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Trascrizione
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Cuando acabó Salomón de hacer a Jehová toda esta oración y suplica, se levantó de estar de rodillas delante del altar de Jehová con sus manos extendidas al cielo y puesto en pie bendijo a toda la congregación de Israel diciendo en voz alta, bendito sea Jehová que ha dado paz a su pueblo Israel. Conforme a todo lo que él había dicho, ninguna palabra de todas sus promesas que expresó por Moisés, su siervo, ha faltado. Este con nosotros Jehová, nuestro Dios, como estuvo con nuestros padres, y que no nos desampare ni nos deje. Incline nuestro corazón hacia Él para que andemos en todos sus caminos y guardemos sus mandamientos y sus estatutos y sus decretos, los cuales mandó a nuestros padres. Y esas palabras con que he orado delante de Jehová están cerca de Jehová, nuestro Dios, día y de noche, para que Él proteja la causa de su sierva, de su pueblo israelí, cada cosa en su tiempo, a fin de que todos los pueblos de la tierra sepan que Jehová es Dios y que no hay otro. Sea pues perfecto vuestro corazón para con Jehová, nuestro Dios, andando en sus estatuas y guardando sus mandamientos como en el día de hoy. Entonces el rey y todo Israel con él sacrificaron víctimas delante de Jehová y ofreció a Salomón sacrificios de paz, los cuales ofreció a Jehová 22,000 bueyes y 120,000 ovejas. Así dedicaron el rey y todos los hijos de Israel a la casa de Jehová. Aquel mismo día santificó el rey del medio del atrio, el cual estaba delante de la casa de Jehová, porque ofreció ahí los holocostos, las ofrendas y la grosura de los sacrificios de paz, por cuanto el altar de bronce que estaba delante de Jehová era pequeño y no cabían en los holocostos, las ofrendas y la grosura de los sacrificios de paz. En aquel tiempo, Salomón hizo fiesta con el todo israelco, una gran congregación, desde donde entran en amat. hasta el rey de Egipto, delante de Jehová, nuestro Dios, por siete días y aún por otros siete días. Y esto es por catorce días. El octavo día despidió al pueblo y ellos bendiciendo al rey se fueron a sus moradas alegres y gozosos de corazón por todos los beneficios que Jehová había hecho a David, su siervo y su pueblo Israel. Padre Dios, gracias una vez más por tu palabra, por esta comida celestial que nos ha dado ser maná celestial. para ser alimentado, para crecer de la palabra. Gracias por lo que hemos estado estudiando, la dedicación del templo. Padre, acuérdenos de la significancia de la historia. Padre, y cáusanos a aprender de esta sección del templo, a aprender qué es la adoración verdadera, la oración, el sacrificio. y un sacrificio de festejar contigo, a ti. Ayúdanos a entenderlo en Cristo. En el nombre de Cristo lo pido. Amén. Yo creo que como buenos bautistas, no hay gran fiesta o celebración sin la comida. Sin una fiesta de comida. ¿Qué sería una boda sin una cena de boda? Sin comida. ¿Qué sería la Día de Acción de Gracias sin un pavo? Sin celebrar con la comida. Lo mismo aquí tenemos una de las celebraciones más grandes en todo el Antiguo Testamento, la dedicación del templo. ¿Y qué encontramos al final aquí? Encontramos la celebración con una fiesta. Piensa en lo que ya ha acontecido en 1 de Reyes, capítulo 8. Se ha sido construido el templo, el arca ha entrado, la gloria con la nube de la presencia de Dios ha descendido sobre el templo. Vimos la gran oración intercesorio del Rey Salomón de parte del pueblo y cómo se termina bien este ceremonio o la fiesta de una semana. Terminan un día festival con una fiesta y eso es lo que vemos aquí. Aquí en este pasaje tenemos la conclusión a la dedicación del templo al Señor y realmente hay tres escenas que quiero que veamos y al final vamos a compararlo a la Santa Cena a la mesa del Señor. Hay tres escenas aquí en esta última sección del tiempo del rey Salomón aquí. Primeramente, tenemos la oración de benedicción en versículos 54 