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ប្រតិចារិក
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El Señor les demanda a los trabajadores que se sujetasen a los patronos en todo, que fuesen complacientes, que no contradijeran, que no hurtaran, que se mostraran con toda buena fe, que adornaran la doctrina de Dios. ¿Por qué razón? El apóstol demandaba tal cosa a cada uno de los miembros de esas iglesias. La respuesta la da este pasaje que hemos leído, porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación de todos los hombres. Esa era la razón por la cual Tito se hallaba en capacidad de corregir las deficiencias que habían en medio de esas iglesias. La gracia de Dios se había manifestado para salvación y para salvar a cada uno de los miembros de esas iglesias. Por día de consecuencia, los miembros de esas iglesias estaban aptos para hacer en sus vidas lo que Dios esperaba que ellos fueran. Ellos estaban listos para llenar las expectativas de Dios en lo tocante a la piedad, en lo tocante a todo, a todo lo que el Señor demanda en su palabra. Ciertamente, cuando la gracia de Dios se manifiesta para salvación de un hombre, cuando se manifiesta para salvación de una mujer, cuando se manifiesta para salvación de un joven o de un niño, la gracia de Dios allí le capacitará para que ese hombre, para que esa mujer, para que ese joven, para que ese niño sea el hombre, la mujer, el joven, el niño, el obrero que Dios espera que él sea tal y como él lo requiere en su palabra. La gracia de Dios capacita a los hombres para que vivan una vida sobria, digna y prudente. La gracia de Dios capacita a las mujeres para que ellas sean mujeres tal y como la describe el apóstol Pablo en este texto, en esta carta. Ella capacita al hombre de pies a cabeza para que puedan vivir y experimentar una vida santa, una vida piadosa, una vida basada en la obediencia por principio. De ahí, mis amados hermanos, que no hay razones valederas que justifiquen ninguna excusa para no ser los cristianos y las cristianas que debemos de ser. ¿Por qué? Porque la gracia de Dios se ha manifestado, note para qué, para salvación de todos los hombres. Esa es la razón llana y sencilla por la cual Tito estaba en capacidad de corregir las deficiencias que habían en esas iglesias. y los miembros de las iglesias estaban en capacidad de ser lo que Dios le demandara que fueran en su vida cotidiana porque la gracia de la salvación se había manifestado precisamente para darle lo que ellos no tenían en su vida de incrédulo. Si la gracia de Dios se ha manifestado para salvación, Podemos con toda seguridad garantizarte que tú estás en la condición de ser la mujer de Dios que Él quiere que tú seas, el hombre de Dios que Él quiere que tú seas, el joven de Dios, la joven de Dios que Él quiere que tú seas, el obrero, el empleado, El funcionario, el maestro, el ingeniero, el doctor que él quiere que tú seas. Él te ha dado la capacidad para tal cosa y es tu responsabilidad. llevar a cabo la implementación de esos principios, obedeciendo los cuales tú serás el hombre de Dios, la mujer de Dios, que eficientemente vive la vida que Dios quiere, que tú vivas conforme a su palabra y a su voluntad. Mucha gente no le entrega su vida al Señor Jesucristo, según su concepción, porque ellos tienen miedo de fallar, tienen temor de no poder vivir a la altura que Dios demanda que ellos vivan. Le tienen miedo al fracaso o a fracasar como cristianos. Ellos se ven a sí mismos y se ven tan débiles tan incapaces, tan incompetentes ven la vida cristiana como un remoto imposible al cual ellos jamás podrán llegar porque se ven a sí mismos y se ven muy débiles, incompetentes, incapaces, llenos de fallas y de errores y ciertamente tiene razón en mirarse a sí mismo y ser objetivo en lo que son, porque eso es lo que somos, somos seres débiles, seres con grandes fallos y errores en nuestra constitución natural por causa del pecado este real así