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ប្រតិចារិក
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Muy bien, vamos a leer juntos, por favor, Galatas 5, Galatas 5, del 16 hasta el 20, vamos a leer hasta el 26. Voy a leer, ustedes me pueden seguir de vista. Digo pues, andad en el espíritu y no salispegáis los deseos de la carne. Así que nota que el secreto para tener victoria y no satisfacer los deseos de la carne es andar en el Espíritu, confiar en el Espíritu Santo, porque el Espíritu produce en nosotros el poder para amar, tener gozo, paz, el fruto del Espíritu que vamos a ver ahora. El deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne. Y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisierais. Si yo voy a determinar mi carne y voy a vencer la carne, voy a fracasar. En mi propia fuerza, yo no puedo amar, tener gozo, paz, paciencia. No es posible sin el poder del Espíritu. Así que hay muchos que van a psicólogos o maestros y piensan, oh, si hago esto o otra cosa, vamos a tener una familia feliz. Y yo voy a ser una persona amable y gozoso. Y no funciona, ¿verdad? Es que muchas veces llega un día que dices, ay, vamos a ir a la iglesia como pareja y luego se pelean en el camino y ya no llegan, ¿verdad? Otras veces, vamos a salir a evangelizar como pareja y ya en el camino se pelean y ya ellos necesitan la visita en vez de visitar a otros, ¿verdad? Es que en la carne uno tiene deseos posiblemente de ser mejor, pero necesita el espíritu. Y para eso, no es solo decir, Señor lléname ahora, ya estoy lleno toda mi vida. No, es andar en el espíritu, andar cerca de Dios. Siempre meditando en él y confiando en su poder, practicando la presencia de Dios. Dijo un monje realmente, hace mil años o algo, practicando la presencia de Dios. Caminar cada momento. Señor, te necesito para el próximo paso. Señor, te necesito para la próxima decisión. Practica como si Cristo está a tu lado y andar en el Espíritu. Señor, otra vez te fallé. Necesito tu ayuda, Señor, para no repetirlo y para tener perdón del Señor y para tener fe que tú me vas a perdonar. Así es andar en el Espíritu, ser lleno del Espíritu. Es el secreto de todo esto porque es el fruto del Espíritu lo que vamos a ver aquí. Y estos se oponen. Carne y el Espíritu. Versículo dieciocho. Si sois guiados por el Espíritu, otra manera de andar el Espíritu, otra manera de hablarlo es ser guiados por el Espíritu. No estáis bajo la ley. No voy a hacer esto con la ley de mi carne, con mi propia disciplina. Yo necesito que el Espíritu me guíe de cómo hacerlo y qué hacer. Y así que siempre pendiente de estudiar la Biblia. Señor, guíeme por tu palabra. Creo que el martes con los varones, si otro hermano no tiene un devocional, vamos a leer un poco en proverbios y practicar, orar versículos de proverbios para que el Señor nos guíe en cada paso. Dice que hagas esto, que no hagas otra cosa. Tenemos que orar cuando la Biblia nos instruye para decir, ayúdame a hacer esto y ayúdame no a hacer otra cosa. y ayuda a otros con esto. Pero así que no puedo ser guiado por mi inteligencia y sabiduría. ¿Cómo voy a tener mejor matrimonio? Oh, yo tengo la idea. ¿Golpear a mi esposa y ella va a ser obediente? No. Regañar a mi esposo y él va a ser muy amable y si le regaño bastante, si soy gotera continua, eso es lo que va a ayudar a mi esposa a cambiar. Y no, dice aquí en Santiago que la ira del hombre no obra la justicia de Dios. Así que, gritar uno al otro, a lo mejor tú crees que esa es la manera, pero no, ser guiado por el espíritu, no por lo que tú crees que es inteligente o sabio. Es que solo la otra semana alguien me estaba diciendo, Pastor, ¿cómo hiciste para tener sus hijos, verdad, criados? Y digo, yo no sé, no lo hice. Dios tenía que hacerlo. Todo lo que hice yo era servir de tropiezo. Y lo que hizo Dios era perdonarme y hacer mis hijos crecer mejor a pesar del