a 61. Es interesante, antes de su oración intercesoria, él empezó con una oración benedictoria al principio, nos da la oración intercesoria y después termina con otra oración benedictoria. Versículos 54 a 61. Después veremos la alabanza, la adoración por sacrificios en el templo. Versículos 62 a 65. La primera vez que ofrecen sacrificios en el templo del Señor. El de último, el tiempo de dedicación termina con fiesta tras fiesta. En versículos 55 y 60, 65-66. Todo eso son escenas de la adoración por oración, por sacrificio y por una fiesta. Podemos aprender mucho aquí del pueblo de Dios, de cómo celebrar y adorar a Dios correctamente, especialmente en luz de Cristo hoy. El Rey Salomón. Él termina su oración intercesoria Y después de esta oración larga, teológica, con petición tras petición para dedicar el templo, nos dice que el rey Salomón se para delante del pueblo y ahora está orando una benedicción sobre ellos después de esta oración de benedicción del siglo 54-61. Todo ese capítulo es una colección de oraciones por el rey Salomón. La oración breve que vimos, la oración intercesoria. Fíjense en la postura. Dice, cuando acabó Salomón de hacer ajeo a toda esta oración y súplica, se levantó de estar a rodillas. Después de estar a rodillas, se levanta delante del pueblo de Dios con las manos extendidas. Al principio, no nos dijo que se había puesto de rodillas al principio de esta oración. Entonces, en algún momento durante la oración intercesoria, él se baja a sus rodillas delante del Señor en la once del bronce, en frente de la tarde bronce, en frente de toda la congregación. Es una imagen increíble. No creo que es porque se cansó, aunque su oración era larga, sino que creo que era una postura de sentir una gran carga por lo cual estaba orando de parte del pueblo. y él se arrodilla delante del Señor en humildad para traer esas peticiones al Señor en oración. Pero sea lo que sea el caso, al final está de rodillas y se levanta para dar la benedicción y su benedicción final no es tan largo como su oración intercesoria, pero está tan lleno teológicamente. Entonces quiero hablar de cuatro temas y vamos a ver a cada uno de ellos. Primeramente, Él empieza la oración bendiciendo al señor Jehová por haber dado paz a su pueblo. Así empieza bendito sea Jehová que ha dado paz a su pueblo Israel. Esa benedicción aquí para terminarlo. La primera parte de su benedicción es muy parecido a cómo empezó la primera benedicción al principio del ceremonio donde dijo bendito sea Jehová. Pero si ve a su benedicción en versículo 12 a 21, él empieza bendiciéndole al señor por haber cumplido su promesa para con David. Específicamente la promesa que le dio a David que su hijo iba a estar en el trono. En esta última benedicción, él bendice al Señor por otra promesa. Otra promesa dada no a David, sino a Moisés para darle paz al pueblo. Y dice, tu padre has cumplido ese pacto, esa promesa hoy. Y dice, no, ni una palabra de todas sus promesas ha faltado. Ninguna de esas palabras de tu promesa de paz ha fallado. Es algo que, promesas que Dios dio a su siervo Moisés acerca de la paz. Y Salomón dice, has guardado completamente esa promesa. Eso es el fruto, eso es la plenitud de esta oración, esta promesa. Entonces, ¿a cuál promesa se refiere el rey Salomón que Dios dio a Moisés que cumplió ese día? Probablemente fue en éxito capítulo 33. Busca conmigo en éxito capítulo 33. Eso también está en Deuteronomio capítulo 12, pero otro en Exodus capítulo 33. Si se acuerdan, ¿qué pasó en Exodus capítulo 32? Un acto terrible. ¿Se acuerdan? Uno de los peores pecados que cometió Israel. ¿Cuál era? La idolatría del becerro de oro. Acuérdense que cuando Dios era fiel para con ellos, ellos faltaban fidelidad. Bajo el liderazgo de Aarón, ellos hacen un becerro de oro, lo adoran. Moisés baja de la monte y ve ese gran pecado y él va al Señor y ora de su parte, una oración intercesoria. En Exodus capítulo 33 nos dice que en medio de