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Trascrizione
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Pero vamos a empezar el Evangelio según San Marcos, capítulo 1, versículo 1. Dice así la Palabra de Dios. Principio del Evangelio de Jesús, de Jesucristo, Hijo de Dios. Como está escrito en Isaías, el profeta, He aquí yo envío mi mensajero delante de tu faz, el cual preparará tu camino delante de ti. Vos, del que claman el desierto, preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas. El principio del Evangelio según Marco dice que estaba ya en estos libros antiguos de los profetas. Profecía de Juan Bautista de que algún mensajero especial iba a venir antes del Mesías, antes del Salvador. Que sería más evidencia de que Cristo era realmente auténtico. que tendría ese mensajero para preparar el camino, para hacer lugar en el corazón de muchos, levantando expectaciones de que algo grande iba a pasar. Versículo 4. Bautizaba a Juan en el desierto y predicaba el bautismo de arrepentimiento para perdón de pecados. Y salían a él todas las provincias de Judea y todos los de Jerusalén, y eran bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pecados. Y Juan estaba vestido de pelo de camello, y tenía un cinto de cuero alrededor de sus lomos, y comía langosta y miel silvestre, y predicaba diciendo, viene tras mí el que es más poderoso que yo, a quien yo no soy digno de desatar encorvado la correa de su calzado. Yo a la verdad os bautizo con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo. Esto fue su mensaje, el perdón de pecados. Que el perdón fue ofrecido, pero el arrepentimiento era algo necesario. Estaban empezando un gran movimiento espiritual en aquel entonces. Muchos estaban saliendo para escuchar la predicación de Juan. Y muchos también querían ser bautizados por él. Esa ropa extraña que tenía fue la ropa de los profetas antiguos. El libro de Marcos no da muchos detalles sobre la predicación de Juan, pero podemos entender algo visitando brevemente al libro de Mateo. Mateo es un libro que da muchos detalles y queremos ver un poquito más de Juan. En Mateo 3, unos detalles más. En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, diciendo, Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. Pues este es aquel de quien habló el profeta Isaías cuando dijo, Vos del que claman el desierto, preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas. Estaba preparando el corazón de todos. para algo grande. Y Juan estaba vestido de pelo de camello y tenía un cinto de cuero alrededor de sus lomos y su comida era langosta y miel silvestre. Y salía a él Jerusalén y todo Judea y toda la Provencia de alrededor del Jordán. Era muy popular como predicador. Y eran bautizados por él en el Jordán confesando sus pecados. Pero aquí es el discernimiento de Juan. Al ver que muchos de los fariseos y de los sadiceos venían a su bautismo, les decía, generación de víboras. ¿Quién nos enseñó a oír de la ira venidera? Estaba reconociendo que había personas que estaban entrando que no eran arrepentidos. No tenían ningún interés en la palabra de Dios. Pero estaban bien entregados en las tradiciones de hombres. Eran parte de la problema. Y Él dijo a ellos, haced pues frutos dignos de arrepentimiento. Cuando Él habló del arrepentimiento, dijo que hay frutos, hay cambios verdaderos que pasan en el arrepentimiento. Y no penséis decir dentro de vosotros mismos, habrán, tenemos por padre. Porque yo os digo que Dios puede levantar hijos Abraham aún de estas piedras. Hay personas que pensaban, pues somos de Abraham, somos de este linaje. Como hoy en día hay personas que dicen, pues somos bautistas, somos presbiterianos, somos pentecosteses y por eso estamos bien. No, eso no tiene nada que ver. Lo que tiene que ver es que hay arrepentimiento verdadero, hay frutos de arrepentimiento. Por eso dijo, y ya también el hache está puesta a la raíz de los árboles, por tanto, todo árbol que no da buen fruto, eso fue el asunto clave. Buen fruto es cortado y echado en el fuego. Entonces, era algo diferente de lo que estaban acostumbrados, regresando a nuestro texto. Juan sabía cómo reconocer una conversión falsa, una conversión sin frutos, sin cambios, sin arrepentimiento. Pero el nivel de la moralidad en aquel entonces era muy, muy bajo. Muy bajo. Había mucha corrupción en las instituciones religiosas. Cristo dijo en Mateo 23 que los fariseos estaban