somos pero amados hermanos cuando la gracia de dios se manifiesta para salvación de un hombre no hay de qué temer No hay de qué temer. Él no te dará. Él no te demandará hacer aquello que él no te ha dado la gracia para que lo viva y experimente para que tú sea lo que debe de ser. Jamás lo hará. Él no es injusto. Él no es injusto. Si la gracia de Dios se te ha revelado para salvación de tu alma, tú podrás ser esa clase de hombre, esa clase de mujer, esa clase de joven, esa clase de trabajador que el Señor espera que tú seas en esta iglesia y donde quiera que tú vayas, allí tendrás suficiente gracia para vivir una vida realmente agraciada con la gracia de Dios. Esa es la realidad. La gracia de Dios se ha manifestado para darte salvación y con ello la capacidad para vivir conforme a los altos estándares de la palabra de Dios, una vida moral, una vida ética, una vida social intachable. En el hogar, en la familia, en la iglesia, en la sociedad, en el trabajo, donde quiera que vayas, la gracia de Dios te ha de capacitar para vivir según los estándares de Dios, no los del mundo, los de Dios. Desde los pastores hasta los esclavos, donde se ha revelado la gracia de Dios tienen el potencial y la capacidad para vivir en el marco de esos estándares altos que Dios nos establece para alcanzar una vida santa, piadosa, justa, apartada del mal. Segunda de Timoteo capítulo 1, versículos 9 al 11 nos dice quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos, pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro salvador Jesucristo, el cual quitó la la muerte y sacó a la luz la vida y la inmortalidad por el evangelio, del cual yo fui constituido predicador, apóstol y maestro de los gentiles. Y este texto ciertamente, hermano, es bien interesante. Porque aquí se establece una verdad trascendental. Se establece que aquellos que en el día de Pablo en los días de Pablo allá en Grecia en Creta específicamente allí se había manifestado la gracia de Dios que fue dada en Cristo Jesús antes de la fundación del tiempo dice aquí antes de los tiempos de los siglos ya Dios Había reservado esa porción de gracia que aquellos creyentes iban a experimentar en sus vidas para vivir conforme a la ética de Dios, para vivir conforme a los estándares de Dios. Pero mis amados hermanos, lo que fue verdad para aquellos creyentes de Creta también es verdad para ti y para mí en el día de hoy. La gracia de Dios nos fue reservada desde antes del tiempo de los siglos y ella se ha manifestado ahora, nos ha sido manifestada ahora por la aparición de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Aquí se nos enseña simple y llanamente, ese hecho glorioso de que antes de que el reloj del tiempo empezara a correr, ya para ti había reserva suficiente para que pudieses vivir en el día de hoy la vida que Dios quiere que tú vivas, la vida que tú quieres que tú vivas, La puedes vivir. Porque desde antes de que el tiempo existiera, ya para ti había una reserva de esa gracia. Bendito sea el Señor. Bendito sea el Señor. A través de la salvación, la gracia de Dios nos ha otorgado la liberación, el rescate y la emancipación de la esclavitud del pecado. Por eso podemos vivir la vida según los estándares que Dios espera de nosotros. Por la gracia de Dios hemos sido liberados, por la gracia de Dios hemos sido rescatados, por la gracia de Dios hemos sido emancipados de todo pecado, de toda esclavitud pecaminosa. Por eso, hoy no hay impedimento. para que en nuestras vidas se manifieste radiante como el sol toda la plenitud de la gracia de Dios por la que somos capacitados para vivir una vida santa como luminares en medio de un mundo que yace en tinieblas. El Señor en su misericordia nos ha salvado del poder detrutor de muchas enfermedades. El Señor, en su gracia, nos puede salvar de las garras del hambre y de la sed y de toda necesidad material. Nos ha salvado de muchas de esas cosas y nos salva aún hoy de muchas de esas cosas. Daniel