, párense todos para que oigan lo que les voy a hablar. Eso es perder el tiempo. Yo no sé cuántos se atreverían a hacer esa loquera. Pero eso sería una pérdida de tiempo. Es imposible que vayamos a hablarle a los muertos. Bueno, en tercer lugar, no venimos a Cristo. ¿Por qué la gente no viene a Cristo? Predicamos el Evangelio. Ayer estábamos repartiendo tratados en una comunidad cerca de aquí. Usted le habla del Evangelio a sus familiares. Usted invita personas a la iglesia. ¿Por qué no vienen a Cristo? ¿Por qué no vienen a oír el Evangelio? porque es totalmente imposible que un muerto tenga opción de hacer o escoger algo son muertos espirituales dice la palabra de dios aún sabiendo él de nuestra pecaminosidad enemistad de insuficiencia insuficiencia el señor jesucristo no sea vergüenza de llamarnos a los que hemos creído hermanos e hijos dice hebreos 2 12 13 que él no sea vergüenza de llamarnos hermanos o amigos Él nos llama nosotros a sus hijos, hermanos y amigos. Nosotros vemos dice la palabra de dios en efecios 2 6 y juntamente con él nos resucitó y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con cristo jesús para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en cristo jesús hermanos como debemos sentirnos nosotros al saber esta salvación tan grande tristes acongojados con la cara muy seria, llena de, cada vez que nos preguntan algo, decir el mal que tengo, debemos sentirnos, ¿sabe cómo?, orgullosos y privilegiados de ser sus hijos. Pues mientras a nosotros, y oigan esto hermanos, mientras a nosotros nos resucitó con él, a millones y millones dejó en oscuridad eterna, muertos en delitos y pecados. Millones y millones de personas van a ir a una condenación. Y esos que van a esa condenación están reservados para la condenación eterna. A veces como creyentes solemos compararnos con la aparente prosperidad de los impíos. Otro error del creyente. Nos comparamos con impíos y vemos la prosperidad del otro. Ay, pero él compró una casa muy grande y la mía no es tan grande. Ay, pero él compró un carro nuevo y yo tengo un carro viejo. Ay, pero qué marido le ha tocado a esa mujer. Bueno, el mío no es tan bueno así. Ay, qué hijos le ha... Sí, saben que vamos al Salmo. Vamos al Salmo 73. Vamos al Salmo 73 para que el señor sea quien nos hable acerca de esta comparación salmos 73 y vamos a leer los versículos desde el 12 al 28 miren esa comparación que yo le decía ahorita ahora vamos a ver la que dice la biblia que nos habla la verdad salmos 73 12 al 28 He aquí estos impíos. ¿Qué es un impío? Cuando veamos esa palabra impío, quiere decir sin Dios. Eso es lo que quiere decir. He aquí estos sin Dios. Miren lo que dice. Sin ser turbados del mundo. O sea, sin tener problema en el mundo. Alcanzaron riquezas. Dice el versículo 13. Verdaderamente en vano, dice ese creyente. He limpiado mi corazón. ¿Sabe lo que está diciendo ese creyente? increíble, yo que voy a la iglesia, yo que oro, yo que trato de ser honesto con mis hijos, con mi esposa, con mi esposo, con mis amigos, que hago las cosas bien, entonces a mí me sale la cosa mal, y a estos que hacen toda la diablura que quieran, miren lo que les pasa, esa es la comparación que está haciendo este creyente, y miren lo que sigue diciendo la bendita palabra de Dios, dice verdaderamente en vano he limpiado mi corazón y lavado mis manos sin inocencia, pues he sido que azotado todo el día y castigado por las mañanas. Hermano, si tú eres azotado y castigado por la mañana, ese eres tú, ese eres tú y ese soy yo. Eso es para ti y eso es para mí. Eso no es para gente que no conozcan a Cristo. Dice, pues he sido azotado todo el día y castigado por las mañanas. Si dijere yo, hablaré como ellos, he aquí a la generación de tus hijos, engañaría. Cuando pensé Cuando pensé para saber esto, fue duro trabajo para mí. En otras palabras, el hecho de yo aterrizar. De yo entender lo que le pasa a esta gente que son malos y lo que me pasa a mí es difícil, eso es lo que está diciendo. Hasta que, y miren dónde viene el punto interesante que yo quiero que tú entres. Hasta que entrando en el santuario de Dios, ¿sabe cómo? Hasta que yo en oración Dios me mostró qué va a pasar con cada uno. Comprendí el fin de ellos, y miren ahora qué dice. Ciertamente los has puesto en deslizaderos, en asolamientos les harás caer. Cómo han sido asolados de repente, de repente se murió fulano se mató qué pasó ese era el próspero perecieron se consumieron de terrores como sueño del que despierta así señor cuando despertares menospreciará su apariencia se llenó de amargura mi alma y mi corazón sentía punzada o sea si tú tienes envidia el salmista también puede ser que un creyente en un momento determinado tenga envidia mírenla ahí Pero no debes ser así siempre, debes arrepentirte porque es un pecado. Él dice el 22, tan torpe era yo que no entendía, era como una bestia delante de ti. Señor, delante de ti yo no era un ser humano, yo estaba actuando como una bestia. Dice el versículo 23, con todo yo siempre estuve contigo, me has guiado según tu consejo y después me recibirás en gloria. dice a quien tengo yo en los cielos y no a ti y fuera de ti nada deseo en la tierra mi carne y mi corazón desfallecen más la roca de mi corazón y mi porción