robando hasta las viudas de su propiedad. Entonces había pura corrupción en la iglesia. Y como dije, los fariseos y los saduceos estaban bien metidos en las tradiciones de hombre. las opiniones de diferentes rabís, pero no pusieron el énfasis en la Palabra de Dios. Cristo más tarde en este libro, en Mateo 7 y 8, en Mateo 7 y 8 dice así, Porque dejando el mandamiento de Dios, eso fue su práctica, porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres, los lavamientos y los jarros de los vasos, de beber y haces otras muchas cosas semejantes. Les decía también, bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición. Eso estaba matando a la iglesia en aquel entonces. No tenían buen acceso a la Palabra de Dios porque la gente no estaba predicando la Palabra de Dios, estaban predicando tradiciones, opiniones, etc. Y el pueblo necesitaba un gran avivamiento, una reforma, algo tenía que cambiar. Y Juan estaba levantando la esperanza de que entre todos se sentía que algo iba a pasar para cambiar las cosas o alguien iba a venir y cambiar la situación. Y eso fue el ministerio de Juan. Regresando a nuestro texto, ya estamos en versículo 9. Aconteció en aquellos días que Jesús vino de Nazaret, de Galilea, y fue batizado por Juan en el Jordán. Y luego cuando subía del agua vio abrirse los cielos y al espíritu como paloma que descendía sobre él y vino una voz de los cielos que decía tú eres mi hijo amado en ti tengo complacencia efectivamente estaban esperando algo en medio del ministerio de Juan vino Cristo Jesús para ser bautizado aunque no tenía ningún pecado pero por todos modos lo hizo ¿por qué? Porque estaba empezando su vida pública. Estaba empezando a tomar la posición de un representante. Aprendimos en la teología del pacto en romanos que Adán fue representante por toda la humanidad en su caída. Y Cristo fue representante de todos los que iban a creer en Él. En romanos 5.18 se explica bien. En Romanos 5, 18, dice, Así que como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres de la misma manera, por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. Porque así como por la desobediencia de un hombre, hablando de Adán, los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos. Entonces, estamos viendo el principio de Cristo en su ministerio como representante. No era pecador, pero empezó a tomar el lugar de pecadores como representante. Y dice nuestro texto que Padre Dios, el Espíritu Santo, estaban ahí honrando a su bautismo, a su obediencia, a su corazón de servidor. Después de este momento, Cristo tuvo el Espíritu Santo obrando fuertemente en su vida. Observación. Si Cristo, siendo sin pecado, unigénico Hijo de Dios, se sujetó al bautismo, ¿no debemos nosotros también cumplir ese paso importante? Cristo dijo, el discípulo no es más que su maestro, ni el siervo más que su Señor. Entonces, un poco de arrogancia al hermano que quiere entrar en la iglesia. No, pues eso no es para mí. Pues Cristo lo hizo. Dijeron a San Pablo en Hechos 22, cuando San Pablo era convertido, estaban hablando de él en Hechos 22, 16. Dice, ahora pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate. lava tus pecados invocando sus nombres. Y si hay personas aquí que no han sido bautizados, aunque está pasando el tiempo, esa es mi pregunta a ti. ¿Por qué te detienes? ¿Acaso tienes alguna buena razón? ¿Estamos dispuestos a ponerlo en el calendario, poner una fecha e ir a la playa antes que viene el invierno? ¿Qué te detienes? Es la pregunta bíblica. Bueno, regresando a nuestro texto, estamos en versículo 12. Y luego el Espíritu le impulsó al desierto y estuvo ahí en el desierto 40 días y era tentado por Satanás y estaba con las fierras y los ángeles le servían. Pocos detalles del evento pero esto era también parte de su representación representando a nosotros. Adán fue nuestro representante en el huerto cuando él tuvo todo en su favor tenía mucha comida una buena amonestación del peligro. Tenía todo lo necesario para vivir la vida buena, pero se fracasó. Se fracasó en el huerto, fue echado al desierto. La tentación de Cristo es diferente, llena de desventajas. Sabemos de otros evangelios que Cristo tenía hambre, estaba solo, no estaba en un en un huerto, sino en un desierto con fierras, animales peligrosos. Pero por lo menos al fin, cuando Él resistía, Dios mandó ángeles para ayudarlo. Pero la gran diferencia entre Cristo y Adán es que Cristo no