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ប្រតិចារិក
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Bien, hermanos, vamos a venir en oración al Señor. Bendito Dios, nos acercamos una vez más a ti para pedir de tu dirección para escuchar este sermón. Que esta palabra sea de bendición para nuestras vidas. Que seamos animados, exhortados. Te lo pedimos, Señor, en el nombre de Cristo Jesús, nuestro Salvador. Amén y Amén. Hoy comenzamos una nueva serie de sermones sobre la carta de Judas. Me ha parecido bien estudiar Judas en estos domingos ya que el año nuevo está ya a la vuelta de la esquina y el tema de Judas nos puede animar a esforzarnos más en la fe en este nuevo año si el Señor nos permite vivirlo. Algunos que apenas comienzan en su estudio bíblico se preguntan si este Judas es el mismo que traicionó a Cristo. No, no es el mismo. Como veremos más adelante, este Judas es hermano de Jacobo o Santiago. Y Santiago se nos dice que era medio hermano del Señor Jesucristo. Entonces este Judas también era medio hermano del Señor Jesús. El propósito de escribir esta carta es que había personas que se habían metido dentro de la iglesia que estaban tergiversando la verdad. La Biblia nos enseña que Dios es el Dios de verdad, Salmos 31, 5. Que Jesucristo está lleno de gracia y de verdad, Juan 1, 14. Que el Espíritu Santo es el Espíritu de verdad, nos dice Juan 14, 17. La Iglesia nos dice primero a Timoteo que es columna y baluarte de la verdad. La Iglesia protege y predica la verdad del Evangelio. Pero hay veces que los que vigilan se llegan a dormir y descuidan esa verdad. Pero sepa que Satanás nunca descansa, nunca duerme, está esperando que nosotros lo hagamos para poder entrar y reemplazar la verdad con falsedad y engaño. Ustedes han escuchado que en mis predicaciones pongo ejemplo de ciertas personas que se dicen pastores y que se dicen cristianos. Y esto lo hago, hermanos, porque irónicamente los ataques más fuertes a la iglesia no han venido de fuera, sino de dentro. Hombres que se dicen cristianos, pero con sus hechos niegan a Cristo u ocupan su nombre para hacer de él mercadería. Muchos de ustedes conocen a familiares o amigos que han sido engañados y estafados por esta clase de hombres. Hombres que fueron dejando poco a poco la palabra de Dios y Satanás poco a poco fue metiendo su doctrina y ahora son todo menos la iglesia de Dios. Por eso, me ha parecido conveniente volver a estudiar esta carta, muy corta, es un solo capítulo. Pero esa exhortación a contender ardientemente por la fe, no la podemos pasar por alto, y nos cae muy bien para saber discernir si estamos en el camino de Dios o somos aquellos mentirosos que se engañan a sí mismos que son cristianos. El Nuevo Testamento nos advierte muchas veces de estos falsos maestros apóstatas. Algunas veces los compara con lobos rapaces. Mateo 24.11 dice que muchos falsos profetas se levantarían y engañarían a muchos. Pablo advertía a Timoteo que muchos iban a apostatar de la fe escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios. Esta palabra apostasía la hemos escuchado muchas veces. ¿Pero qué es apostasía? La apostasía es abandonar la religión o sus ideales para seguir otros diferentes. Esta es la definición que da el diccionario. Y aquí el temor de muchos a dejar cierta religión. Pero a lo que se refiere concretamente el texto es a dejar a Cristo Jesús, no una religión en particular. Puedes llamarte cristiano, ser miembro de una iglesia o inclusive puedes ser ministro cristiano y ser un apóstata. Hace unas semanas exploramos la parábola del trigo y la cizaña, donde vemos que el enemigo ha sembrado cizaña dentro de la comunidad visible de Dios. A pesar de que los trabajadores sugirieron arrancarla, el amo optó por no hacerlo, ya que podría dañar también el trigo. Esto nos enseña que debemos convivir con la cizaña, pero al mismo tiempo estar alerta para evitar que ésta se sobreponga al trigo. En esta carta vemos el interés de Judas por evitar que estos falsos maestros se siguieran infiltrando y haciendo daño al rebaño de Dios. ¿Y de quién es la responsabilidad de frenarlos? Dios obra muchas veces por medios ordinarios, en este caso por medio de nosotros. La exhortación es a