fue salvado en su integridad física del poder devastador de las llamas de un horno sobrecalentado. Milagrosamente, Dios le preservó su integridad física en medio de esas pavorosas llamas. Durante una tormenta en el mar de Galilea, el Señor salvó a sus discípulos de terminar en el fondo del mar, tragados por una poderosa tormenta que repentinamente se despertó en el mar. Pablo aquí no habla de esa salvación, de la salvación física. de la que muchas veces somos objetos por parte de la gracia de Dios. No, Pablo aquí habla de la salvación del alma, de esa salvación por la cual el hombre es liberado y dejado libre primero que nada de la esclavitud del pecado y de la muerte espiritual. Y en segundo lugar, salvación por la cual el hombre es liberado de las llamas eterna y del poder del infierno donde llegará el ser humano si no es liberado, rescatado y emancipado de todo aquello que el pecado es en su ser un amo esclavizante. Marco capítulo 9 versículo 44 nos destaca la realidad del infierno del cual por la gracia de Dios fuimos salvados. Dice allí Que el gusano de ellos no muere y el fuego nunca se apaga. Fue de allí, de ese lugar de donde fuimos salvados, amados hermanos. Fue de ese lugar de donde fuimos rescatados. Fue de ese lugar de donde fuimos emancipados por la gracia de Dios. Fuimos salvados del infierno. Mateo 10 28 y no temáis a los que matan el cuerpo más el alma no pueden matar temer más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo donde en el infierno fuimos salvado de ese infierno eterno donde las almas condenadas por su impenditencia ya se encuentran en términos legales. Pero por la gracia de Dios fuimos salvos de la perdición temporal y eterna que el pecado causa en nosotros. En Juan 5.24 Cristo nos dice lo siguiente de cierto de cierto os digo el que oye mi palabra y crea el que me envió tiene vida eterna y no vendrá a condenación más ha pasado de muerte a vida. Eso es la gracia. Esa es la operación de la gracia, habiendo sido esta recibida en el alma humana de esa salvación. Es que Pablo nos habla. En Efe en Tito capítulo capítulo 2. habiéndose manifestado esa gracia por la cual recibimos vida eterna, habiéndose manifestado esa gracia por la cual salimos de la condenación eterna, habiendo recibido esa gracia por la cual salimos de la condición y estado de condenación, estamos entonces capacitados por el Espíritu de Dios para vivir conforme a la ética de moral y de piedad que Dios reclama de nosotros. ¿Razón de ello? Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación de todos los hombres. La expresión salvación a todos los hombres no se refiere en este pasaje, como algunos piensan equivocadamente, a salvación universal. Ese texto no habla allí de salvación universal, sino que más bien habla de la oportunidad universal que hay para todo ser humano de alcanzar salvación y vida eterna. como lo enseña 1 Timoteo capítulo 4 versículo 10 donde se nos habla diciendo el dios viviente que es el salvador de todos los hombres mayormente de quienes de los que creen. Él es el salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen. Aquellos que creen en toda la faz de la tierra pueden tener la plena seguridad de que esa gracia de Dios habrá de salvarle de todo cuanto le impida poner sus pies en el cielo para disfrutar allí de salvación y vida eterna, vida en abundancia. De manera, mis amados hermanos. Y a través de esa gracia, somos capacitados para vivir una vida ética en altura y con altura. porque hemos sido emancipados, rescatados, libertados de todo aquello que nos impedía experimentar una vida plena en el espíritu, una vida libre, libérrima por la gracia de Dios. Pero también la gracia de Dios nos ha libertado de manera específica del poder del pecado, Pero también ella nos enseña a renunciar a la impiedad y a los deseos mundanos para que vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente. Tan pronto la gracia de Dios empieza a operar