cayó. Resistía el diablo y el diablo tenía que huir de Él. Y Él hizo esto como representante legalmente de nosotros. Eso fue el principio de sus triunfos. Pero triunfos que no eran solamente para él mismo, sino para nosotros. Ahora bautizados, comprobado por la tentación, está listo para ministrar. La palabra ministro quiere decir siervo. Ya va a aprovechar su tiempo. Va a hacer cosas rápidamente en ese libro. Tiene muchas cosas que cumplir y poco tiempo. En Mateo, Cristo fue presentado como de la perspectiva de un rey. En Lucas como hijo del hombre, en Juan como hijo de Dios, pero en Marcos como un siervo. No va a entrar tanto en sus doctrinas, sino más bien en sus actividades. Un ministro que será una bendición constante a todos mientras está sirviendo a su Padre Celestial, llevando a cabo una tarea muy difícil contra de mucha oposición. Vamos al versículo 14 y 15. Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo, el tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado. Arrepentíos y creed en el evangelio. Son las primeras palabras de Cristo Jesús en este libro de Marcos. Cuando Juan fue a la cárcel, Eso fue efectivamente el fin de su ministerio. En Juan 3, 26. Juan ya estaba acabando. En Juan 3, 26 dice así. Se estaban hablando con él, sus seguidores, dice, vieron a Juan y le dijeron, ¡Rabí, mira! Que él que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien tú diste testimonio, bautiza y todos vienen a él. Estaba diciendo, mire, pastor Juan, todos están saliendo de nuestra iglesia y van a la iglesia de Jesús. Vamos a cerrar las puertas. ¡Qué peligro! Pero Juan no era así. Respondió Juan y dijo, no puede el hombre recibir nada si no fuera dado del cielo. Vosotros mismos me sois testigos de que dije, yo no soy el Cristo. sino que estoy enviado delante de él. El que tiene la esposa es el esposo, más el enemigo del esposo que está a su lado y le oye, se goza grandamente de la voz del esposo. Así pues, este mi gozo está cumplido. Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe. ¡Qué bueno! ¡Qué bueno para un hombre saber su llamamiento! Saber de su propósito. Juan sabía que Dios lo llamó para cumplir un cierto ministerio específico. Y ahora estaba perdiendo todos sus seguidores a Cristo. Pero no se sentía ninguna envidia ni temor. Por eso Cristo dijo, no hay ningún hombre entre los profetas mejor que Juan Batista. Pero mirando la predicación de Cristo aquí, no es muy diferente que la de Juan. proclamó el reino de Dios, anunció el Evangelio, o sea, la buena nueva, pero nunca perdió el énfasis en el arrepentimiento. Miren lo que Cristo dijo, el tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado. Arrepentíos y creed en el Evangelio. Tenemos que venir a Cristo, sí, pero tenemos que dejar el pecado atrás. Eso es una enseñanza que no está muy popular hoy en día, especialmente en las iglesias de los Estados Unidos, entre los angolazones. Tenemos que renunciar al pecado. No seremos perfectos. Pero si andemos en la rebelión de Cristo Jesús, no podemos esperar perdón. Tenemos que rendirnos a su señoría. En Mateo 1.21 de Cristo dice, Él salvará a su pueblo de sus pecados. No dice, Él salvará a su pueblo en sus pecados, sino de sus pecados. Cristo también estaba buscando frutos de arrepentimiento como Juan. La conversión no es solamente de palabras, sino de acción. Por ejemplo, vamos a mirar algunos ejemplos para hacer claro esto bíblicamente. En Lucas 15, dice así, hablando del hijo pródigo, solamente mirando a versículo 16, dice así, y volviendo en sí, había un cambio. Antes el hijo pródigo estaba fuera de su juicio cabal, dice, y volviendo en sí, dijo cuantos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan y yo aquí parezco de hambre me levantaré iré a mi padre y le diré padre he pecado contra el cielo y contra ti ya no soy digno de ser llamado tu hijo hazme como uno de tus jornaleros eso es un arrepentimiento verdadero porque se siente indigno se siente que solamente puede pedir misericordia. Estaba dispuesta a dejar atrás la otra vida y regresar a su Padre. También en Lucas 19, otro ejemplo del arrepentimiento verdadero. Esa es la historia del saqueo, un hombre que recibió al Señor. Versículos 19 a 7, Lucas 19, 7 dice, a ver esto, todos murraban diciendo que había entrado a posar con un hombre pecador. Cristo fue a la casa de Zaqueo. Zaqueo tenía muy mala reputación y todos estaban diciendo, ¿cómo es posible? Mira, está