tropiezo de papá que tenían. El hecho es que tenemos que reconocer que la gloria va a Dios para todo. Esta iglesia, Dios lo ha bendecido por su obra, no por ningún hombre. No tenemos la mejor predicación, la mejor música, muchas cosas, el mejor evangelismo, el mejor instituto. Hacemos lo que podemos en todo, pero no hacemos nada lo mejor. Pero Dios bendice porque es su obra. Y así que usted viene porque el espíritu. Y así que un pastor o un maestro escolar, yo puedo enseñar. Esto es cómo preparar sermones, esto es cómo preparar una clase para enseñar. Pero realmente, si no estás guiado por el espíritu de cómo enseñar y qué enseñar, Va a ser un desastre, no va a resultar en nada, ¿verdad? Si vas a predicar un sermón siguiendo los reglamentos de la retórica, no garantiza nada. Solamente hay que ser guiado por el Espíritu de cómo predicar, cómo enseñar, cómo evangelizar. Es que salimos el sábado con tres o cuatro nombres y muchas veces no hay nadie en casa y encontramos a alguien en la calle o otra cosa y entonces allí vamos y Dios muchas veces guía y bendice en eso. ¿Verdad? Y así tenemos nosotros que ser guiados por el Espíritu. Y entonces cuando yo digo cómo puedo guardar la paciencia, cómo puedo ser más gozoso, no por una serie de reglamentos. Hay un pastor que amo y respeto mucho, aunque no le conozco, de Atlanta, Georgia, que muchos de ustedes la han escuchado predicar, y casi todos sus sermones y mensajes son como 10 maneras de ser feliz, o 7 maneras de tener una familia más gozoso, o 10 maneras de hacer esto y estar bien. Y el hecho es que son muy bonitos, muy buenos. No lo critico, Pero el hecho es que si uno de los puntos no es esto, de ser guiado por el Espíritu, empoderado del Espíritu, y que Cristo le perdone y le ayude, no sirve de nada todos los pasos, ¿verdad? Porque son buenos pasos. Pero no podemos ni tomar el primer paso, menos diez pasos, ni recordar los diez pasos, si el Espíritu no nos guía en lo que debemos hacer. Así que muchas veces, Pastor, ¿qué debo hacer con mis hijos en esta circunstancia? No sé, es que el Espíritu les tiene que guiar. A lo mejor yo hice tal cosa con mis hijos, pero tú a lo mejor tienes que hacer otra cosa con tus hijos en esta circunstancia. Así, ser guiado por el Espíritu, pero el Espíritu te guía para, verdad, muchos consejeros, leemos esto hoy en proverbios, que muchos consejeros, verdad, hay sabiduría, pero el hecho es que tenemos que reconocer que todos los consejeros nos pueden confundir. Dios puede usarlos. Busca consejo, ¿verdad? Dice aquí, no estáis bajo la ley. Ya no van a solo decir, si sigo esta ley, esta lista de reglas, allí todo saldrá bien. Le ayudo la ley, pero el espíritu tiene que ayudarle a cumplir la ley con amor. Así que no estoy bajo la ley, sino bajo la dirección del espíritu que usa la ley, pero es el espíritu que me guía para interpretar la ley. Y para poder practicar la ley, porque ya lo hago de corazón, la ley de amor, la ley de Cristo, que está conforme a la ley de Moisés, pero no, verdad, no es solo una lista de reglamentos, es el poder de Dios. Una cosa que los padres aprenden muy rápido y los esposos es orar mucho. Orar hasta ayunos y oración. Es que los padres que no han ayunado de vez en cuando algún día para sus hijos no saben lo que estoy diciendo. Pero es tomar la oración en serio. Puede ser que ayunas cada almuerzo por tres semanas o dos meses, o puede ser que ayunas por cada jueves por tus hijos, o puede ser que solo de vez en cuando tomas un día de oración y ayuno, ¿verdad? No es el ayuno que sirve, es la oración. Pero el ayuno es dar más tiempo para orar en vez de dar tiempo para comer, ¿verdad? Es para concentrarte en Dios y mostrar un poco de sinceridad a Dios. A veces uno no puede ni comer, ni puede, ni quiere comer, porque tiene tanta agonía por su familia, por sus hijos, que dicen, no siento que ni quiero comer, solo quiero