esto, Moisés al orar a Dios, que Dios le habla a Moisés. Jehová recibe esta oración intercesoria y le promete a Moisés que él va a dar paz al pueblo de Dios, que él responderá, que no destruirá el pueblo de Dios por causa de la oración intercesoria de Moisés y que le dará paz. Entonces, ¿no, amigo? Capítulo 12 lo desarrolla un poquito más. Esa promesa está relacionada con despaz de sus enemigos, un paz de la guerra, podríamos decir, que la presencia de Dios estará con ellos adelante. Porque Moisés, en su oración intercesoria, le pidió a Dios, diciéndole, Señor, si no vas con nosotros, si tu presencia no está con nosotros, no tenemos esperanza. Y Dios le promete que su presencia estará con ellos y que Él les dará paz, que Él les protegerá de todos sus enemigos. Y aquí el rey Salomón está diciendo esa promesa dado a Moisés en Éxodos 23 en Deuteronomio capítulo 12 está lleno del templo en Jerusalén. Empiezas a pensar cómo eso se cumple o llega a su plenitud así. Pues Dios ha cuidado a protegido su pueblo bajo el liderazgo del rey Salomón por años. Por eso ellos podrían construir un templo. Ya no vagaban, ya no andaban en el desierto. Ya es una nación fuerte. Pueden construir ese templo, un señal de la seguridad que Dios les ha dado la paz para con sus enemigos. Y ahora, Eso continuará bajo el liderazgo del rey Salomón. Es la primera cosa que se ve aquí, que el rey Salomón le agradece a Dios por haber cumplido su promesa para la paz, diciendo, nos ha dado paz. No hemos estado en guerra tras guerra por años y ahora el templo es la plenitud de la estabilidad que tenemos como una nación. Después, fíjese en la segunda parte, la presencia de Dios, versículos cincuenta y cinco, siete a cincuenta y nueve. Dicen. Que esté con nosotros nuestro Jehová, nuestro Dios, como estuvo con nuestros padres y que no nos desamparen ni nos deje. Aquí tenemos el tema de la presencia de Dios para con su pueblo. Pero si vamos a éxodos 33 que es el contexto cuando Dios hizo esa promesa de la paz. Cómo es es. Iba junto con la promesa de su presencia. Dice y Dios dijo mi presencia irá contigo y yo os daré paz. Y Moisés dice, si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí. Y en qué se conocerá aquí que he hallado gracia en tus ojos, yo y tu pueblo, sino en que tú andes con nosotros y que yo y tu pueblo seamos apartados de todos los pueblos que estén sobre la faz de la tierra. Es la respuesta de Moisés a la promesa de Dios que la presencia de Dios iba a estar con ellos. No solamente quería los beneficios de la presencia, pero él quería la presencia en sí. Dice Por eso somos distintos como su pueblo, su presencia está morando con nosotros. Moisés dice No tomaré ni un paso más a menos de que prometes que tu presencia estará con nosotros. Moisés ora unas oraciones bastante valientes al Señor. No solamente eso, pero después, en este capítulo, Moisés dará la oración más valiente, donde él dirá, muéstrame tu gloria. ¿Qué hace el Señor? Él toma a Moisés y le pone ahí en la montaña, le cubre, le muestra una vista pequeña de su gloria cuando pasa. Pero me encanta esta conexión del primero de Reyes 8 en Exo capítulo 33 que el rey Salomón hace para nosotros en su oración. Bien conoce la palabra de Dios y las promesas de Dios. El rey Salomón dice hemos recibido la promesa de la paz. Ahora todavía dice el rey Salomón como Moisés necesitamos tu presencia para que more con nosotros. Te necesitamos a ti señor. en el sentido y todo el pueblo de Dios está viendo una vista de la gloria de Dios, que es casi igualado a lo que vio a Moisés. La gloria de Dios llenó el templo. Moisés nunca vio el templo. Él vio el tabernáculo, pero aquí vemos la gloria del Señor. Pero todo Israel ahora puede ver la gloria de Dios en el templo. Entonces aquí podemos ver la promesa de la paz. de su presencia moradora. En versículo 60, el rey Salomón ora no solamente para Israel, pero a todo el mundo. Dice, a fin de que todos los pueblos de la tierra