en el corazón del ser humano. Esta le lleva, le compele, le mueve para que ponga la renuncia a todo hábito pecaminoso, para que le ponga la renuncia a toda práctica pecaminosa, para que le ponga la renuncia. Sin negociación a todo pecado. Hermano, yo aquí nunca he tenido que mandar a nadie y decir, mira, deja esto, deja aquello, deja lo otro. Nunca. Yo lo he hecho. Porque eso es una obra del Espíritu de Dios. Deja el romo. Yo nunca he mandado a nadie que deje el romo. Porque eso es una obra de la gracia de Dios. Cuando la gracia de Dios está en el corazón, ella mueve al individuo a que le ponga la renuncia. Yo renuncio a la botella, yo renuncio al cigarrillo, yo renuncio a este hábito, renuncio a lo otro. Hay una renuncia radical a todo aquello que es opuesto a la santidad, a la piedad, a nuestra felicidad temporal y eterna. Porque de hecho, ¿a qué cosas renunciamos? A lo que nos arruina, nos daña y destruye la felicidad temporal y eterna. A esas cosas renunciamos, porque son las cosas que Dios nos prohíbe. ¿Qué nos prohíbe Dios? exactamente todo lo que nos denigra y arruina moral, espiritual, familiar, económicamente y en todo el sentido de la palabra porque el diablo paga mal siempre a quien bien le sirve por eso hay una renuncia a servirle al diablo una renuncia total ¿Con qué propósito? Para que vivamos en este siglo de manera sobria, de manera justa, de manera piadosa. Para eso renunciamos a la impiedad, para eso renunciamos a los deseos mundanos. Y obviamente, No se puede vivir piadosamente, justamente y sobriamente sin haber puesto el papel de renuncia allí, en el escritorio del diablo. La palabra impiedad describe el desprecio con que el hombre trata a Dios y todo aquello que se haya relacionado con él. Cuando la gracia de Dios alcanza a un hombre, a una mujer, a un joven, a un niño, sea quien sea, ésta le enseña a vivir una vida sobria, o sea, opuesto a ese sentimiento de borrachera. Justa y piadosa. una vida centrada en Dios. La gracia de Dios nos enseña a renunciar de manera consciente y deliberada a todo aquello que es pecaminoso y destructivo, nos capacita para renunciar a la incredulidad y a todo lo que sea ilícito e ilegal, a la impenitencia, a la idolatría, a la holgazanería, a la mentira, a la falsedad, a la hipocresía, a la glotonería nos mueve a renunciar a todo adulterio y fornicación, a toda pornografía y lascivia, al nudismo y al exhibicionismo con que muchas mujeres se conducen. Hay una renuncia a esas cosas. Renunciamos a eso. Eso es lo que hace la gracia de Dios en el corazón. ¿De quién se convierte? Le ponen la renuncia radical a esas cosas. ¿Con qué propósito? Para que vivamos en este siglo de manera sobria. Es lo primero que dice Pablo. para que vivamos en este siglo de manera sobria. Vivir de manera sobria es vivir siendo señores de nosotros mismos porque somos iluminados por la luz de la palabra de Dios y de esta manera gozamos de la presencia del Espíritu Santo en nosotros. Vivir de manera sobria es vivir ejerciendo dominio sobre cada una de nuestras pasiones carnales, sobre nuestro apetito por las cosas prohibidas. Porque nos dañan y corrompen la vida y la existencia. Vivir sobriamente es vivir conforme a la voluntad de Dios. Es vivir bajo la influencia todopoderosa del Espíritu Santo. Es vivir bajo la guía infalible de la Palabra de Dios. Eso significa vivir sobriamente. Para eso nos capacita la gracia de Dios. Para eso se nos da la gracia de Dios. Ella también nos capacita para que vivamos en esta tierra de manera justa, para que en nuestro trato con los demás nos caractericemos por la integridad, la rectitud, la honradez, el respeto, el amor y la bondad. Estas marcas distinguen la gracia de Dios operando en nosotros, en nuestro trato con los demás, en este mundo de tiniebla donde vivimos. Ella, la gracia de Dios, nos capacita para ser íntegros, rectos, honrados, respetuosos, amorosos, bondadosos, cariñosos. La gracia de Dios también nos