pasar más tiempo en oración en este día. Así tenemos que reconocer que ser guiado por el Espíritu. Ni el reglamento de ayuno te ayuda. Es guiado por el Espíritu cuando Él quiere que ayunes, si eso es lo que Él quiere, ¿verdad? Ser guiado por el Espíritu de cómo orar, cuándo orar. Así que tiene que acercarse mucho, Señor guíame. ¿Cómo debo hacer esto? Si alguno falta en sabiduría, que la pida del Señor, que da a todos abundantemente. Así que si sois guiados por el Espíritu, el Espíritu usa la ley, pero no estás guiado por la ley, sino por el Espíritu que usa la ley, pero es el Espíritu que me guía. Versículo 19. Manifiestas son las obras de la carne. Si trato de hacer las cosas de mi propia carne, toda una lista de pecados aquí. No voy a ni nombrarlos ahora. Puedes leerlos, pero estoy diciendo, vas a fracasar. Vas a decir, seré puro. y vas a tener una mente adultera, si no la práctica, ¿verdad? No voy a ser codicioso y vas a tener la mente de codicia. No puedes vencer estas cosas solo pensando incluso, no voy a codiciar esta cosa. Solo pensándolo en la carne, solo pensando en esa cosa, me hace codiciar la cosa. Que estoy pidiendo que no vaya a codiciar. Pero por pensarlo, lo codicio más. Así que, solo el Espíritu me puede ayudar a cambiar la codicia en contentamiento. Tengo que andar en el Espíritu Selleno. Así, toda la lista aquí, pero seguimos entonces en 22. Reconocer en 21 que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Primero tengo que ser salvo por la obra del Espíritu, dándome fe para creer en Jesucristo. Esto es número uno. Si no estoy confiando en Dios para cambiarme, si no tengo fe en Jesucristo para salvarme, entonces olvida del fruto del Espíritu. no tienes el Espíritu, si no has entregado, te has entregado a Cristo, si no has recibido a Cristo para ser tu Salvador, si no has nacido de nuevo, por eso eres tan impaciente y tan... falta de paz. Si ustedes tienen estos problemas, puede ser que practiques estas cosas porque todavía no eres del reino del Señor, no estás Tienes que invitar a Cristo en tu vida, y Él le da el Espíritu Santo, y teniendo el Espíritu, puedes ser guiado por el Espíritu. Y entonces andar con el Espíritu, y Él va a producir su fruto en ti, una vez que Él está en ti. Así que, versículos 22, 23, si quiere leer conmigo. Mas el fruto del espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza. Contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Y 25 en especial, que repite de 16, si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. Si yo tengo vida nueva por el poder del Espíritu que me ayuda a creer en Jesucristo, recibir a Jesucristo, si vivo por el Espíritu, si tengo vida eterna por el Espíritu dándome fe, entonces tengo que andar. En el poder del Espíritu. Ese es el tema de Gálatas. Has comenzado en el Espíritu y ya vas a acabar en la carne. Así es el tema de Gálatas. Mira, si yo necesito el Espíritu para salvarme, necesito el Espíritu para santificarme. Para ayudarme a andar santamente. Y así es que dice, si vivimos el Espíritu, acércate mucho al Señor. Depende de él. Siempre está rogando, Señor, guíame, ayúdame. Necesito, Señor, andar en el Espíritu y no nos hagamos vanigloriosos creyendo que podemos hacerlo sin su ayuda, porque solo vamos a irritarnos unos a otros y envidiarnos unos a otros. Tenemos que decir, Señor, cámbiame tú. Produce en mí el fruto del Espíritu. Así que todo eso es preintroducción. Vamos a orar, entonces ver la introducción, entonces ver el fruto del Espíritu. Oremos. Padre, te damos gracias por esta noche. Ayúdanos, Señor, a andar en el Espíritu. Ayúdanos, Señor, a ser guiados por el Espíritu. En el nombre de Jesús. Amén. Lo más probable es que esta noche ni voy a llegar a hablar de las nueve partes del fruto del espíritu, solo la introducción. Y así nos vamos. Pero el hecho es que muchas veces comienzo diciendo esto porque es la