sepan que Jehová es Dios y que no hay otro. No solamente dice que quiere que el mundo sabe de Dios y que sabe de su poder. Él dice que quiere que conozcan a Jehová, que Jehová es Dios y que no hay otro. que conocen a Jehová como su Dios de pacto. Yo creo que él está orando para la salvación de los gentiles aquí, que el templo funcionaría así. Es tan interesante que en la dedicación del templo en Israel, el rey de Israel pide para la salvación de los gentiles, de los elegidos de Dios en todo el mundo. También se vio en su oración intercesoria, pero aquí podemos ver que Dios tenía un plan para todos los pueblos, para salvarlos. Aún en el Antiguo Testamento, Israel tenía que hacer una luz a las naciones. Y el último punto de esa oración es que el rey Salomón se enfoque en el corazón. Fíjense en el versículo 61. Sea pues perfecto vuestro corazón para con Jehová nuestro Dios, andando en sus estatuas y guardando sus mandamientos como en el día, de hoy. Yo creo que eso no solamente es el punto de esta oración, pero si podemos ver todas las oraciones del Rey Salomón en capítulo ocho del Primer de Reyes, la primera es benedicción, la oración intercesoria y ahora es la última benedicción. El punto ha sido con el corazón, con el amor que el pueblo de Dios debe tener para Dios. Él ha pedido que el pueblo de Dios tenga un corazón fijado en Dios, no en sus pecados, sino en Dios. Y yo creo que eso es importante porque muchas veces tenemos esa diferencia falsa que tenemos entre el Antiguo y Nuevo Testamento. A veces lo sentimos en nuestro mente, en corazón. A veces vemos el Antiguo Testamento como ley externa, Tradiciones no tienen nada que ver con gracia. El Nuevo Testamento tiene que ver con el corazón, con la gracia, con el amor, con lo interno. Pero no es el caso. Aquí se ve con el rey Salomón, con la dedicación del templo. Su ímpasis no está en lo externo, en las tradiciones. El rey Salomón, aun con toda la gloria del templo, con toda su majestad, sabía lo que era lo más importante, que era el corazón. el corazón del pueblo de Dios. Yo creo que el rey Salomón estaría de acuerdo con nosotros. Él diría en ese día que bien nos hará ese templo bello. Si el pueblo de Dios no es para Dios, no solamente es del Nuevo Testamento, es de toda la Biblia. Es una verdad para todos. El templo fue para la al avance y Dios tenía que, el pueblo de Dios tenía que adorarle a él y a él solamente. Toda la adoración desde Génesis hasta Apocalipsis, hasta en el Antiguo Testamento Nuevo, todo tiene que ver con el corazón, con la devoción del corazón, adoración al Señor. El Señor, el Rey Salomón piensa en eso en su oración. Él pide que el corazón del pueblo de Dios esté puesto en Jehová, en la dedicación de ese templo. Entonces esa es la primera parte de ese acto final de la dedicación del templo. Pero no solamente es la oración. La ceremonia no terminó porque se terminó la oración. Parece que solo empieza después de esa oración. El templo que tenía que ser un caso de oración, pero ¿cuál era el acto principal del templo? Los sacrificios, ¿verdad? Sí, tenía que haber oraciones, pero la oración tenía que ir en conjunto con los sacrificios de sangre al Señor. ¿Qué sería la dedicación del templo sin sacrificio de animales al Señor? Y eso es exactamente lo que hicieron. Lo tenemos escrito para nosotros en versículos 62 a 64. Los números son asombrosos. Versículos 63. Y ofreció Salomón 22,000 bueyes. 