capacita para que vivamos en este siglo de manera piavosa, o sea, en una estrecha relación personal con Dios, en una vida de devoción y de entrega a él de todo lo que somos y todo lo que tenemos. Se lo entregamos a él. Totalmente de pie a cabeza. Todo le pertenece a él y a él todo se lo entregamos para que podamos ser nosotros simplemente mayordomos que administramos las cosas como él dice que deben de ser administradas desde nuestra vida, familia, posesiones, etcétera. Señor, yo quiero administrar las cosas exactamente en los términos en que tú administras tu mundo. Porque que somos nosotros? Mayordomos y siervos inútiles. Eso significa vivir una vida de devoción. Eso significa vivir una vida de devoción a Dios. Vivir piadosamente es vivir teniendo al Señor Jesucristo como el Señor de nuestras vidas. En el piadoso, en el hombre piadoso, en la mujer piadosa, en la joven piadosa, en el joven piadoso. El domingo es el sol. Es el sol que calienta y alumbra su caminar con Dios los seis restantes días de la semana. Oiga bien eso. En el hombre piadoso, en la mujer piadosa, el domingo es el sol que calienta y alumbra su caminar por este mundo los siguientes seis días de la semana. Por eso pensaban los puritanos que no hay ninguna distancia entre ningún día del Señor y ningún Dios en tu vida. No hay ninguna distancia entre ningún Dios y ningún día del Señor en tu vida. Así como tú te conduces en el día del Señor, te puedo garantizar que te conducirá infinitamente peor en el día, en los días restantes de la semana. Ser piadoso es vivir para amar a Dios, es vivir para honrarle y adorarle a Él con todo lo que somos y con todo lo que tenemos en el tiempo y en el espacio, en todo cuanto hacemos. La gracia de Dios se nos ha manifestado para liberarnos del poder del pecado, Ella nos capacita para que renunciemos a la impiedad y a los deseos mundano. Para que nosotros ahora vivamos. En tercer lugar. Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Señor Jesucristo. Amados hermanos, la gracia de Dios no solamente nos da la capacidad de vivir en esta tierra con una ética moral elevada, sino que también nos da la capacidad para que vivamos en esta tierra siendo nada más y nada menos que ciudadanos del reino de los cielos. cuyo cumplimiento y realización total se dará el día en que Cristo venga por segunda vez a esta tierra. ¿Cómo viven los piadosos? Aquello donde se ha manifestado la gracia de Dios, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios. y salvador Jesucristo. ¿Por qué vivimos así bajo esa expectativa? Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación de todos los hombres. Muy sencillo, ¿verdad? Esa es la razón. Ahora vivimos esperando el cumplimiento de nuestra esperanza. Vivimos esperando el retorno de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo. Y con ello cesará en nuestras vidas toda batalla. Y con él y con ello cesará en nuestras vidas todo fracaso. Con ello seremos semejantes a nuestro Señor y Salvador Jesucristo eternamente y para siempre. Esa esperanza bienaventurada la siembra el Espíritu de Dios conforme a la gracia de Dios en nuestros corazones. Oh sí, Tan pronto la gracia llegue a nuestras vidas somos capacitados para que vivamos esperando la entrega de nuestra morada eterna en aquella ciudad de luz donde gozaremos de bienestar y pleno y completo gozo eternamente y para siempre. vivimos bajo esa expectación gloriosa de que en cualquier momento nuestro precioso Dios y salvador Jesucristo aparecerá en las nubes del cielo con gran poder y gloria y a qué vendrá él. a buscar a aquellos hombres y mujeres donde la gracia de Dios se ha manifestado para salvación de ellos. A esos vendrá el Señor. Ellos están esperándole. La gracia de Dios la capacita para ellos. ¿Es eso una realidad en tu vida? ¿Ha sido tú liberado del poder del pecado? ¿Ha sido tu alma liberada y emancipada del poder y la cautividad del mal? Recuerda que la gracia de Dios es la