verdad. Tú sabes que América, los Estados Unidos de América en particular, los Estados Unidos de Norteamérica, porque tiene los Estados Unidos mexicanos también que es de América, pero los Estados Unidos de Norteamérica, aunque México está en Norteamérica, no sé cómo se distingue. Pero lo mismo. Los Estados Unidos básicamente no es como Latinoamérica que fue conquistado por los católicos y España, ¿verdad? Los Estados Unidos de América básicamente es protestante por causa de fruta y una tempestad. Eso es porque somos protestantes. Una tempestad y fruta. las dos cosas trabajaron juntos. Porque en 1488, no, 1588, tenía una guerra entre España e Inglaterra. Inglaterra, protestante, de vez en cuando, ¿verdad? En ese momento me parece. Mientras que España, claro que muy católico. Incluso la razón porque Inglaterra fue católica a veces por Escocia y Inglaterra y María la Sangrienta, que era española y se casaba allí. Entonces en la casa de Enrique VIII tenía una lucha una vez católico, otra vez protestante, si sabe la historia. Muy complicado. Pero de cualquier manera, Había una guerra y la fuerza de España era unos buques, barcos especiales. Recuerdo el nombre de ese grupo de barcos, la Armada, ¿verdad? La Armada en 1588, creo que era. Felipe II, el rey de España en aquel tiempo. De cualquier manera entonces envió su armada que había hecho mucho estrago y conquistado a muchos, iba a conquistar a Inglaterra, pero había una tempestad. Y la gran tempestad, como los barcos de la armada tenían bases planos, no aguantaba las tempestades alrededor de Irlandia, Inglaterra, que tenían tempestades bien grandes, no como el Mediterráneo y cerca de España. Y entonces no aguantaban, pero más que eso, los mismos marineros en la Armada Española estaban bien enfermizos. Y no podrían aguantar la tempestad, primero por una tempestad de ese tipo de barco, pero tampoco por su salud. Estaban bien enfermizos por falta de fruta, por falta de fruta. Ahora, los ingleses tenían unos barcos especiales con el Sir Francis Drake, que era el capitán de la Armada de Inglaterra, y tenían barcos más hechos para ese tipo de mar, ¿verdad? Pero sus marineros estaban bien fuertes. Porque habían aprendido, me parece de un italiano, creo que era, Magellanes, ¿verdad? Que como 1480 o 1490 por allí, había circundentado toda la tierra, había circulado la tierra. Pero cuando circuló la tierra Magellanes, no sé si eran dos terceras partes o más de los marineros, se enfermaron. Y murieron. Y se notaron más tarde en el estudio, en Inglaterra, que ellos murieron de una enfermedad causada por la falta de lo que ellos no entendían de la fruta, pero era vitamina C, ¿verdad? Y entonces, como estaban tan débiles, tan enfermizos, muchos murieron, y los españoles tenían el mismo problema. No habían aprendido el secreto de fortalecer el cuerpo, de resistir con vitamina C, con fruta. Mientras que allí en Inglaterra, Sir Francis Drake había escuchado, estudiado, y forzó cada marinero y cada buque a tener baúles de lima. Limones verdes, ¿verdad? En inglés decimos limes, ¿verdad? Limones verdes. Y esos pequeños limones verdes, sus marineros tenían que chupar uno a la mitad cada día, ¿verdad? Y entonces estaban más fuertes para aguantar el mar. Y en esa tempestad, Y así, entre la tempestad, destruyendo barcos por la gracia de Dios, y entre Sir Francis Drake dando lima, fruta, para los marineros, ya pudieron vencer en la Armada Española. Porque de otra manera, España hubiera conquistado Inglaterra, sería siempre católico, y entonces cuando los ingleses venían a los Estados Unidos, hubiera traído puro catolicismo, como otros marineros de España, Italia, para Sudamérica, llevaron la santa religión católica, ¿verdad? Y entonces así hubiera sido católico los Estados Unidos, igual como Sudamérica, posiblemente ni yo ni tú hubiéramos conocido el Señor muchos siglos después, si no