nosotros. No van a venir ángeles a correr a los falsos maestros. Es la iglesia vestida con la armadura de Dios la que tiene que echar fuera a la cizaña. Hoy habita en la iglesia un evangelio de puro amor y paz. Un cantante secular escribió en una de sus canciones que no es necesario leer la Biblia. Cito lo que dice, lo que está escrito ahí se resume en amor. Vamos, ve y practícalo. Y los cristianos, wow, qué verdad dice este cantante en sus canciones. El amor, el amor. Dios es amor, pero han hecho del amor un Dios. El que dice amar a Dios, lo demostrará obedeciendo sus mandamientos. Dentro de las iglesias existe también una frase que dice, vamos a convivir con una iglesia, pero no nos vamos a meter en doctrina. Respetamos su doctrina y que ellos respeten la nuestra. En otras palabras están diciendo, no me importa lo que digan de Dios, no me importa si lo están ofendiendo, no me importa si están blasfemando, lo que me importa es tener compañerismo con ellos. ¿Aceptaremos acaso esto, hermanos? Pues este es el pensamiento de muchas iglesias. La carta de Judas nos advierte sobre las consecuencias graves de la mala enseñanza combinada con una vida desinteresada. Comienza nuestra carta diciendo, Judas, siervo de Jesucristo y hermano de Jacobo, a los llamados, santificados en Dios Padre y guardados en Jesucristo, misericordia y paz y amor os sean multiplicados. El nombre Judas proviene del hebreo judá y significa alabanza. Era un nombre común en ese tiempo y en el Nuevo Testamento se repite varias veces. Dos de los discípulos de Jesús se llamaban Judas, Judas Iscariote y Judas el hijo de Jacobo. Pablo conoció a Ananías en la casa de Judas de Damasco, en Hechos capítulo 9. Otro Judas era Judas Barzabás, era un dirigente de la iglesia primitiva, lo vemos en Hechos capítulo 5. Pero el Judas que escribió esta carta no era ninguno de esos Judas. Este Judas se dice que era hermano de Jacobo, quien era hermano de Jesús. Vamos por favor a Mateo capítulo 13 verso 55. Dice así, ¿no es este el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María y sus hermanos Jacobo, José, Simón y Judas? Gálatas 1.19 dice, pero no vi a ningún otro de los apóstoles, sino a Jacobo, el hermano del Señor. Según la tradición, hermanos, José y María tuvieron más hijos después que el Señor Jesús naciera, y dos de ellos eran Jacobo y Judas. Jacobo y Santiago es lo mismo, sólo que en diferentes idiomas. Judas comienza su carta presentándose, al igual que su hermano Santiago, como siervo de Jesucristo. ¡Qué honor ser medio hermano del Señor aquí en la carne! Pero ellos no hacen alarde de esto. ¿Por qué? Porque al final de cuentas, ¿qué relevancia tiene en la eternidad ser medio hermano de Cristo? Esto demuestra algo importante, que la muerte, la resurrección y la ascensión de Cristo había transformado el corazón de Judas. Y no lo veía más como un hermano mayor, sino como el Señor, el Salvador de su vida. Durante el ministerio de Cristo, aquí en la tierra, dice la escritura que sus hermanos no creían en Él. Vamos por favor a Juan capítulo 7 y vamos a leer del verso 2 al verso 5. Dice, estaba cerca la fiesta de los judíos, la de los tabernáculos, y le dijeron sus hermanos, sal de aquí y vete a Judea para que también tus discípulos vean las obras que haces, porque ninguno que procura darse a conocer hace algo en secreto. Si estas cosas haces, manifiéstate al mundo, porque ni aún sus hermanos creían en él. Ahora hermanos, Judas se presenta a sí mismo como siervo, que en el original es doulos, que quiere decir esclavo. Ahora Cristo era para Judas su señor y maestro. Esta relación era más importante que el vínculo familiar aquí en la tierra. La palabra doulos o esclavo en el contexto bíblico denota la condición de ser propiedad de alguien y la entrega total y desinteresada a esa persona, en este caso al Señor Jesucristo. A partir de aquí comienza a surgir un contraste entre los verdaderos siervos de Cristo y los apóstatas de los que nos hablará más adelante Judas. Judas se destacó como un siervo agradecido y voluntario del Señor, mientras que los apóstatas rechazan el señorío de Cristo a través de su estilo de vida pecaminoso. ¿Podrías decir eso también tú, hermano? ¿Soy esclavo de Jesucristo? Un