que puede obrar ese milagro en tu vida. Nadie se podrá por sí mismo autoliberar del poder de la muerte. Debe ser Cristo quien se levantó de la tumba quien también te levante de la tuya. donde tú yaces muerto en delitos y en pecado, nos dice la palabra de Dios. Mi amado hermano, si tú fuiste redimido de toda iniquidad, si tu alma ha sido purificada de todo pecado, si tú eres parte del pueblo de Dios, entonces Cristo vendrá por ti. Tú puedes plenamente estar seguro de que Cristo volverá por ti. Él pondrá sus pies de nuevo en este mundo y vendrá a buscarte a ti de manera personal. ¿Lo estás esperando? Lo estás esperando, está preparado para ese día glorioso en el cual tu alma y tu cuerpo se reunirán con Él para disfrutar de la herencia incorruptible, incontaminada, inmarcesible que Él reservó para ti. Dice primera de San Vicente capítulo 4 versículos 16 al 18 lo siguiente porque el Señor mismo con voz de mando con voz de arcángel y con trompeta de Dios descenderá del cielo y los muertos en Cristo resultarán primero. Luego nosotros lo que vivimos lo que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire. Y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras. Alen, hermano, alentaos. Aliéntate. Estamos en tiempos difíciles. Pero lo bueno que tiene esto es lo malo que se está poniendo. Porque qué dijo el Señor? Que los tiempos irían de mal en peor. De modo que mientras peor los tiempos nos anuncia ello, que pronto Cristo vendrá a poner fin al presente orden, al presente siglo malo. Eso es todo. ¡Ah, que la economía está mala! ¡Qué bueno que esté mala! ¡Y que se ponga peor! Cristo viene. Eso es lo que nos anuncia la mala economía. De eso nos hablan las quiebras bancarias, de eso nos habla el acceso a los combustibles, de eso nos habla el aumento de las pestas y enfermedades, del aumento del hambre en el mundo. En esta semana hoy día de África, donde la ONU hacía un llamado urgente para que le enviaran dinero, porque había más de dos millones en Kenia que estaban amenazados de morir de hambre en este año. Dos millones de gente muerta porque no tienen comida. Es mucha gente. Eso es un país, Kenia. Pero la fila es larga ahí, en este continente. Todas esas cosas, hermanos, nos anuncian que Cristo volverá. Fue escrito como señales del fin. Un pan, ¿por cuándo? Denarios. Por tres denarios, otros fue que dijeron. Cristo volverá. Vemos finalmente que el apóstol Pablo termina este capítulo dándole una exhortación a Tito y otra exhortación a la iglesia. Una exhortación para Tito y una exhortación para la iglesia. Esto habla, exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie se menosprece. Esto, o sea, todo lo que él acaba de hablar desde el capítulo 1 al capítulo 2, todo eso, él debía de hablarlo, de soltarlo y de reprenderlo en el corazón y en la mente de esos hermanos en esas iglesias. Y él da una nota a la iglesia, no te menoprecien, no menosprecien el mensaje, no menosprecien al mensajero, El predicador debe de hablar, exhortar y reprender con toda la autoridad que el cielo le ha dado para que lo haga, para que los ojos de nuestra conciencia sean abiertos, para que nuestras mentes sean iluminada con la verdad, para que nuestra voluntad sea doblegada y sometida al señorío de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. porque Cristo no solamente debe de ser salvador tuyo, sino también Señor tuyo, para que tú puedas experimentar la plenitud del poder de la gracia en tu vida. Por esa razón, dice Pablo, nadie te menosprecie, nadie te menosprecie, nadie te tenga al menos porque de qué provecho le será la palabra de Dios a una persona que tiene en su corazón al predicador en menos que tiene al predicador en su corazón con una actitud de menosprecio ¿Qué es lo que tanto dice? ¿Qué es lo que tanto habla? ¿Quién es ese? Para estarme hablando y diciendo a mí cosas. Nadie te menosprece, dice aquí. Nadie te menosprece. ¿Por qué? Porque si en tu corazón no hay respeto, no