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Y damos de al Señor que nos bendiga por medio de su palabra en esta mañana. Señor Jesús, gracias por tu presencia entre nosotros, por tu espíritu que nos acompaña cuando estudiamos tu palabra. Te pedimos que abras nuestros corazones, que nos des ganas de estudiar tu palabra, de ver lo que hay en ella, de entender lo bueno que tiene para nosotros, Señor. Te pedimos que tu espíritu nos ilumine y que cualquier distracción, cualquier sentir de aburrimiento o cansancio se vaya de nuestros corazones y que seamos gente atenta, interesada en tu palabra, Señor. Ayúdanos ahora a acercarnos a ti por medio de lo que tú tienes que decirnos, Señor, y por medio del perdón proveído por tu Hijo Jesucristo, en el nombre de Jesús. Amén. Una de las preguntas que tal vez mucha gente tiene, especialmente en este tiempo moderno, es si existe la maldad o si la maldad en realidad tiene en sí una realidad. Y la razón por qué esa pregunta existe es porque muchos tienen el concepto de que la maldad es algo que se define por cada persona. Yo digo que es malo, digamos, el color anaranjado. Eso es malo, digo yo. Es satánico, digamos. Pero otra persona diría el color anaranjado es santo, es lo mejor que existe. Ahora, ¿quién decide? ¿Quién tiene la idea correcta? ¿Yo o él o una tercera persona? Quien dice que el color anaranjado no tiene ningún concepto de mal o bien, pero el color azul es el único color santo que existe. Esta tercera persona no puede decidir entre nosotros, Dice que los tres tenemos la idea equivocada. Es decir que el concepto del bien y el mal entre los seres humanos no tiene en él una raíz, no tiene, no es posible definir lo bueno y lo malo entre la filosofía humana. La gente no sabe explicarla, y la verdad que aún ahora, entre los filósofos modernos, los científicos, lo que sea, lo bueno y lo malo, la moralidad, no tiene en sí una base. Lo que es bueno ahora, en 30 años va a ser malo, y se basan en esto. O hace, digamos, en 1890, Era bueno tener esclavos, decían ellos. Y ahora es malo. O digamos hace, hace miles de años, era bueno cortarle la cabeza a alguien y ponerlo en un palo para significar que hemos conquistado esta tierra. Eso era bueno. O cosas así dicen, diciendo que la moralidad está en evolución. Entonces la moralidad de ese tiempo era primitiva y ahora nuestra moralidad está más avanzada. Es decir que la moralidad en sí no tiene base. No hay algo en ella que nunca cambia. La moralidad siempre cambia y lo que es bueno ahora, en 2015 o en 2016, va a ser malo en el 2080. Es decir, la moralidad no tiene base, no tiene fundamento principal, universal, duradera, que nunca cambia. Esta es la filosofía humana moderna que tenemos ahora. ¿Por qué? Porque sin base fundamental, sin principio universal, la moralidad significa cualquiera, cualquier cosa que se le ocurra a alguna persona. La moralidad no existe, es decir. Es sólo un concepto, una idea ficticia, una fantasía, un mito, una fábula. Sí es que Dios no existe. Si es que la palabra de Dios no existe. Aquellos que dicen que no hay Dios también dicen que la moralidad es, dicen, relativo, relativo a la al país, a la cultura, a la geografía. Así es que ellos dicen que lo que lo que hacen en la China en abortar a las hembras, no hay nada malo con eso. Porque en la China a la hembra no se le da precio. Ella no es, no vale nada. Solo los varones tienen valor allá. Así es que tienen una crisis en este momento porque no hay mujeres. Hay millones de hombres y no hay mujeres en la China ahorita. Y entonces, para ellos el valor es, la mujer no tiene valor. Y entonces, muchos dicen, no podemos juzgarlos. Ellos están haciendo algo y es neutral. No es, no podemos decir que es malo o bueno. En un mundo donde Dios no existe, número uno, y en un mundo donde Dios no ha dado palabra, número