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Para más sermones, estudios de la Biblia y consejería familiar y matrimonial, visite nuestra página en internet laspalabrasdevida.org. Gracias por escuchar Las Palabras que Aumentarán Su Fe. Abramos nuestras Biblias y Nuevos Testamentos En el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Mateo capítulo 5 los versículos 10 al 12. Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando os vituperaren y os persiguieren y dijeran de vosotros todo mal por mi causa mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestra merced es grande en los cielos, que así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros. Estamos estudiando y predicando el sermón que Cristo predicó hace más de dos mil años, el cual describe a los ciudadanos del reino de Dios. Todos los que dicen pertenecer a ese reino deben poseer y mantener las características que Cristo enumera aquí, las cuales nos hacen ser diferentes al resto de las personas de este mundo. Como hemos estudiado los herederos del reino de Dios son dependientes de Dios para todo lo que hacen. Porque ellos mismos no se sienten tan suficientes como para desligarse de Dios. El mal es la ausencia de Dios en el corazón del hombre, por eso a esas personas que piensan así se les describe como pobres de espíritu, porque ellos anhelan constantemente las riquezas espirituales que emanan de Dios y por eso buscan a Dios con tesón. Los herederos del reino también poseen tanta sensibilidad a los actos de piedad que cuando ofenden a Dios lloran por su pecado y se arrepienten. No dejan de pasar la oportunidad de ir a Dios en oración para confesar sus pecados y Dios los consuela en su necesidad. Por eso dice Cristo que serán consolados. También aquel que dice ser heredero del reino de Dios debe ser manso, lo contrario a una persona que es violenta, áspera y se deja llevar fácilmente por los impulsos de la ira o el enojo. El manso no sólo controla, los impulsos del carácter sino también los impulsos de sus propias pasiones para que estas pasiones no le lleven a cometer toda clase de impureza también los herederos del reino tienen hambre y sed de justicia de la justicia de dios que es cristo los que tienen hambre y sed de la justicia de dios saben que en la medida en que estén llenos de cristo en esa misma medida ellos van a ser productivos y eficaces en este momento los que tienen hambre y sed de justicia saben que si se llenan de cristo ellos podrán hablar con sabiduría con todo entendimiento con toda sobriedad porque cristo es para nosotros nuestra sabiduría y el a través de la palabra de dios Nos enseña cómo actuar, cómo hablar, cómo vivir, y por esa razón debemos tener hambre y sed de Él. Hermanos, no dejemos de leer las Sagradas Escrituras porque en la medida en que nosotros poseamos a Cristo a través de las Sagradas Escrituras, vamos a estar siempre bien alimentados, dando los frutos que Dios espera de cada uno de nosotros. Nunca se aparte este libro de la ley de nuestra mente y de nuestro corazón, meditando cada día de noche y de día esta palabra para que seamos prosperados y bendecidos en todas las cosas que emprendamos. Los cristianos también deben ser misericordiosos, no solamente quedarse en el sentimiento de compasión hacia otros, sino también llegar a la acción de tener misericordia. Y esta misericordia hacia los demás no es una misericordia juzgadora. Como dice Santiago 2.13, porque juicio sin misericordia será hecho con aquel que no hiciere misericordia y la misericordia se gloría contra el juicio. O sea, la misericordia triunfa sobre el juicio, no es una misericordia juzgadora. Los cristianos estamos llamados a tener misericordia de los demás. ¿Y qué de la pureza de corazón y la paz? Un heredero del reino de Dios debe también tener un corazón puro para ser un buen pacificador. Como dijimos en los sermones pasados, la pureza y la paz van de la mano, van juntas. Si tenemos un corazón puro también vamos a ser buenos pacificadores. porque nosotros somos el resultado de lo que somos en el corazón. De la abundancia del corazón habla la boca. Lo que tengamos en el corazón eso es lo que vamos a dar. Solamente podemos producir la paz que Dios nos da si estamos llenos de esa paz que es derivada de la santidad de Dios. Como concluimos en el sermón pasado, Hebreos 12, 14 nos dice, seguid la paz con todos y la santidad sin la cual, sin la cual, sin esta paz, nadie verá a Dios. Así que, este es un buen momento para preguntarnos. Somos pobres de espíritu, lloramos nuestro pecado, somos mansos, tenemos hambre y sed de justicia, de la justicia de Dios que es Cristo, somos misericordiosos, somos de limpio corazón, somos pacificadores. Son preguntas que nos debemos preguntar nosotros como cristianos porque son las características que debemos llevar como cristianos. Todas estas características describen a los verdaderos cristianos que son herederos del reino que Dios vino a establecer en la tierra, en la persona de Jesús. Esto es lo que estamos supuestos a ser nosotros los cristianos, porque este es el carácter de Cristo dado a cada uno de nosotros. Cuando nos hacemos cristianos, el Señor pone en nosotros ese carácter. A grosso modo, hemos estado hablando acerca de las bienaventuranzas y en el día de hoy vamos a añadir una bienaventuranza más, vamos