hay estima, valoración, amor, admiración por ese hombre por causa del señor que les llamó y envió para hablarte. Esa palabra predicada no hará ningún ningún tipo de efecto en su vida o en tu vida particular. Por eso nadie te menosprece. Nadie te menosprece. La palabra de Dios. debe de ser recibida con la autoridad que ella trae, pero también debe de ser recibida a través del instrumento que Dios usa para traerla. Por eso, Ese instrumento debe de ser respetado, valorado, estimado, amado y admirado por todos aquellos que se exponen a la predicación y enseñanza de la palabra de Dios por medio de ese individuo. No puede ser ni debe ser diferente. Porque en todo esto lo que está en juego Por un lado es la gloria de Dios y el mensaje que se predica, y por otro lado tu propia salud, bienestar y salvación espiritual. ¿Cómo podrá la palabra de Dios llegar a lo íntimo de tu corazón, a lo profundo de tu corazón, si tú tienes en tus oídos dos tapones compuestos del ser humen, del mal querer. Si tus oídos están tapados del ser humen, de la desvaloración de ese individuo, si tus oídos están tapados con el ser humen del irrespeto a ese individuo, si tus oídos están tapados con el ser humen, de las raíces de amargura contra ese hombre. ¿Cómo puede el mensaje de Dios llegar a tu corazón? No podrás, sencillamente no podrás, porque allí en tus oídos hay dos tapones que debes de sacar primero, antes de que esa palabra pueda llegar a lo íntimo de tu corazón. Por eso dice Pablo, nadie te menoprece, Nadie te menosprecie porque si te menosprecian la palabra que tú has de enseñarle será inútil, no podrá llevar a cabo esa obra de reforma interna que ella está llamada a realizar en la vida de todos los recipientes que la reciben. Nadie te menosprecie. Por eso, mi amado hermano, hermana, si tienes algo en contra de los hombres que se paran aquí a predicar o que se paran en la escuela dominical a enseñar la palabra de Dios. No dejes que el sol se ponga sobre tu enojo. No dejes que el sol se ponga sobre tu malquerencia. No dejes que el sol se ponga sobre tu raíz de amaldura. No deje que eso se ponga sobre tu diferencia con el hombre o con la mujer que te enseñan. Es una hermana. Niño o adolescente. Trata ese asunto a la luz de la palabra de Dios. Cara a cara. Si tú crees que allí hay una situación particular que hay que resolverla y que ese hombre está desautorizado por ello para predicar, ve donde él. Es donde ella trata el asunto, porque aquí es un asunto de vida o de muerte, de vida o de muerte, de vida o de muerte. Es posible que tú tengas la razón de tu malcreencia, de tu raíz de amalgura y de todo aquello que el diablo y el pecado han puesto en el corazón tuyo por vía de ese hombre predicador. sea pastor, diácono, lo que sea. Es posible que tú tengas razón. Pero la Biblia nos dice cómo tratar ese tipo de problemas y cómo resolverlo también. De manera que el problema no es el problema, el problema es cómo tú abordas el problema y si lo abordas o no lo abordas. Ahí es donde está la dificultad. Y créanme, amados hermanos, Quienes predican son tan pecadores como ustedes. No se olviden de eso. Porque a veces venga uno como un ángel que nunca peca. Y que en él no hay ni una sola gota de pecado. No, hermanos. No somos Júpiter. Como veían los amigos de la isla esta de de Malta. Como veían los habitantes de Malta, Pablo llegó a Júpiter, vamos a adorarlo, no hay pecado en este hombre. Le mordió una víbora y no se murió. Ese es un dios. No, hermano, no somos dioses, somos pecadores igual que ustedes. Y hay cosas en la vida de unos que ofenden a otros. Conducta de unos que ofenden a otros. Palabras de unos que ofenden a otros. A veces me he parado en la puerta ahí. Yo no sé, la verdad que yo no sé. Una hermana de la iglesia que no está aquí ahora mismo. Yo no sé si fue que yo le hice un gesto que a ella le pareció como un gesto de indiferencia o de desdén o de desprecio y ella lo interpretó como tal. Pero