dos, Y en un mundo donde la Biblia no es la palabra de Dios, número tres, la moralidad no existe. No tiene existencia y no tiene valor entre sí. Eso es la maldad, pero la palabra de Dios es muy clara en qué es la maldad y la maldad es algo que tiene personalidad. La maldad es algo que tiene existencia. La maldad es algo que tiene poder en sí, pero la maldad es una corrupción de lo bueno. Así como el diablo antes era ángel, Lo bueno cuando se deshace, se corrompe, se hacen algo en pecado. Y eso es lo que es la maldad. La maldad es pecado. Y estamos aquí entonces en el libro de Romanos capítulo uno. Empezamos en el verso 28. Dice la palabra así como ellos. no tuvieron bien a bien reconocer a Dios, Dios los entregó a una mente depravada. Es decir, como hemos dicho antes, Dios les puso las esposas a la humanidad. A cada ser humano que existe, Dios le puso las esposas o le amarró los brazos y lo tiró a la cárcel de su depravación. Todo ser humano que nace está en esta misma condición, una mente depravada, que es una mente que no tiene valor, que no, que no produce buenas cosas. Es una mente que está desgastada, una mente que está capturada por motivos, intenciones, deseos malignos. Una mente que no puede en sí producir bondad, que no puede producir verdad. Esta es la mente depravada con la cual todo ser humano ha nacido. Podemos ver a un bebé bonito, lindo, pero este bebé ha nacido con una mente depravada. Y no nos cuesta ver esto cuando ya este niño tiene fuerza. o aun cuando no tiene fuerza yo he dicho varias veces que si Mateo tuviera la fuerza de un hombre de unos 130 libras ya me hubiera matado y a Sara tambien Cualquier niño, cuando ya... Si los niños no tuvieran... Si los niños tuvieran la fuerza de un hombre, hubieran asesinatos todos los días de parte de los niños a sus padres. ¿No ha visto las patadas que tiran? ¿No ha visto cómo le pega a uno un niño? ¿Cómo levantan un juguete así? Mateo, se me acerque y levanta su juguete así, con una sonrisa, para pegarme. Y lo hace. Así son los niños. ¿Por qué? Porque es una mente depravada. Y cualquier padre puede reconocer de que su hijo necesita ser disciplinado y instruido en las cosas de Dios para que se acerque a Dios. automáticamente el ser humano se aparta de Dios y comete maldad automáticamente no se le tiene que enseñar nada al bebé para ser malo pero para ser bueno a ese niño se le tiene que instruir consistentemente con disciplina duradera y es algo que cuesta Es algo difícil, es luchar contra la corriente de la mente de un ser humano, hacer que esa persona sea buena. Esta es la mente depravada. Y aquellos niños que no se disciplinaron en su día, aquellos niños que han crecido sin esa influencia buena, son los criminales de ahora, son los asesinos, son los dictadores, son los malcriados. ¿De dónde viene el crimen, la maldad? Viene desde el nacimiento de estos niños que ahora muchos de ellos están en la cárcel. Estos hombres y mujeres de 20 años, de 30, 40 años, todos tienen una historia mala en su vida porque de la maldad nace de su corazón. Esta es la mente depravada. Y aún si esta persona es buena, Aún supuestamente si esta persona no ha cometido delitos, la mente depravada lo previene a darle gloria a Dios. Pero vamos a ver este pecado primero. Hay pecados de intención, son pecados pasivos, son pecados que existen en nuestros corazones. En el verso 29 dice, estando llenos de toda injusticia, maldad, avaricia y malicia, colmados de envidia. Estas son cosas que nos hacen hacer cosas. Estas son el estado de nuestro corazón. Sentimos deseos de cometer injusticia. Sentimos deseo de cometer maldad, de robar, de retener, de ser envidiosos, de malicia, colmados de envidia, es decir, queremos retener, queremos agarrar más de lo que tenemos. Aquel rico, un rico, un hombre rico, famoso, le preguntaron, ¿cuánto dinero es