120,000 ovejas sacrificaron como ofrendas de paz. Eso es 142,000 animales entraron a Jerusalén. Yo puedo pensar que por lo menos lo hacían a través de los 7 días porque la celebración duró 7 días. Pero durante ese periodo de 7 días, había más de 142,000 animales sacrificados. Eso no solamente son sacrificios de paz, pero sacrificios a lo costo, ¿verdad? tantos sacrificios que el rey Salomón utilizaba para dedicar no solamente la tarde bronce, pero tenía que usar toda la corte porque tenían demasiado, tenían que dedicar toda la corte a las ofrendas, los holocostos, la grosura. Lo interesante es que leí un poquito de los comentarios acerca de esta celebración. No voy a darle todo el debate, pero hay un debate acerca de si esas palabras son verdaderas o si es una exageración porque a veces diremos que tienen como un número redondo pero los eruditos dicen que no hay manera de que sacrificaron tantos animales porque cada ningún otro día en la historia de los sacrificios, tenían tantos sacrificios. Entonces, los eruditos quieren decir, ¿cómo podrían hacerlo con tantos animales? Y yo me respondo con risa, porque demuestra que tan increíble era ese día, porque siglos después, los eruditos están confundidos por la cantidad de sacrificios ofrecieron. Y todo con, aún con nuestra tecnología, no podemos entender cómo era Possevi. Pero ¿sabes cuántos sacrificios había? Lo que estaba aquí mencionado. 144 mil animales sacrificados. ¿Qué día, qué semana tenía que haber sido? El rey Salomón y sus sacrificios eran tan numerosos que las personas hoy en día no pueden imaginarlo. Así dio al Señor en agradecimiento con las ofrendas. Era un número ridículo, increíble. Pero valía la pena al Rey Salomón porque Dios es digno de toda la adoración. Era un día como ningún otro. Buscaba un día comparado a este día con los sacrificios parecidos. Ningún día se acerca. Tal vez había un día de treinta mil sacrificios con un día de la Pascua, pero ese día es incomparable. Eso es el día con mayores sacrificios animales en toda la historia. Entonces el primer día de sacrificios en el templo era de proporciones increíbles, solo para adorarle al señor, para darle agradecimiento. Piénsalo. Sacrificios de los animales llenaban toda la corte constantemente, hora tras hora, por todos los siete días de adoración. Una escena increíble. Una semana sangriente. Y después llegamos a la última escena. Por eso yo creo que esos números son completos. En la última escena, en la conclusión del templo, versículos 65-66, ¿qué hace por el Señor? Come. Una fiesta, dice. Y en aquel tiempo Salomón hizo fiesta. Ellos están festejando. ¿Quién estaba en esta fiesta? Nos dice una gran congregación de entre Hamad hasta el río de Egipto, las fronteras del reino del rey Salomón. Dice hasta el alcance de su reine, del este o el este, todos estaban ahí. es como si alguien dijera hasta Alaska, DC, están ahí para la inauguración. Todos estaban ahí en esa gran dedicación. Y los números probablemente eran como 6 millones de personas, tal vez más, tal vez menos. Hablamos de una fiesta. Sería una fiesta, una fiesta de 7 días por 6 millones de personas. No solamente alimentarlos una vez, pero tenían que alimentarlos por 7 días. ¿De dónde cree que viene la comida? Las ofrendas de paz. Eso es algo único de la ofrenda de paz. Esos animales que se sacrificaron eran ofrendas de paz. ¿Y cuál es? ¿Qué es único de esa ofrenda de paz? Con los salvocostos, ¿qué pasa con el sacrificio? Se quemó completo, ¿verdad? Pero con la ofrenda de paz, ¿qué pasa? Parte del sacrificio es para el Señor y parte es dado a Él quien ofrece el sacrificio. Entonces creo que esas ofrendas de paz de 144 mil animales sacrificados que parte de esas ofrendas de paz fueron comidas por el pueblo del señor. Piénsalo así. Fue Dios que compartió una comida con su pueblo. Él comía, ellos comían, todos estaban juntos festejando por siete días seguidos. demuestra la comunión de Dios para con su pueblo, que él cenaría con ellos. Entonces, al final de la dedicación del templo de Dios, Dios está comiendo con su pueblo, festejando con ellos por siete días. ¡Qué día! Siete días tenía que haber sido. Imagínate lo que ellos vieron, esa gran fiesta, esa celebración por un tiempo alargado. No tenemos que adivinar cómo se sintieron el pueblo, porque al final de este capítulo dice, y ellos bendiciendo al rey, se fueron a sus muradas alegres y gozosos de corazón por todos los beneficios que Jehová había hecho a David, su siervo, y a su