fuera por una tempestad y fruta. Por causa de fruta, los Estados Unidos es protestante, digamos, ¿verdad? Y ha tenido el evangelio por parte de Inglaterra trayéndolo aquí. El hecho es que así en la familia, se destruye la familia por falta de fruto. No digo fruta, sino fruto. Si no tiene fruta, la familia se enfermiza, se destruye físicamente, ¿verdad? Pero si no tiene fruto del espíritu, tenemos una familia bien triste. ¿Qué es el secreto de un matrimonio feliz? El fruto del espíritu. Es que necesitas confesar que eres pecador, necesitas Cristo primero, y después de ser salvo hay que andar en el Espíritu para que el Espíritu produzca en nosotros amor, gozo, paz. Qué bonito tener una casa donde llega el esposo en la noche, está lleno de amor, que significa considerado de otros, pensar en otros, servir a otros, y dicen, ay, mi esposa, has luchado con los niños todo el día, o limpiado la casa, yo sé que estoy cansado del trabajo, pero siéntate, te voy a hacer un poco de té. Y ella, como es una buena esposa y ama, dice, no mi esposo, siéntate tú. Voy a hacerte un buen cafecito aquí con un pan y vas a estar tranquilo aquí. Y entonces comienza una buena pelea. Es la única clase de pelea que puede ganar un hombre y debe ganar un hombre. Cualquier otro pelea, un hombre pelea con la esposa y si gana, él es un bruto. Pierde. Porque ganar es perder para un hombre. Y si pierde, pierde. ¿Verdad? Así que un hombre no puede ganar. Salvo con una pelea. es la pelea de amor. Que ella dice te amo y él dice no, yo voy a ganar esta pelea y mostrar que yo te amo a ti más. Y él dice no, yo te amo a ti más. Y él muestra que él le ama a ella más. Y hay una pelea para ver quién trata al otro con más consideración, amor, respeto. Qué buena pelea, ¿verdad? Y cada hombre debe ganar esa pelea porque dice ama a tu esposa, ¿verdad? Pero, de cualquier manera, eso es el fruto del espíritu para tener una casa llena de amor. El hombre llega y la esposa nunca está quejándose de nada, ¿verdad? Igual como las hermanas aquí, siempre gozosa, fruto del gozo. Nada le hizo triste en el día. Si le hizo triste, lo esconde de tu esposo porque ya se acercó el Señor y ha hecho tus cuidados al Señor. Y siempre que él llega, tú le mires con una sonrisa y un beso, ¿verdad? Y siempre que él llega, aunque todo el día fue mal con él, siempre llega con una sonrisa de gozo en el Señor porque ha caminado con el Señor. Y así que confía en el Señor y entra con gozo en el rostro. Hay paz. Hay muchos billes para pagar, pero han echado los cuidados al Señor. Puro paz. Paciencia. No se impacienten y se irriten uno contra el otro. Nunca levanten la voz. Siempre con paciencia. El hecho es que el fruto del Espíritu es el secreto de un hogar feliz. Oh, entonces yo voy a ser paciente. Yo voy a tener paz y gozo y amor. Y no vas a durar posiblemente ni un día o dos días, a lo mejor ni una hora, antes de perder tu paciencia, antes de perder tu gozo, antes de perder tu paz y tranquilidad, ¿verdad? Y antes de empezar a decir, pero no me trata a mí como yo merezco ya perder hasta la demostración de amor, porque ellos no te aman a ti. Aquí encontramos entonces que muchas veces comenzamos diciendo esto que en Efesios 5 habla del matrimonio y la familia, cómo tener un matrimonio feliz. En Efesios 6 habla de la batalla cristiana, ¿verdad? De cómo poner la armadura cristiana. Después de la boda, en Efesios 5, después de la boda es la batalla. de fe y sexo. Y si no entiendes eso, no has estado casado. ¿Verdad? Después de la boda, es la batalla. Y uno se piensa, ay, ya nos hemos casado, todo va a ser feliz. No, ya necesitas la amadura del Señor, que es ponerse a Jesucristo, llenarse del Espíritu para poder ganar esta batalla contra tu propia carne. y contra el pecado, no contra la persona, pero la batalla realmente es contra la carne, porque eso de ser carnal es lo que destruye el matrimonio. Si