suficiente? Y este famoso rico dijo un dólar más. Es decir, nunca sería suficiente. Si tiene siete billones de dólares, él quiere siete billones de dólares y un dólar más. Pero después de eso quiere otro dólar, siete billones y dos dólares. Nunca es suficiente. Esta es la envidia. Este es el deseo de tener más y más y más. en cometer injusticia, en tratar a los demás de menos, en ponerse en sí encima de los demás. Esta gente es mala. Aquellos que se ponen enfrente de todo, que son más importantes que todo. Que son creídos. Que se ponen en sí la importancia encima de los que están alrededor. Esta es una, como un estado de ser. Cuando hacemos decisiones, cuando pensamos en el mundo, si nuestro corazón dice, yo quiero hacer esto para mi beneficio, o yo quiero hacer esto para acumular más, o yo quiero hacer esto para hacerle mal a aquel. Cuando la gente dice a mí no me importa lo que yo tengo que hacer, pero yo quiero que esa persona sufra. Yo quiero mi venganza. Ese deseo de vengarse es un deseo maligno. Estos son los pecados pasivos que cometemos y son, hablan del estado de nuestro corazón. Cuando uno piensa, cuando uno empieza a pensar a dónde se va su mente, cuando alguien nos estamos manejando y alguien se pone enfrente de nuestro carro, de repente pensamos en la muerte de esa persona. Quiero ver que se contramine contra una pared. Quiero ponerme enfrente de esta persona, darle un símbolo con mis manos y después ponerme enfrente de ellos. Pienso en la venganza o si vemos, si vamos a un juego de béisbol con nuestros niños y ellos son parte del equipo, Y en este juego de béisbol o de fútbol, lo que sea, sentimos un deseo de maldad hacia los padres del otro equipo o los niños del otro equipo. Que este niño muera enfrente a los pies de mi hijo. Que este equipo sea destruido. Que tengamos algo así. Estas cosas, estos deseos, aunque tal vez solo son una chispa, tal vez solo son un segundo, Son maldades y son pecados que existen en nuestro corazón, que cuesta resistirlos. Me cae mal aquella mujer que se viste así. Ay, me da cólera este hombre que está en la noticia. Quisiera que Donald Trump muriera en una explosión o que se derritiera en un fuego. Estos son pecados. Estos son pecados. Estos deseos malos para la gente, son pecados pasivos. Pero hay pecados activos también. Dice la palabra, siguiendo en el verso 29, homicidios, matar a alguien, pleitos, ponerse en lucha contra alguien, en pelea, en violencia. Y no tiene que ser con, con, con, en realidad así físicamente. pero en gritar, en amenazar, engaños, mentirle a la gente, malignidad, son chismosos, levantarle falsos a los demás, detractores, es decir, criticones de Dios, aborreceros, aborrecedores de Dios, gente que odia a Dios y tal vez piensa uno, yo no odio a Dios, Pero si nosotros leemos la palabra y no estamos de acuerdo, o no nos, no somos obedientes, o si no nos sometemos a lo que dice la palabra y mejor queremos darle significado a la palabra que no tiene, o si cambiamos lo que dice la palabra, somos aborrecedores de Dios, insolentes, soberbios, actanciosos, Vemos estas cualidades y en realidad se ven en los políticos más famosos que tenemos ahora. Desafortunadamente, estas maldades se ven en los hombres y mujeres con más poder. Son insolentes, son soberbios, son jactanciosos, inventores de lo malo. ¿Sabían ustedes de que hubo, en el gobierno, hubo un movimiento para crear una ley que decía que le vamos a vender casas a gente que no las pueden pagar porque vamos a ganar mucho dinero si hacemos eso. Ok, hicieron esta ley, los bancos vendieron un montón de casas de esa manera a gente que no las pudieron pagar. Mucha gente se hizo rica por medio de esta ley. Muchos políticos y muchos bancos se enriquecieron y cayó la economía, se deshizo y mucha gente perdió mucho dinero en su retiro y cosas así, en los stocks. Fue maldad