con ese hombre malo. Entonces, Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor, He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres. Y si en algo he defraudado alguno, se devuelvo cuadruplicado. Estaba dispuesto a hacer restitución. Jesús le dijo, hoy ha venido la salvación a esta casa, por cuanto él también es hijo de Abraham, porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. Ese hombre fue cambiado según la ley. Dijo que tenía que pagar o doble o a veces cuatro veces, y él estaba dispuesto ya, no a defraudar como antes, sino a restituir. También con Pablo en Hechos 9, no voy a ir, pero en Hechos 9, Pablo dijo, cuando Cristo habló con él, Hechos 9, 4 a 6, dijo, ¿Quién eres, Señor? ¿Qué quieres que haga? ¿Qué quieres que haga? Dime lo que tengo que hacer. Eso fue el arrepentimiento de San Pablo. Fue cambiado totalmente. Pero hermanos, escuchen esto para entender la predicación de Juan y de Jesús. Si saqueo seguía defraudando a los que pagaban impuestos, si el hijo pródigo seguía consumiendo sus bienes con las prostitutas, si Pablo continuaba a perseguir la iglesia, entonces no habría frutos de arrepentimiento. No habría perdón, no habría conversión y no habría salvación. En la Biblia, el arrepentimiento es algo sumamente importante. Hasta en las primeras palabras de Cristo en este libro. Es algo visible. Hay frutos. Existe una diferencia. Si alguno está en Cristo, nueva criatura es. Estas cosas viejas pasaron y aquí todas son hechas nuevas. Vamos a Lucas 24. En Lucas 24, 46, Cristo hablando de su misión dice, así está escrito, y así fue necesario que Cristo padeciese y resucitase de los muertos al tercer día, y que se predicase en su nombre el amor de Dios y el perdón, ¿verdad? No, ¿qué dice? Que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecado. Eso fue parte del mensaje. Y muchos están perdiendo esto hoy en día, perdieron algo muy suave. Vivimos en tiempos en que esa doctrina no es muy popular. Muchos quieren escuchar, sí, de perdón, del amor de Dios, pero rehúsan apartarse de sus pecados queridos. Dicen como, pero ese pecado no es pequeño. como lo dijo de una ciudad en Génesis 19. Pero el Evangelio nos está llamando a un arrepentimiento bíblico, que tengamos una santa indignación del pecado, de nuestros pecados, aún de nuestros pecados queridos. Dicen proverbios, el que encubre sus pecados no prosperará, mas el que los confiesa y se aparte alcanzará misericordia. Entonces, regresando a texto, Cristo estaba sirviendo en el ministerio, antes que nada proclamando la verdad como Juan, quitando el engaño de todos, de una conversión, un perdón, una salvación sin arrepentimiento. Dice en versículo 16, ahora continuando, Ahora junto al mar de Galilea vio a Simón y a Andrés, su hermano, que echaban la red en el mar porque eran pescadores. Ahora en este libro de acción, veremos cosas rápidas. Simón y Pedro, Simón es Pedro, y Andrés es su hermano, tenían ya un trabajo. Tenían redes, tenían barcas. No eran estudiantes del seminario. Tenían ya un negocio bien. Pero Cristo estaba llamándolos a otras cosas. Dicen 17, y les dijo Jesús, venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres. Vino ese hombre Cristo. Ese hombre que vivía con gran pasión y propósito. Un hombre que estaba cambiando el mundo y los llamó a una ocupación diferente. Iban a pescar, sí, pescar, pero no de peces, de hombres. Dieciocho. Y dejando luego sus redes, les siguieron. Dejando a todo, todo su negocio. Sus clientes. Todo lo que ha aprendido por tantos años. Cuando viene la llamada del Señor, es muy, muy poderosa. Y tiene que responder inmediatamente. Unos demoraban y eran regañados. En Lucas 9, 56... 57. Lucas 9. Cristo habló con algunos. Lucas 9, 57. Yendo ellos, Uno le dijo en el camino, Señor, te seguiré a donde quiera que vaya. Cristo conocía su corazón y le dijo, las zorras tienen guaridas y las aves de los cielos nidos, mas el Hijo del Hombre no tiene donde recostar su cabeza. Y dijo a otro, sígame. Cristo llamó a otro hombre y él dijo, Señor, déjame que primero vaya a entierrar a mi padre. Su padre estaba viejo. No murió todavía, pero estaba como diciendo, y más tarde, Señor, quiero otro día. Otro día, Señor. Jesús le dijo, deja que los muertos entierran a sus muertos, y tú ve y anuncia el reino de Dios. Entonces, también dijo otro, te seguiré, Señor, pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa. Tenía personas, a lo