hay una razón por la que un matrimonio no es feliz, es solo por una causa. Uno, O la otra es pecador. ¿Él es pecador o ella es pecadora? Ha entrado el pecado en el lugar de Adán y Eva y así se destruyó el lugar y empezó a culparse uno al otro. El problema es que ella dice, claro que tenemos problemas de matrimonio. Estoy casado con un pecador. Y él dice, pero yo, ¿con quién estoy casado yo? ¿Con esta pecadora? Y es cierto que un pecador se casa con una pecadora y nace un montón de pecadores, ¿verdad? El hecho es que tenemos que reconocer que el pecado se pasa por las generaciones y muchas veces mi pecado, mi impaciencia, mi orgullo se contagia con mis hijos. No solo se contagia contagia la gripe, pero también creo que se contagia mala actitud, el orgullo, la pelea, ¿verdad? Pero aquí encontramos que nos hace falta ganar la batalla no con la carne. sino con el poder del Espíritu. Hace falta el fruto del Espíritu. Lo llama en Efesios 5.18. No sea lleno de vino, sino sea lleno del Espíritu. Ser lleno del Espíritu. Conquillado por el Espíritu. Ayudado por el Espíritu. Así que, el secreto de lo que causa problemas en matrimonio es lo que es la carnalidad del hombre, o de la mujer, que hablo del hombre en cuanto a la humanidad, ¿verdad? Nuestra carnalidad, materialismo. Los tres pecados de 1ª de Juan, 2, 15, 16, es el problema, ¿verdad? El deseo de la carne, de hacer cosas bonitas, divertidas, que da placer a la carne, o el placer de los ojos. No solo hacer cosas, Pero tener cosas, codicia, querer tener lo que usted puede ver. Y entonces no solo hacer cosas carnales y tener cosas materiales, pero la tercera, tercer problema es la vanagloria, el orgullo de la vida. Es que porque debo escuchar a mis padres, no saben. Es que porque debo respetar a mi esposa, no sabe. Porque debo respetar a mi esposo, él no sabe. Tenemos que tener mansedumbre, respeto, y eso es parte del fruto, del espíritu. El hecho es que todo esto viene solamente por el espíritu, porque si tenemos carnalidad, Siempre hay problemas en matrimonio. Uno es pecador, otro es pecadora, los dos son pecadores, hay un montón de pecado, y el único remedio es quitar el pecado, cambiarlo, para que no haya carnalidad, no haya materialismo, no haya orgullo. ¿Cómo puede hacer eso? Solo por la salvación. y la ayuda del Espíritu Santo. El hecho es que si uno no come el fruto del Espíritu, se pone enfermo espiritualmente y llega a ser una persona insoportable, ¿verdad? Hay que comer del fruto del Espíritu y dejar el Señor producir el fruto del Espíritu. Por eso, ustedes que han estado en esta iglesia y en las clases que doy, me han escuchado decir montones de veces que el Tito Dice, yo temo por usted, Tito, porque usted vive en Creta. Y en Creta los hombres son como dicen los poetas, son animales, son bestiales, son bestias. Y muchas veces me han escuchado decir, ¿verdad? Si estás enfrentando un oso, un león, alguna bestia, nunca pelear con el oso o el león hasta darle algo de comer. Si ya das, Un buen bistec a ese oso. Él está bien comido. A lo mejor puedes acercarse porque no se molesta tanto, ¿verdad? Se tranquiliza. Y así es tu esposo. El camino al corazón es por medio del estómago. Y en la noche cuando él llega de trabajo, nunca hables con la bestia antes de darle de comer. Un gran secreto de un buen matrimonio, ¿verdad? Amén, dicen los hombres, ¿verdad? El hecho es que tenemos que reconocer que somos bestias, pero nos hace falta no solo la comida física, como digo, o nos enfermamos, nos ponemos débiles, nos ponemos irritables. Pero mucho más, nos hace falta el fruto del Espíritu. Si he comido del fruto del Espíritu, si el Señor ha producido mi fruto del Espíritu, puedo aguantar hasta el hambre físico, sin irritarme. Y si no puedo aguantarlo, si me irrita, Es un problema espiritual. Es el espíritu del hombre, no su carne y su alma, sino su espíritu que está