esa, sí, porque la gente lo hizo con intención, con mala intención, robarse el dinero de los demás y retenerlo en sí. Y esto fue parte del gobierno y fue de parte de los de aquellos bancos. Esto fue maldad. que se hizo contra la gente de este país. Se inventaron una maldad. ¿Quién se le puede ocurrir una maldad así? Ellos lo inventaron y describieron una ley en cómo inventar maldad. Desobediente a los padres en este tiempo, cuando Pablo escribió esto, ignorar el el el consejo de los padres era un mal enorme porque en este tiempo a los padres se le daba mucho respeto se les daba un un lugar importante en la sociedad y así es que es un gran pecado y todavía lo debería de ser al fin hay pecados de naturaleza es decir pecados que nosotros somos así o que la gente es así Dice el verso 31, no son sin entendimiento, no tienen la sabiduría para saber lo que dice la palabra y no entienden lo que el mundo dice, no entienden los conceptos fundamentales del mundo. Son indignos de confianza, es decir, no podemos darles a ellos ningún, ninguna confianza. No podemos acercarnos a ellos sabiendo que ellos van a hacer algo bueno, sino que cualquier cosa que hagamos con ellos tenemos que tener cuidado. Y son de sin amor. Y despiadados no consideran a los demás. Son gente que solo en ellos mismos piensan y son despiadados. No le ponen atención a Dios y no tienen deseo de serles obedientes a Dios. Son despiadados. Verso 32, los cuales, aunque conocen el decreto de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también dan su aprobación a los que las practican. Es decir, el mundo no sólo comete estas cosas, pero las celebra. ¿Quiénes son los más ricos? ¿Quiénes son los más exitosos? La gente mala. En estos tiempos, aquí en nuestro país, vemos que los malos son los que prosperan, los malos son los que están creciendo, los malos son los que están ganando. Y aquí nosotros, pobres, que somos buenos, que tratamos de hacerlo bien, no prosperamos. Nosotros los buenos nos quedamos abajo. Bueno, así es, ¿verdad? Los malos están ganando. Los malos son los mejores que tienen, lo tienen todo y se lo roban de nosotros los pobres. Pablo le decía esto a los, a los creyentes en el libro de romanos. Algunos dicen que a los judíos les estaba hablando y algunos dicen que a los gentiles. Yo digo que es una combinación, pero en este específicamente hablando a los judíos, les está diciendo es los malos están prosperando y nosotros los buenos verdad nos está yendo mal pero lea el verso uno del capítulo dos si nosotros los pobres buenos estamos sufriendo y somos buenos somos merecedores de las buenas cosas de este mundo y dice aquí la palabra por lo cual No tienes excusa, oh hombre, quien quiera que seas tú, gentil o judío, rico o pobre, pues al juzgar a otro, a ti mismo te condenas, porque tú que juzgas, practicas las mismas cosas. ¿Quién se ha robado el dinero de nuestro país? Aquellos ricos, el 1%. No, nosotros también. ¿Quiénes son los que han prosperado? Aquellos malos, aquellos mentirosos. No, nosotros somos mentirosos también. ¿Quiénes son los que han arruinado el mundo? Aquellos racistas. Nosotros somos racistas también. La perspectiva cristiana es la cual reconoce de que uno es malo como los demás. No debería de haber, aunque sí lo hay, no debería de haber un cristiano que se piensa más santo que los demás. Porque eso es pecado. Entre nosotros los cristianos no debería de haber aquel que se jacta o hermano en mi oración de cuatro horas anoche después de estar ayunando dos semanas. Sentí que la presencia de Dios me habló. Esa es esa santidad que este tiene es una mentira. Hablando con el señor en el aposento alto. Les tengo un mensaje a ustedes hermanos. No, esta es una mentira, porque este hombre se jacta de santo, se jacta de comunicación con Dios. Aparte de la comunicación que Dios tiene con todos