mejor, visitando. Sí, Señor, yo quiero hacerlo. Otro día. Ninguno que poniendo su mano en el herrado mira atrás es apto para el reino de Dios. Eso quiere decir que hay urgencia en el negocio del reino de Dios. Hay cosas que no pueden esperar. Como Mardoqueo dijo a su Sobrina, Esther dijo, ¿sabes qué? Si tú no levantes para ayudar al pueblo, Dios levantará respiro y liberación por otro modo. No hay ninguna razón de esperar. Versículo 19. Pasando de ahí, un poco más adelante, vio a Jacobo, hijo de Zebedeo, y a Juan, hermano también de ellos en la barca, que remendaba las redes, y luego los llamó, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los fornalelos, les siguieron. Eran hombres aptos. Eran hombres bien trabajadores, diligentes. Estaban empleando su tiempo reparando sus redes como pescadores. Eran acostumbrados a viajar, a levantar muy temprano, a trabajar en la noche. Y a veces no tener éxito. Estaban ahí reparando sus redes. Y tu hermano cuando tienes tiempo estás con tu Biblia reparando tu red, tus anzuelos, aprovechando el tiempo. Cristo quería personas así. Estaban ellos acostumbrados a trabajar en el viento, en la lluvia, pero no eran estudiantes de la universidad. En estos tiempos las universidades eran también muy corruptas, como la iglesia. Enseñaba puras tradiciones, tradiciones de hombre y muy poca de la palabra de Dios. Dejaron a su papá, a los jornaleros. Fue evidente que tenía un buen negocio, porque para pagar jornaleros tenía actividad próspera. Entonces, esos hombres ya tienen un llamamiento mucho más alto que antes. Antes eran, sí, hombres responsables, pescadores, hombres de familia. Veremos que Pedro tenía una suegra, pero ahora son llamados a pescar hombres, a participar en el cambio del mundo. Versículo 21. Entraron en Capernaum y los y los días de reposo entrando en la sinagoga enseñaba y se admiraban de su doctrina porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas como un servidor conociendo su trabajo se fue inmediatamente a la sinagoga que fue como la iglesia de los judíos para predicar Cristo tampoco tenía estudios en una universidad de teología él fue un carpintero ya con pescadores como sus ayudantes pero sabía predicar y ellos iban a cambiar el mundo y sigan sus doctrinas sigan cambiando el mundo su predicación fue una enseñanza de la palabra de Dios él tuvo que corregir muchos errores que eran populares en aquel entonces como los escribas traficaban en Tradiciones, opiniones de hombres. Su enseñanza no llamó mucha atención. Pero la predicación de Cristo era diferente. Era con poder. Era interesante. En el sermón del monte, Él estaba diciendo, Ustedes han escuchado por los demás, pero yo digo... Y clarificando la ley. Siempre Él estaba diciendo, pero yo te digo esto. Estaba... limpiando el entendimiento. que ha sido cubierto de tantas tradiciones y errores. Versículo 23. Pero había en la sinagoga de ellos un hombre con espíritu inmundo que dio voces, diciendo, ¡Ah! ¿Qué tienes con nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para destruirnos? ¡Sé quién eres! ¡El Santo de Dios! Al diablo le gustaba la predicación de antes, la que era muy seca, sin potencia, Y por eso el demonio quería interrumpir a Cristo Jesús cuando estaba enseñando con poder. Quizás, hermano, esto ha pasado contigo. Si has salido alguna vez evangelizando o compartiendo algo importante de la Palabra de Dios, vienen de todos lados las distracciones, suena el teléfono, los niños empiezan a gritar, a llorar, hay toda forma de interrupción. porque los demonios quieren estorbar esa obra de la Palabra de la Vida. Y así aquí, la iglesia era tan muerta que había personas endemoniadas que asistían cada semana y se sentían muy cómodos ahí. Pero ahora fue diferente. 25. Pero Jesús le arrependió diciendo, cállate y sal de él. Dos órdenes, que se calle y que se sale. 26. Y el espíritu inmundo sacudiéndole con violencia y clamándolo a gran voz, salió de él. Los demonios, como los malos hábitos, no se van fácilmente. Muchas veces el diablo no quiere rendirse tan fácilmente. Hay una lucha Tiene que rendirse, sí, pero tratará de resistir. Eso es lo que pasó aquí. Sacudiéndole con violencia, versículo 27. Y todos se asombraron de tal manera que discutían entre sí, diciendo, ¿qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es esta? Que con autoridad manda a uno a los espíritus inmundos y le obedecen. Y muy pronto se difundió