es dios para siempre Porque aquí los que se alejan de ti, ¿qué le pasará? Perecerán. Tú destruirás a todo aquel que de ti se aparta. Pero en cuanto a mí, dice, el acercarme a Dios es el bien. He puesto en Jehová el Señor mi esperanza para contar todas mis obras. Miren cómo la bendita palabra de Dios ahí nos aclara ciertamente qué va a pasar con uno, qué va a pasar con el otro. Nosotros vemos claramente cómo la Biblia nos habla. los que hemos resucitado con cristo y con esto ya estamos concluyendo los que hemos resucitado con cristo no sabemos cuánto tiempo en esta tierra viviremos pero si sabemos si debemos hacer lo que hizo el señor si nosotros vamos a ellos capítulo 1 versículo 3 nos dice la palabra de dios que después del señor jesucristo haber padecido después de haber sido crucificado después de haber sido muerto dice que se le apareció a sus discípulos y a diferente gente durante cuarenta días y sabe que le hacía? Hablándoles acerca del reino de Dios. El Señor después de que ascendió se le apareció a los suyos por cuarenta días y se le aparecía un muerto en vida por así decirlo. Ellos lo veían, wow, ¿qué es esto? Miren mi hueco ahí. Miren las marcas de la cruz. Durante cuarenta días les enseñaba la bendita palabra de Dios. Nosotros no sabemos cuánto día vamos a permanecer en esta tierra. Ni tú ni yo sabemos. Solamente Dios sabe el tiempo que nosotros vamos a vivir en esta tierra. Como yo he resucitado con Cristo, ¿qué debemos hacer? Como yo me sentaré en el trono, nosotros vemos realmente cómo nosotros debemos hacer la voluntad de Dios. Mientras nosotros tengamos vida en esta tierra, debemos hacer la voluntad de Dios. Finalmente, nosotros vemos ¿Qué nos dice Apocalipsis 3.21? Vamos a Apocalipsis 3.21 Miren lo que dice la palabra de Dios En Apocalipsis 3.21 dice Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono Así como yo he vencido y me he sentado con mi padre en su trono Yo no sé si tú te has puesto a pensar que tú tendrás la oportunidad de estar sentado en el trono con Dios, al lado de Dios. Yo no sé si tú te has puesto a pensar que tú, la mesa donde tú vas a cenar es la mesa donde el Señor cena. Yo no sé si te has puesto a pensar que esa santa cena que nosotros compartimos en esta tierra, el Señor anhela que llegue el momento en que tú y yo estemos sentados con Él compartiendo esa cena. Va a ser un deleite para Él verte a ti cara a cara si es un hijo de Dios. Yo no sé si te has puesto a pensar o te has quedado en la envidia de lo que pasa con los del mundo. Yo te exhorto a que en este momento tú pienses realmente dónde tú quieres estar. Yo te exhorto a que en este momento tú pienses realmente el privilegio que tú tienes si eres un hijo de Dios. Y si por el contrario, tú todavía no conoces a Dios, yo te hago una pregunta. ¿Dónde vas a pasar tú una eternidad? ¿Con Cristo en su trono? al lado de él sentado con él en el manjar de que es el reino de los cielos donde no habrá sufrimiento ni llanto ni dolor o tú vas a pasar tus últimos días y tu eternidad con satanás y sus ángeles hoy es un buen día para tu escoger no hay un punto medio no hay un punto medio donde yo me quedo aquí o eres un hijo de dios o eres un hijo del diablo dice la palabra de dios ¿Dónde quieres pasar tu eternidad? ¿Con Cristo o con Satanás? Quiera Dios hablar a tu corazón en esta mañana y quiera Dios traer reflexión si tú eres un hijo de Dios y decirte, Jesucristo espera anhelante el momento para abrazarte. Para como aquel caso que vimos, el padre con el hijo pródigo, cómo se abalanzó y lo besó en el cuello, el Señor quiere hacer lo mismo contigo. Quiera Dios hablar a tu corazón y hacerte despertar una vez y por siempre para que vivas una vida de triunfo en triunfo en esta tierra, alabando y glorificando el bendito nombre de Jesucristo. Vamos a orar. Padre bendito, Dios eterno, te damos una vez más gracias porque tú eres bueno y para siempre es tu misericordia. Nosotros te pedimos, te suplicamos, Señor, Que tu Santo Espíritu traiga convicción de pecado, de justicia y de juicio. Mira que aquí hay hermanos que están padeciendo situaciones difíciles. Sé tú un bálsamo en sus vidas en este momento. Señor, pasa tu mano y dale su amor. Que ellos entiendan que la promesa que tenemos en esta tierra es aflicción. Sin embargo, si algo bueno nos pasa en esta tierra, es por tu infinita misericordia. Pero sabemos que tú nos tienes a nosotros un lugar reservado. que es estar en tu gloria. Pero mira también que aquí hay personas que aún no te conocen. Oh Jehová, ten misericordia. Trae salvación en este día. Permite que almas puedan venir al conocimiento tuyo. Solamente tú puedes hacer esa obra maravillosa. Por eso clamamos y te suplicamos a ti, en el nombre de nuestro bendito Señor y Salvador Jesucristo, a quien sea toda la honra y toda la gloria. Amén. Este sermón fue predicado en el Ministerio Hispano de Community Church of Columbus. Hasta una próxima ocasión.
Maravillosa Gracia
Cuarto Sermon en la serie "Maravillosa Gracia" predicada por el P. Frank Escoto.
លេខសម្គាល់សេចក្ដីអធិប្បាយ | 515161238500 |
រយៈពេល | 44:55 |
កាលបរិច្ឆេទ | |
ប្រភេទ | ការថ្វាយបង្គំថ្ងៃអាទិត្យ |
អត្ថបទព្រះគម្ពីរ | អេភេសូរ 2:1-10; អេភេសូរ 2:6-7 |
ភាសា | អេស្ប៉ាញ |
© រក្សាសិទ្ធិ
2025 SermonAudio.