nosotros, que es la palabra. Hermano, yo no he pecado desde 1996 y yo sé que estoy cerca. de la presencia de Dios. Y le quiero decir ahora que usted está en pecado. Esta es mentira, porque no hay nadie que no ha pecado. Si usted está vivo, usted ha cometido pecado. Si yo estoy vivo, estoy cometiendo pecado. La única solución final. Para que yo ya no esté cometiendo pecado, es que el Señor me mate. y lo va a hacer en algún día, a todos nosotros. Cuando el Señor ya diga, ok, suficiente de tu pecado, y Él ya tiene la fecha, ahora terminan los días de tu pecado y nos lleva a su presencia, eso esperamos. Ninguno de nosotros es más santo que el otro, y algunos de nosotros somos más condenables que otros, pero nadie, nadie tiene santidad ante Dios, porque dice el verso dos sabemos que el juicio de Dios justamente cae sobre los que practican todas tales cosas. Ahora son aquí En el verso 3, algo, algún concepto complicado. ¿Piensas esto, hombre, tú, que condenas a los que practican tales cosas y haces lo mismo, que escaparás al juicio de Dios? ¿O tienes en poco las riquezas de su bondad, tolerancia y paciencia, ignorando que la bondad de Dios te guía al arrepentimiento? ¿O pensamos que Dios no nos va a castigar o no tomamos en serio la gravedad del perdón. Esas son las dos únicas opciones que tenemos. Si somos cristianos creyentes en Dios y seguimos en nuestro pecado pensando que ni merecemos castigo. Estamos haciendo el error, cometiendo el error de pensar. Oh, Dios no me va a castigar. Ah, no, Dios tiene más grandes cosas que castigar. Yo soy bueno, lo que sea. Este es un error. O el segundo error es. Que no nos fijamos en qué tan grande es la misericordia de Dios. A Donald Trump le preguntaron, ¿Has tu pedido perdón a Dios? Y Donald Trump dijo, la verdad es que él no tiene nada que ver con las cosas que yo hago día a día. Yo todo lo que hago es trato de hacer las cosas mejores. No le tengo que pedir perdón. Y uno en si piensa, ¡Ja! Este hombre malo. ¡Uy, que feo! satánico, que el Dios, el que el Dios se lo lleve pronto al infierno para quemarlo eternamente, aunque uno en sí mismo no le ha pedido perdón a Dios por la maldad de desearle maldad a Donald Trump. Uno mismo está cometiendo. Pecado en ese momento exacto. ¿Piensas tú, hombre, que la razón que Dios no te condena es porque te vas a escapar del castigo? ¿O piensas de que el perdón que Dios te ha dado es algo leve, algo, algo que, eh, como una almohada, como un bombón, algo que no tiene peso, algo que es un algodón? Ese perdón que Dios nos dio tiene un peso, una gravedad como una bomba nuclear. Mega toneladas de poder. Es el perdón de Dios hacia nosotros. Por eso es que nosotros estamos en esto. Por eso es que el cristiano refleja esta humildad. Dicen Segunda de Corintios capítulo cinco verso catorce Segunda de Corintios capítulo cinco verso catorce. Dice la palabra aquí el apóstol Pablo escribiendo a la iglesia de Corintios. dice pues el amor de Cristo nos apremia habiendo llegado a esta conclusión que uno murió por todos por consiguiente todos murieron es decir Pablo hablándole a la iglesia de Dios diciéndole que Cristo murió por su pueblo por su iglesia todos los que se incluyen en la iglesia de Dios por consiguiente todos murieron y por todos murió para que los que viven ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos. Es decir, que ya no vivan por sí mismos, que ya no cometan ese pecado de envidia, de jactarse, ese pecado de ser, ese pecado pasivo y ese pecado activo que tenemos. Ya no vivimos por sí. El ídolo más común entre los hombres es yo. Ya no vivir para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos. De manera que nosotros de ahora en adelante ya no conocemos a nadie según la carne. Ya no tenemos los lentes del mundo. Ya no vemos a los demás con la perspectiva de solo. Ah, bueno, este le voy a ganar