esclavo no hace lo que quiere, hace lo que dice su Señor. Un esclavo está dedicado las veinticuatro horas a servir a su Señor. Aún si en la madrugada él desea algo, el esclavo lo hace. Si un esclavo se portaba mal, el amo tenía el derecho de disciplinarlo. Por eso en las películas es común ver al esclavo con cicatrices. Pablo también decía, llevo en mi cuerpo las marcas de Cristo. Un esclavo va a donde el amo dice. Un esclavo no posee nada. Todo es de su Señor. ¿Te cuesta aceptar esta palabra, hermano? Pues no hay mucho de dónde elegir, porque o eres esclavo de Cristo o eres libre de Cristo, pero esclavo de Satanás. El ser esclavo traía mucho trabajo, pero también traía muchos derechos. De esto no hablan las películas de Hollywood. El esclavo se dedicaba completamente a su señor, y el señor veía por su esclavo. Le proporcionaba techo, le daba comida, le daba vestido, le daba esposa. Si estaba enfermo, le llevaba al doctor. El esclavo no se preocupaba de nada, de lo indispensable. La única ocupación era agradar a su amo. Hermanos, ¿qué nos dice la Biblia? Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y lo demás será añadido. Si decimos que somos siervos de Jesús, ¿no deberíamos mejor estar al pendiente de las cosas que a Él le agradan, haciendo lo que Él manda, y estar a su servicio durante toda nuestra vida? Si usted es siervo de Jesús, No se preocupe entonces de la ropa, del techo, de la comida, del vestido, porque tu amo lo proveerá. Si los amos, que eran malos, daban todo esto a sus esclavos, ahora nosotros que tenemos a un Dios bueno, ¿no tendrá cuidado también de nosotros en lo esencial? A continuación vemos a quién va dirigida esta carta. No se sabe con certeza pues a quién iba dirigida esta carta en particular. Pero por la forma que está escrita podemos ver que estaba dirigida a un grupo de creyentes judíos quienes probablemente estaban en Jerusalén. Judas anima a sus lectores a confiar en Dios, incluso en medio de esta batalla espiritual. Y les recuerda que son llamados, son santificados, son guardados y son bendecidos por Él. Vamos a ver cada una de estas verdades que el apóstol Pablo menciona. Número uno, que son llamados. Esta palabra en el original da la idea de ser escogido o seleccionado personalmente. Dios ha llamado a los creyentes hacia Él, los ha apartado y ha escogido como sus hijos. Aquí Judas no habla sobre el llamado general de Dios a los pecadores que hace a través de nosotros cuando predicamos el Evangelio. Este a veces se acepta o se ignora y se rechaza. El llamado al que se refiere Judas es el llamado interno que hace Dios a Sus elegidos. Este llamado rompe toda voluntad, porque nos hace nacer de nuevo, y al reconocer que es el Señor, no podemos más que venir humillados ante Él. les conté hace tiempo la historia de un joven que le gustaba mucho la música de metal y dice que seguido lo invitaban unos hermanos a la iglesia y siempre decía que no un día lo hartaron de tanto invitarle y dijo ok voy a ir y usaba playeras de esas negras con demonios Y dice que buscó la que tenía el gráfico más feo, más ofensivo, para que más se ofendieran en la iglesia. Después de escuchar el evangelio predicado ese día en la iglesia, dice que sus lágrimas comenzaron a bajar. Y él decía, ¿pero por qué estoy llorando si esto a mí no me gusta? pero no dejaba de sentirse mal. El Evangelio había hecho la obra en él. Dios lo estaba llamando. Cuando el Señor llama, no le podemos decir que no. Y muchos de los que están oyendo esto pueden dar testimonio también. Segundo a Timoteo 1, 8 y 9 dice, por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el Evangelio, según el poder de Dios, quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos. Dice también que estos llamados son santificados en Dios Padre. La palabra santificados nos muestra que Dios puso su amor en los creyentes en la eternidad pasada. Como le explica Efesios 1, 4 y 5, dice, Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor, habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad. Dios, por su amor incondicional y selectivo, decidió de antemano quienes creerían antes de la creación del mundo. Hechos 13, 48 dice, al oír esto, los gentiles se alegraron y celebraron