pueblo Israel. Al final de esa gran celebración, esa fiesta, el pueblo de Dios estaba lleno de gozo, de alegría, por lo que él había hecho con ellos. Eso es otra razón por lo cual la escena de la dedicación del templo es tan increíble. Si volvemos a éxodo, solamente Moisés podría ver la gloria de Dios ahí en la roca. Después sólo Moisés podrá comer junto con Dios en el montesina y solamente él y pocos más. Pero aquí con la dedicación del templo, ¿quién puede ver la gloria de Dios? Toda la gran asamblea. ¿Quién puede compartir esa comida de pacto con Dios? Toda la congregación. Y por toda una semana. comida que acompaña a una gran celebración. Yo creo que como bautistas lo tenemos bien a comer juntos, a una comida comprada antes de la oración, el día de oración. Nos juntamos para celebrar lo que Dios ha hecho, sus promesas que ha guardado y que guardará y que estamos orando al Señor. Ahora, quiero concluir nuestro estudio de este pasaje y llegar al final de ese narrativo para interpretarlo en luz del Señor Jesucristo, especialmente pensando en la escena del Señor, porque Él está en todo ese narrativo del templo. Él está en toda esa última parte, en una forma, en una sombra, podríamos decir. Piensa en las cuatro partes de la última oración del rey Salomón. Paz, La plenitud de esa promesa no se ve en el templo en el día del rey Salomón, porque aunque tenían paz, de sus enemigos en ese tiempo bajo el liderazgo del Rey Salomón? ¿Siempre iban a tener paz de sus enemigos después del reinado o de la muerte del Rey Salomón? No, sabemos que no es el caso. El reino será dividido. Habrá gran sismo en el reino de Israel. No solamente ese, pero sabemos del exiliado Babilonio. todo lo que vendrá a Israel, que no es parte de sus enemigos. Entonces, Salomón tenía razón, que había una plenitud inicial a esa promesa. Pero sabemos que la paz eterna y verdadera no viene por medio del rey Salomón o por el templo. ¿Quién nos puede dar la paz eterna? Jesús, ¿verdad? Cristo es la plenitud. Él nos da descanso de nuestros esfuerzos, nuestro trabajo. Eso es una gran llamada que Jesús nos da. Vengan todos los cansados, cargados, vengan y toma paz para su alma. Él cambiará sus cargas para la paz, para el descanso. Entonces el Señor Jesús es el quien obtuvo nuestra paz eterna al morir en la cruz. Él es quien nos da esta paz. Él es quien nos hace entrar a la paz eterna. Lo vimos en Iberias capítulo 4. Cristo da una paz eterna por medio de su obra en la cruz, muriendo por nuestros pecados. Podemos tener un descanso espiritual de nuestros esfuerzos por la fe. Un día Cristo volverá y tendremos una paz eterna en una nueva tierra y cielo con el Señor. La segunda parte de la oración, la presencia de Dios. Su presencia eterna y permanente no está en el templo. Ellos vieron una vista, pero su presencia permanente se ve en su hijo, porque Jesús es Dios. Y no solamente eso, pero en este lado de la cruz, en este lado del Pentecostés, Cristo ha dado su espíritu para morar en nosotros permanentemente y para siempre por la fe. Y un día moraremos eternamente con Dios en el nuevo cielo, en la nueva tierra. Todo por lo que Cristo ha hecho por nosotros, que vemos aquí simbolizado con los elementos que tenemos delante de nosotros. La tercera parte de esta oración es para que las naciones conocen a Jehová. Podemos ver partes de esto en el templo con los gentiles, pero Cristo aseguraría la salvación de los gentiles. Cristo murió en la cruz y su sangre redimió a las personas de cada tribu, nación y lengua. Solamente en Cristo, con la enviada de su espíritu, aplicaría esa salvación a las personas alrededor del mundo. Los gentiles no tienen que venir a un templo físico, tienen que venir a Cristo. Y último, la oración del Rey Salomón tenía que ver con el corazón, porque Cristo es el único que puede cambiar el corazón de piedra a un corazón de carne. Sólo Cristo nos puede hacer nacer de nuevo. Todas estas oraciones que oró el Rey Salomón