mire, por mi mente jamás pasó. tal cosa. Yo ni me di por enterado de que había hecho un gesto con tres hermanas, que créanme, le ofendió. No se sintió bien conmigo. Y se pasó varias semanas, viniendo a la iglesia, pero bajando por aquí, por esta puerta. Yo estoy total y completamente desinformado de ese malentendido que había en su corazón. totalmente mal informado o desinformado. ¿Qué sucedió entonces? Por la gracia de Dios, finalmente mi hermana volvió en sí y me llamó para pedirme una cita. Nos sentamos Y para mí fue la cosa más increíble ver, o sea, cómo el diablo puede poner en la mente de la gente cosas que no son, ni han sido, ni serán nunca. Claro, allí tratamos el tema, hablamos del asunto, me pidió perdón por haberme juzgado de esa manera, sin haber hablado conmigo primero. Porque si había algo en mí que estaba mal, en ese momento, No te vayas de aquí sin hablar conmigo primero. Acércate a mí, para que todos vengan acá. ¿Qué te ha dicho tu suya? ¿Qué pasó aquí? Acércate y habla conmigo el asunto. Y de seguro, hermano, que ahí mismo el diablo se queda con el gallo en la funda. Ahí mismo se queda el diablo con el gallo en la funda. Lo matamos ahí mismo en la funda del gallo. Pero... Naturalmente, se fue con la actitud y el diablo se ocupó de ponerle más cosas, más leña al fuego para que eso arda más. Y cuando te viene a ver, esa mujer está allí con un desafecto hasta lo último, con un menosprecio hasta lo último. Y con ese ser humo me metí ahí. ¿Quién puede oír la palabra de Dios predicada por un hombre? que me ha dañado, que me ha ofendido, que me ha agredido, que blablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablablabl esa es la gracia con la que con la que la sábana de Dios cubre el pecado nuestro pecado y es la misma sábana con que tú y yo también debemos de cumplir el pecado de nuestros hermanos con esa sábana del amor es como también debemos de cubrir el pecado de nuestros hermanos Oh, mis amados, que Dios nos consiga hacer esa clase de creyente que describe Tito en esta carta, o que describe Pablo en esta carta a Tito. Pero qué bueno, hermano, que la gracia de Dios sea manifestada. Y podemos ser, por la gracia de Dios, exactamente aquello que Dios demanda de nosotros. De pies a cabeza. adentro y afuera. Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación de todos los hombres. No hay acepción de personas en el Señor. Sean viejos, sean ricos, sean pobres, sean educados, sean analfabetos, sean príncipes, sean agricultores, sean lo que sean. La gracia de Dios se ha manifestado para salvación, hermanos, de todos los hombres. de todos, sin distinción de raza, lengua, nación, color, posición social, no hay diferencia, pero un esclavo la misma demanda de vida de piedad se la hace Dios al ricachón. la misma demanda de piedad y lo puede lograr. ¿Por qué? Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación de todos, de todos. Bendito sea el Señor. Oremos. Te damos gracias, Padre, por tu palabra dulce, bendita, gloriosa, eterna, que ha sido puesta delante de nosotros. Te pedimos ahora, oh Señor, que tú trates y vean nuestros pecados en lo que hemos incurrido con tanta frecuencia en nuestras vidas. Te pedimos, Señor, que tú obres en nuestros corazones y nos conceda la gracia y la humildad de ver nuestro pecado, Señor, pero también la gracia, la gracia y la bondad de que podamos arrepentirnos de ellos, apartarnos de ellos y entregarle nuestra vida al Señor Jesucristo. Que Él sea nuestro santificador, nuestro salvador, nuestro redentor, nuestro libertador, de todo aquello que nos ha contaminado y manchado prosperamos en esto pues lo rogamos Señor en el nombre de Jesús. Amén.
La gracia manifestada
ស៊េរី Epístola a Tito
La gracia manifestada
លេខសម្គាល់សេចក្ដីអធិប្បាយ | 41525642214002 |
រយៈពេល | 53:24 |
កាលបរិច្ឆេទ | |
ប្រភេទ | ព្រឹកថ្ងៃអាទិត្យ |
អត្ថបទព្រះគម្ពីរ | ទីតុស 2:11-15 |
ភាសា | អេស្ប៉ាញ |
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