la palabra del Señor y creyeron todos los que estaban destinados a la vida eterna. Ahora, hermanos, ¿de qué forma nos santificó el Padre? tenía que dar a su único hijo para morir en la cruz en lugar de nosotros, pagando la culpa que teníamos. Después envió a su Espíritu Santo para que nos dé una vida nueva, nos redargulla de pecado y nos haga venir a Cristo y así cada día seamos santificados. Además, el Padre sigue asegurando y protegiendo a sus hijos, prometiéndoles una relación con Él que durará toda la eternidad. Primera de Juan 3.1 dice, fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios, y lo somos. El mundo no nos conoce precisamente porque no le conoció a Él. Los destinatarios de esta carta no sólo son llamados y santificados en Dios el Padre, dice también que son guardados, aunque en muchas Biblias aparece guardados en Una mejor traducción sería guardados por, guardados por Jesucristo. Es lo que dice Juan capítulo 10 del 27 al 29 dice mis ovejas oyen mi voz yo las conozco y ellas me siguen yo les doy vida eterna y nunca perecerán ni nadie podrá arrebatármelas de la mano mi padre que me las ha dado es más grande que todos y de la mano del padre nadie las puede arrebatar. ¿Alguien podría dudar de la Palabra de Cristo Jesús? Creo que nadie de los que escuchan. Entonces créanle a Él, hermanos. Crean a Su Palabra. Puedes hacer tuya esta promesa el día de hoy y vivir confiado de ahora en adelante. Pero esta promesa, al igual que esta carta que estamos estudiando, tiene un destinatario específico. No es para todos, es para los llamados. No es todo el mundo, son los santificados. Dios no promete cuidar de esta forma a todos, sino de sus ovejas. Ahora, ¿eres tú oveja del Señor? ¿Qué se necesita para ser del rebaño del Señor? Arrepiéntete y cree en el Evangelio. Deja tu vida de pecado y cree que Cristo pagó tu deuda en la cruz. Como dice otra parte, cree en el Señor Jesucristo y serás salvo tú y tu casa. Después de que Judas nos recuerda que hemos sido llamados, santificados por el Padre y guardados por Cristo Jesús, nos dice la actitud que cada cristiano debe tener para con sus hermanos, porque lo ha recibido abundantemente del Señor. Verso 2 dice, misericordia y paz y amor os sean multiplicados. La salvación de Dios para sus hijos viene acompañada de abundantes bendiciones, y son necesarias mientras sigamos en este mundo perverso. Esta triple expresión ocurre sólo una vez aquí en el Nuevo Testamento. Necesitamos cada día más misericordia, porque no puede pasar un instante sin que pequemos. Cada que el cristiano peca y sabe que ha fallado encuentra una amplia provisión de misericordia en el trono de la gracia. Como dice en Lamentaciones 3.22, por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos porque nunca decayeron sus misericordias. Misericordia y paz. El cristiano siempre está necesitado de paz, una paz que proviene de saber que sus pecados son perdonados. Ahí radica la verdadera paz, en estar en paz con el Señor. Juan 14, 27 dice, La paz os dejo, mi paz os doy, yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo. En ningún otro lado podremos encontrar paz solo viniendo a Cristo Jesús. ¿Y qué podemos decir del amor, hermanos? Cada día somos testigos de Su amor, que al igual que Él, es infinito. Romano 5.5 dice, y la esperanza no avergüenza, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado. ¡Qué grandes bendiciones tenemos al ser considerados hijos de Dios! Lamentablemente muchos se quieren quedar aquí, ¿no hermanos? Estas bendiciones nos fueron dadas para un propósito, y uno de ellos lo encontramos en el verso 3, y que es el tema principal de esta carta, para que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos. pero estaremos adentrándonos en esto en los próximos sermones. Oremos al Señor.
Salutación
ស៊េរី Judas
En la carta de Judas, se destaca su preocupación por detener a los falsos maestros que amenazan al rebaño de Dios, y nos exhorta a tener un papel activo en la defensa de la verdad del evangelio.
លេខសម្គាល់សេចក្ដីអធិប្បាយ | 2272455403783 |
រយៈពេល | 23:51 |
កាលបរិច្ឆេទ | |
ប្រភេទ | ការថ្វាយបង្គំថ្ងៃអាទិត្យ |
អត្ថបទព្រះគម្ពីរ | យូដាស 1-2 |
ភាសា | អេស្ប៉ាញ |
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