encuentran su sí y amen en el Señor Jesús. No solamente las oraciones, pero los sacrificios también. Los 144.000 sacrificios de animales, de bueyes, de ovejas. Números increíbles, asombrosos. Pero si sumamos todos esos sacrificios y lo multiplicamos por la infinidad, y no compararía al sacrificio del Señor Jesucristo. Ellos podrían haber sacrificado millones en ese día y no compararía a la sangre preciosa del Señor Jesucristo derramado en la cruz como lo tenemos simbolizado aquí con el fruto de la viña y el pan que tenemos delante de nosotros. Ninguno se compararía a El poder del Señor Jesucristo, la sangre de Cristo que paga por el pecado, que lava nuestro pecado. Ese sacrificio una vez para siempre que hizo propiciación para el pecado de su pueblo. La plenitud de los símbolos. Y de final, quiero pensar en la Santa Cena que vamos a celebrar esta tarde. El fruto de la viña, del pan, que simboliza la muerte de Cristo. Es para acordarnos que tenemos que pensar en la muerte de Cristo y en el Evangelio. No solamente representan todo lo que he dicho de la plenitud de esas promesas en Cristo, Pero también aquí en la Santa Cena tenemos la plenitud de los sacrificios de paz que fueron ofrecidos aquel día. Sí fue un gran día, uno de los mejores días en la historia redentiva. Pero adivina qué iglesia. Tal vez parece un poquito valiente decirlo, pero yo creo que lo que compartimos hoy es aún mayor, es mayor que esa fiesta. Lo que hicieron esos santos del Antiguo Testamento en la dedicación del templo. Tú tal vez dirás, pues no hay miles tras miles de animales aquí. Sí, porque Cristo ya ha ofrecido su sacrificio. No tenemos que ofrecer otro sacrificio. Eso nos acuerda del mayor sacrificio. ¿Y de quién es esta mesa? Es la mesa del Señor, es la cena del Señor. Por eso es Muchas veces en una iglesia eso acontece y en nuestro propio corazón lo hacemos. Venimos a la Santa Cena como algo ordinario, una tradición externa que hacemos, que practicamos. Y si lo hacemos así, pues estamos equivocados. Porque venir a esta mesa es la mesa del Señor. Y espiritualmente lo que está pasando es que por fe, Al venir a la cena del Señor, nosotros estamos cenando con Dios. Nosotros estamos ante su presencia especial en una manera espiritual, obviamente. Esos alimentos no se convierten físicamente en la sangre de Cristo, su cuerpo. Pero hay una realidad espiritual en la cual nosotros como su pueblo estamos invitados a tomar de esos elementos ordinarios. y Dios los utiliza para acordarnos del Evangelio, lo utiliza para alimentarnos espiritualmente. Estamos cenando con Dios. Es un privilegio que tenemos como iglesia una vez por mes cuando estamos reunidos en la tarde, en el día del Señor con el servicio de la Santa Cena. Entonces, para tomar de la Santa Cena realmente en una manera espiritual, estamos cenando con el Señor en el cielo por la fe. Ahora quiero preguntarles, ¿ustedes creen que eso realmente está pasando? No lo hacemos para tradición o para cumplir las emociones. Lo hacemos sí porque lo exige, pero lo hacemos porque creemos que es un regalo de pacto que Dios ha ordenado para nosotros como su pueblo. Y queremos compartir de eso. Queremos tener comunión con el Señor, cenar con Él en su presencia por fe. No hay nada especial en esos elementos. al ver esos alimentos y probarlos a meditar en Cristo en la cruz. Ahí está el poder en su obra redentiva. Entonces yo digo que hoy todavía celebramos como el pueblo de Dios celebramos con una fiesta. Estamos festejando por fe con la cena del Señor. Amén. Eso es lo que vamos a hacer esta tarde. Entonces quiero invitar a nuestro hermano Paul y los decanos para ayudar con la distribución de los alimentos.
La Conclusion de la Dedicacion del Templo
Serie 1. Corinthians (Spanish)
ID del sermone | 525251958313907 |
Durata | 36:28 |
Data | |
Categoria | Domenica - PM |
Testo della Bibbia | 1 Corinzi 1:10-17 |
Lingua | spagnolo |
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