mal con Dios. Y necesito andar en el espíritu, el poder del espíritu para ayudar mi espíritu a confiar en el Señor. Hay depresiones y hay causas, digamos, de físico que uno tiene hambre, uno está enfermo y se siente irritable, es difícil no sentirse deprimido, irritado. Pero se puede controlar eso. Aunque usted está irritado de eso. Ah, yo sé el control. Una medicina. No, la medicina es como cafeína para un borracho. Le da un café, pero no cambia su corazón. Solo le hace que ya puede hablar con el borracho. Porque el café, la cafeína, le hace alerta y le ayuda a vencer los efectos del alcohol. La medicina puede calmarte por un momento. Pero solo Cristo puede cambiarte por la vida y eternamente. Así que, si yo me irrito, el problema no es que tengo hambre, no es que estoy enfermo, el problema es que no soy espiritual. No estoy andando el espíritu o no voy a irritarme. Voy a ser tranquilo, pacífico, paciente, amoroso, gozoso. Porque eso es el fruto del espíritu. Así que, podemos tener este hogar feliz. Y hablaremos a lo mejor en otro tiempo de esto, aquí voy a terminarlo. Pero el fundamento de la casa, el charcimiento, es amor. El fundamento. Luego tiene una sobria estructura de la casa que es gozo. Tiene como cuatro paredes de la casa que es paz, paciencia, benignidad y bondad. El Señor nos da una puerta para la casa que es fe o fidelidad. Luego tenemos ventanas para la casa que es mansedumbre, humildad, respeto al otro, y nos da un techo para proteger todo, que es dominio propio, autocontrol, disciplina propia. Vamos a hablar de esas cosas en otra ocasión. Están en nueve, tres grupos de eso. Los primeros tres es mi relación con Dios. Cuando estoy bien con Dios, tengo amor, gozo y paz. Pero entonces tengo relación con otros de paciencia, benignidad, bondad. Y luego tengo un carácter formado dentro de mí que para terminar es fidelidad o fe, mansedumbre y templanza o dominio propio es mi carácter. Esto viene no por esfuerzo propio, sino por el fruto del espíritu. No sé cuándo voy a terminar esto o seguir con esto en cualquier ocasión en el futuro, ¿verdad? Pero por este momento, examínate a ti mismo. Si estás en la fe, si estás, si eres, si eres salvo, estás andando en el espíritu, guiado por el espíritu, lleno del espíritu, o estás dando excusas. Así soy yo, ¿verdad? No, deja de las excusas. Deja de culpar que necesito una medicina o necesito otra cosa. Lo que necesitas es un andar más cerca del Señor. Estar más horas en la Biblia, memorizando la Biblia, caminando por allí, pensando en las promesas que Dios nos da. Y necesitas mucho más tiempo de rodillas orando al Señor con alabanza y rogando por su ayuda y por bendición sobre otros. Necesitas más la iglesia y compañerismo unos con otros. Y necesitas pensar en otros. Esto es el evangelismo y servicio cristiano. No salimos sólo para impresionar a Dios. Salimos porque pensamos, amamos al prójimo, como nosotros, y pensamos en otros, y queremos animar a otros. Entonces, si no hago esas cosas, estoy pensando en mí. Eso es inconveniente para mí. Y entonces, si no estoy orando, sirviendo en compañerismo, buscando consejos de otros, pero sobre todo en mi relación con Dios, con la Biblia y la palabra y la oración, siempre voy a faltar el fruto. No estoy comiendo el fruto. El Espíritu no está produciendo fruto en mí. Y me quedo débil y voy a perder la batalla contra España, contra mi carne y el diablo, si no estoy preparado con la vitamina espiritual de espiritualidad de un andar cerca de Dios, de la palabra, de oración, de servicio.
Fruto de familias espirituales
ស៊េរី Hogar y Familia en la Biblia
Fruta fortalece la familia fisicamente, pero el andar en el Espíritu y la comida de fruto espiritual fortalece familias espiritualmente.
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អត្ថបទព្រះគម្ពីរ | កាឡាទី 5:16-25 |
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