su fama por toda la provincia alrededor de Galilea. Empezó Cristo a tener una reputación por sus predicaciones, por su poder. Y muchos empezaron a tener interés en él. Ya la iglesia no era un lugar para ir por obligación. Las iglesias estaban llenas. No se fueron simplemente porque tenía que ir, era algo interesante. Pero esa fama traía también problemas, como vamos a ver. 29. Al salir de la sinagoga, vinieron a casa de Simón y Andrés con Jacobo y Juan, y la suegra de Simón estaba acostada con fiebre. Y enseguida le hablaron de él, entonces él se acercó, la tomó de la mano y se levantó. Inmediatamente le dejó la fiebre y ella le servía. Cristo tuvo gran compasión del hombre endemoniado y ahora también de la suegra de Pedro donde quiere que anda Cristo habrá bendición bendición en todos lados dio un nuevo propósito a la vida de Pedro, de Andrés, de Juan, Jacobo un llamamiento más alto liberó a un hombre de un demonio sanó a una mujer y ella entonces era bendición sirviendo a los demás hermanos a lo mejor con comida. Así que con Cristo las bendiciones estaban multiplicándose. Y eso es lo que pasa cuando Cristo está presente. 32. Como llegó la noche, luego el sol se puso, le trajeron todos los que tenían enfermedades y los endemoniados. Y toda la ciudad se agolpó a la puerta. y sanó a muchos que estaban enfermos de diversas enfermedades y echó fuera a muchos demonios y no dejaba hablar a los demonios porque le conocían. Todos empezaron a venir a él porque él era siempre una gran bendición. Dice que se algolpó a la puerta. Eso es como por la maldad de Sadoma y Gamorra los Sodamitas estaban toda la noche tratando de llegar a la casa. Es casi las mismas palabras, pero esta vez por algo bueno. y no por algo malo. Pero con tanta gente fue difícil ministrar, ¿sabe? Fue un poco incómodo ser una sola persona ministrando y en el capítulo que sigue, por ese problema se van a sacar el techo de una casa. En Marcos 2, 3, mira ahí dice, entonces vinieron a él unos trayendo un paralítico que era que era cargado por cuatro y como no podían acercarse a él a causa de la multitud descubrieron el techo de donde estaba y haciendo una abertura bajaron el lecho en que yacía el paralítico. Ese muchedumbre estaba causando problemas. Fue muy difícil tener acceso a él porque era un solo hombre en un solo lugar. Por eso no dejó los demonios a hablar de él y de identificarlo. No quiso aumentar su fama. Quiso aumentar su servicio. Y la mucha gente a veces hizo eso imposible. 35. Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto y allí oraba. Si nuestro Señor, Dios en carne, tuvo que levantarse temprano para orar, después de una noche de bastante actividad. Pero si tuvo que separarse y dedicarse tiempo a esto, ¿cuánto más necesario es para nosotros, hermano? Él tuvo el poder de Dios obrando en su vida, pero siempre estaba así, en oración, temprano de la mañana, siempre orando a su Padre, mostrándonos que eso es la llave del poder en el ministerio. 36. Y le buscó Simón, y los dos con él estaban, y allendo le dijeron, todos te buscan. Y les dijo, vamos a los lugares vecinos para que predique también ahí, porque para esto he venido. 39. Estamos llegando al fin. Y predicaban las sinagogas de ellos en toda Galilea, y echaba afuera los demonios. Tuvo que continuar moviéndose. a otros lugares para proclamar su mensaje del reino aquí en el libro de Marcos no se ve tanto las enseñanzas sino las actividades sus milagros sus éxitos pero en el libro de Juan ya hemos aprendido ya de su enseñanza pero aquí estaba echando muchos demonios y se menciona mucho en ese primer capítulo de los demonios es porque El diablo tenía mucha influencia en aquel entonces. El nivel espiritual estaba muy, muy bajo. Y eso fue el propósito de Cristo, venir y deshacer la obra de Satanás. Y claro, estaba logrando y sigue logrando hasta la fecha. El Hijo de Dios no puede fracasar. Vamos a la última parte, versículo 40. Vino a él un leproso rogándole en cada La rodilla le dijo, si quieres, puedes limpiarme. Esa es su petición. Cuatro palabras. Si quieres, puedes limpiarme. Esa es una petición muy, muy fuerte. ¿Por qué? Pues, realmente no está pidiendo nada. Simplemente está hablando de un hecho. Si tú quieres, puedes limpiarme. Pero está declarando mucho. Primero, él está diciendo Tú tienes todo el poder necesario. Estoy convencido. No será difícil para ti sanarme aún de la lepra, que fue incurable. En