un poco de dinero a esta persona. Ya no vemos a la gente así, sino que con la perspectiva de Cristo. Ya no conocemos a nadie según la carne, aunque hemos conocido a Cristo según la carne. Es decir, él fue un hombre y lo conocimos así como pecadores. Sin embargo, ahora ya no le conocemos así porque Cristo nos transformó. Ya no vemos a Cristo sólo como un hombre común o tal vez alguien inteligente, sino que lo vemos como un salvador. que nos transformó de modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es. Las cosas viejas pasaron. He aquí mi mente, mi corazón, mi personalidad, mis deseos, mis motivos, mi la definición de lo que yo soy. Son hechas nuevas. Todo esto procede de Dios. No, no, hermano, yo, yo puse mi esfuerzo. Yo en mis disciplinas he crecido en Cristo. ¿Qué dice aquí? Todo procede de Dios. Él nos reconcilió consigo a sí mismo. por medio de Cristo. Él nos dio el ministerio de la reconciliación, es decir, ahora nosotros comunicamos este mensaje de transformación, de revolución a los demás, a saber que Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo, no tomando en cuenta a los hombres sus transgresiones y nos ha encomendado a nosotros la palabra de la reconciliación. Por tanto, somos embajadores de Cristo. Como si Dios rogara por medio de nosotros, en nombre de Cristo rogamos. Reconciliados con Dios. Y esto es lo que dice Pablo, al que no conoció pecado. ¿Saben qué es lo que hizo Dios? Lo hizo pecado. Al que no conoció pecado, a él le puso injusticia, maldad, avaricia, malicia, homicidio, pleito, engaño, malignidad, chisme, aborrecedor, insolente, soberbio. A Cristo le puso estas cualidades, Dios. Porque nosotros las producimos. La mi maldad, mis perversiones, mis mentiras, mis, mi jactancia, lo que yo soy creído, mi odio. Esos pecados que yo cometo y estoy cometiendo y voy a cometer. A Cristo se los atribuyó Dios el padre. En la cruz. Jesús pagó por la mala palabra que yo le doy a los demás. cuando usted hermano o hermana está cometiendo ese pecado y usted sabe cuando lo está haciendo un martillazo a la mano de Jesús al que no conoció pecado le hizo pecado por nosotros para que fuéramos hechos justicia de Dios en él Y esa fue la intención, esa es la gloria de Dios. Sí, hermano, le damos martillazos a Jesús, pero esa es la intención de Dios y esa es la gran esperanza. Aún nosotros siendo malos, Jesucristo nos ha rescatado y nos está transformando a gente que se parece más a la bella, el bello aspecto de Jesús la bella personalidad de Jesús somos gente hechas mejores cada día y pregúntese todos nos deberíamos de preguntarnos me parezco más a Jesús ahora lo que hice hace algunas horas es algo que Jesús hubiera hecho pregúntese eso El Espíritu Santo le trae redargüimiento, le trae ese sentir de, de, ah, no hubiera hecho eso. Y qué bueno que sentimos eso, porque así Dios día a día nos está transformando y haciendo personas que se parecen más a Jesús. Gente que perdona, gente que ama, gente que vive por los demás y por la gloria de Jesús. Eso es lo bueno opuesto a la maldad que nace en nuestros corazones. Oremos Señor Jesús, gracias por tu bondad. Gracias, porque somos gente mala, pero tú nos estás redimiendo y transformando. Ayúdanos a parecernos más a tu hijo en estos días que vienen y en el resto de nuestra vida. Gracias Señor por esta bendición que siempre provees a nosotros. En el nombre de Jesús.
Romanos 1:28-32, 2:1-4
Series ROMANOS
Lo bueno y lo malo se define por medio de la revelación de Dios. Sin Dios, la Moralidad es pasadero, sin fundación. Pero la Biblia nos muestra los principios necesarios para identificar lo bueno y lo malo.
Sermon ID | 8316053281 |
Duration | 37:23 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Bible Text | Romans 1:28-32; Romans 2:1-4 |
Language | Spanish |
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