otra parte, en Marcos 9, vamos a ver un hombre que dice, ay, sí creo, pero ayuda mi incredulidad. Estaba flaqueando y Cristo dijo, a los que creen todo es posible. Pero ese hombre vino y dijo, yo sé que tú puedes limpiarme. Eso es lo primero. A ese leproso no le faltaba la fe. Otra cosa que declaró ese leproso es que él no tenía nada que ofrecer a Cristo. Cristo, te voy a dar eso, te voy a prometer aquello, si tú me sanas. No. No tenía poder en sí mismo, no tenía nada que ofrecer, tenía que echarse a la misericordia de Cristo Jesús. Y así es la salvación por todos nosotros. No podemos venir, dicen, oh sí, Cristo, si tú me salves, lo voy a hacer esto y aquello. No, ya tiene obligación de hacer estas cosas. Tiene que echarse a los pies de Cristo, simplemente confiando en su poder y en su misericordia. 41. Y Jesús, teniendo misericordia de él, extendió la mano y le tecó y le dijo, quiero, sé limpio. Cristo está dispuesto a salvar, a sanar, por esto vino. para dar vida, y esta vida en abundancia. No hay ninguna falta de voluntad en él, 42. Y así que, él hubo hablado, al instante la lepra se fue de aquel, y quedó limpio. Por la palabra, por unas palabras, Dios puede sanar. Por estudiar ese libro, Dios te puede sanar espiritualmente, por la palabra de Dios. al instante, dice. Y él fue totalmente limpio. Cuarenta y tres, vamos a continuar. Entonces le encargó rigorosamente y le despidió luego y le dijo, mira, no digas a nadie nada, sino ve, muéstrate al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que Moisés mandó para testimonio a ellos. Cristo le mandó que no ande hablando con todo el mundo. sino que vaya al sacerdote. Acabamos de estudiar esa ley en Levítico 14. Estudiamos de la sanidad de los leprosos en viernes. Hubo un rito para seguir después de que esto pasara, aunque fue muy raro. Fue una enfermedad incurable. Pero para Dios no hay nada imposible. Y Cristo no vino para abrogar la ley, dice Mateo. En ese tiempo, toda la ley de Levítico estaba en fuerza, y dice, vaya inmediatamente al sacerdote para cumplir la ley. Versículo 45, último verso. Pero ido él, comenzó a publicarlo mucho, y divulgar el hecho, de manera que ya Jesús no podía entrar abiertamente en la ciudad, sino que se quedaba afuera, en los lugares desiertos, y venían a él de todas partes. Bueno, Es triste que a veces los nuevos, a veces, después de recibir gran bendición, no quieren obedecer. Simplemente no quieren obedecer. Y por eso pueden estorbar el trabajo. Eso es lo que pasó con ese leproso. Cristo ya no tenía acceso de entrar en la ciudad. Fue un problema ser una sola persona ministrando. Por eso Cristo estaba levantando lo más rápido posible discípulos para estar en diferentes lugares ministrando al mismo tiempo. En Juan 16, en Juan 16 Cristo dijo algo que ahora creo que podemos entender. En Juan 16, 7 dice, pero yo os digo la verdad, os conviene que yo me vaya. Cristo estaba diciendo, yo voy a morir y voy a salir de entre ustedes. y todos estaban muy tristes, y Él dice, conviene que me vaya, porque si no me fuere, el Consolador no vendría a vosotros, mas si me fuere, os lo enviaré, y cuando Él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. Entonces, Cristo tuvo que irse para que venga el Espíritu Santo, para obrar continuamente entre muchas personas a la vez. Ahora hay cosas pasando en el Reino de Dios en todos los continentes, en todos los países. Y no es simplemente un solo hombre trabajando. Cristo se fue, derramó su Espíritu Santo sobre sus siervos para levantar ministerios globalmente. Ese es el capítulo uno. Vamos a tocar unos puntos rápidos de doctrina. Las lepras, hermanos, estudiamos en viernes Es símbolo del pecado. Mata a uno lentamente. Separa a las personas de la sociedad, de la iglesia, de sus seres queridos. Es fatal, es incurable si Dios no se interponga con su misericordia. Como es el leproso, vino a Cristo en desesperación para pedir alivio. Así es el pecador. Tiene que venir a Cristo desesperado, desabiendo. Yo no tengo otro remedio. con nada de ofrecer en su mano, consciente de su falta de poder y solamente confiando en la misericordia de Cristo, la compasión de Dios, creyendo que sí hay poder, todo el poder necesario en Él. También vimos en este capítulo la importancia del arrepentimiento. Quizás alguien está pensando, pero ¿cómo puedo arrepentirme? del pecado, si lo he intentado muchas veces, pero me siento atrapado. Hermanos, en la Biblia el arrepentimiento es también un regalo de Dios, como la fe en Hechos 5.31. Aunque somos responsables de arrepentir, dicen 5.31, A este Dios ha exaltado, hablando de Cristo Jesús, con su diestra por príncipe y salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados. Dice que Dios da arrepentimiento. En Hechos 11, 18, hablando de los gentiles, dice, Entonces, oídas estas cosas, callaron y glorificaron a Dios, diciendo, de manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida. Es algo que viene de Dios, con poder, como la fe, para hacer posible los cambios. Cristo dijo, mi yugo es fácil, ligera mi carga. Cuando uno tiene ese don, ese regalo de Dios, se puede arrepentirse. Tiene deseos de vivir una vida santa. Pero tienes que pedir, ayúdame Señor, ayúdame incredulidad, ayúdame falta. de arrepentimiento, sabiendo que eso es lo que Él quiere. Aplicación. Cristo habló con autoridad. ¿Nosotros podemos hablar con autoridad? Bueno, no de la misma manera. No de la manera de Cristo. Nosotros no podemos decir, pero yo digo. No. Pero lo que sí podemos decir Hablan de un problema. Pues es mi opinión o yo pienso. Y todas las opiniones son iguales. Ninguna opinión tiene autoridad. Nadie está seguro de nada. Pero en la Biblia dice, sepa ciertísimamente, de cierto, de cierto digo, se puede entender cosas con autoridad en el reino de Cristo Jesús. Y nosotros, En nuestra consejería, y muchos están aquí estudiando la consejería, si apliquemos bien las Escrituras, si reconozcamos la necesidad del trabajo del Espíritu Santo, podemos nosotros también hablar con autoridad. Porque la autoridad está en la Palabra de Dios. Si hablamos no más de opiniones, de nuestras experiencias personales, la autoridad será ausente. Hermanos, es muy bueno tener un testimonio. Testimonios son maravillosos para explicar cómo Dios está obrando en su vida. Pero el testimonio no tiene autoridad. La experiencia no tiene autoridad. La autoridad está en la palabra del Señor. Hay un lugar para testimonios, pero no viene con autoridad. No puede basar su concepto, su teología, de la experiencia de otra persona. Entonces, en la consejería, en la predicación, en el evangelismo. Si usamos bien la Palabra de Dios, estaremos bien preparados para toda buena obra. Pero si andamos hablando de nosotros mismos, de nuestras experiencias, o de las opiniones de otros hombres, la autoridad será ausente. Acabaremos como los escribas, acabaremos como los fariseos. Conclusión, Cristo estaba ya en acción en este libro, trayendo bendición en todos lados. Él estaba dispuesto a ministrar, a sanar, a salvar. No había ningún problema en la voluntad de Cristo Jesús. Cuando el leproso vino a Cristo Jesús, Cristo dijo, quiero, sé limpio. Pero el leproso tuvo que venir y pedir. Si hay un problema de voluntad, No es por la voluntad de Cristo, sino del hombre. Cristo está dispuesto a salvar a los que vienen a Él. Cristo dijo, al que a mí viene, no le echo fuera. Si hay un problema de voluntad, el problema está en el hombre, en la mujer, que resiste la voluntad de Dios en vez de resistir al diablo. Último verso, en Juan 5, 40. En Juan 5.40 estamos terminando. 5.40 dice así. No queréis venir a mí para que tengáis vida. La luz vino al mundo, dijo en otro lugar de Juan, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Ven a Cristo hoy, amigo, señora. Él está diciendo a ti en esta mañana, quiero ser limpio. Vamos a orar. Oh Padre, te damos gracias por regresarnos, Señora, a esto tu Evangelio, a tu Palabra, la Palabra de Cristo, Señor. Ayúdanos, Señor. Echar leña sobre esa pasión, estos celos, Señor, por tu Evangelio, a nuestro amor para ti, Señor. Ayuda a una persona a saber, Señor, que está aquí escuchando, que tú todavía Eres disponible a salvar a los que vienen a ti. Traigo una persona, Señor, para pedir oración, para pedir misericordia, no en cambio de nada, reconociendo su falta de poder y echándose a tu misericordia. Pedimos en el santo nombre de Cristo. Amén.
Quiero, sé Limpio - I Will, be Thou Clean
Serie Marcos - Spanish
Empezando su ministerio, Cristo fue rápidamente convertido en una bendición. No había falta de voluntad de su parte. Si había falta de voluntad, estaba siempre en el hombre.
ID del sermone | 92304221959 |
Durata | 49:41 |
Data | |
Categoria | Servizio domenicale |
Testo della Bibbia | Punti d'Interesse 1 |
Lingua | spagnolo |
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