a estudiar la última de las bienaventuranzas que describe la manera en que el mundo va a reaccionar cuando nosotros manifestemos ese carácter, ese carácter cristiano. ¿Cómo va a reaccionar el mundo ante el carácter cristiano? Y eso es lo que Cristo pasa a tratar en los textos sucesivos. Alguien diría, el mundo amará a los cristianos por ser como son. No, será todo lo contrario. Los va a aborrecer. El mundo ama las tinieblas más que la luz. Dice Cristo que el mundo no viene a la luz para que sus obras no sean manifiestas. Realmente, por ese hecho de amar las tinieblas, es que aborrecen la luz. Y al aborrecer la luz, aborrecen a todos aquellos que están representando esa luz. Por eso es que el mundo odia y aborrece a los cristianos, porque los cristianos son esas luces irradiantes que alumbran en medio de las tinieblas y ponen al mundo en evidencia y descubren la maldad de los corazones de las personas con su conducta santa y piadosa. Cristo quiere dejarnos esta advertencia de contrariedad, de lucha, de prueba, de tribulación, para que no nos tome de sorpresa cuando las personas gratuitamente nos odien. Dice Mateo 5 del 10 al 12, bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia. Aquí no dice por causa de la maldad. sino dice, por causa de la justicia es el odio, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando os vituperaren, y os persiguieren, y digeren de vosotros todo mal por mi causa, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestra merced es grande en los cielos, que así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros. Lo primero que vemos en esta escritura Es la persecución a la que son sometidos los cristianos por ser miembros del reino de Dios. Bienaventurados, dice Cristo, los que padecen persecución. Hay una persecución. que tú y yo tenemos que enfrentar. Jesús cultivó en sus discípulos el concepto de que ellos iban a ser perseguidos. No cultivó en sus discípulos las falsas esperanzas de vivir en un mundo tranquilo, lleno de paz y tranquilidad social, satisfecho por vivir una vida próspera, llena de lujos, sin problemas y sin dificultades. No, ellos iban a tener dificultades al predicar o al extender los conceptos o las enseñanzas que él les estaba enseñando. Ven a Jesús y no vas a sufrir. Dicen muchos hoy en día, muchos predicadores ilusionados. No vas a enfermarte, no vas a tener lucha, no vas a tener pruebas, no vas a tener dificultades. Todos los problemas tuyos van a ser solucionados. Eso es una falacia, es una ilusión. Porque Cristo enseñó que todos los cristianos pasaríamos por dificultades y tribulaciones. Y en el Salmo 23 Se nos dice claramente que Dios estará con nosotros aunque pasemos por el valle de sombra y de muerte, para fortalecernos, para ayudarnos y para bendecirnos. Dice Pablo en Romanos 14, 17, una descripción clara de lo que es el reino de Dios. El reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo por el Espíritu Santo. Es la justicia, es la paz, es el gozo en medio de las persecuciones. No fuera de las persecuciones. Él nos dijo también, en el mundo tendréis aflicción, mas confiad, yo he vencido al mundo. Digo esto porque desde el Antiguo Testamento, hermanos, nosotros estamos viendo hasta el Apocalipsis, las persecuciones que sufrían los cristianos. La lucha a la que fueron sometidos los cristianos. En el Antiguo Testamento, por ejemplo, la persecución nació desde el mismo momento en que entró el pecado en el mundo. ¿Por qué mató Caín a Abel? Porque sus obras eran ¿cómo? Justas y las de él malas. Por esa razón fue que odió Caín a Abel. Ese fue el motivo de su odio. Y dice 1ª de Juan 3.12, no como Caín, invitándonos a no ser como Caín, ya después que nos convertimos en cristianos, no como Caín que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas y las de su hermano justas. Al no poder Caín adueñarse de los privilegios de su hermano Abel, y de sus obras justas se levantó contra él y lo mató. Ahí empezó la persecución cuando entró el pecado en el mundo. Ahí empezó la persecución contra todos los que sirven a Dios. En Hebreos 11, del 36 al 40, se nos describe cómo los cristianos del tiempo antiguo, por la misma razón, por vivir la vida justa de Abel, sirviendo al Señor, tuvieron que enfrentar vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles, fueron apedreados, aserrados, tentados, muertos a cuchillo, anduvieron de acá para allá, cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados, de los cuales el mundo no era digno. perdidos por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra. Y todos estos, aprobados por testimonio de la fe, no recibieron la promesa, proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen perfeccionados ellos sin nosotros. Luego el mismo Cristo tuvo que exclamar en Lucas 13, 34 acerca de Jerusalén. Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que son enviados a ti. ¿Cuántas veces quise juntar tus hijos como la gallina sus pollos debajo de sus alas? Y no quisiste. O sea que estamos viendo que Dios mismo está haciendo una descripción de todas las persecuciones que tuvieron que enfrentar los profetas y los creyentes que nos antecedieron. En la época de los apóstoles vemos también la misma situación. Los apóstoles tuvieron que enfrentar serias tribulaciones, tuvieron que enfrentar que otros le persiguieran y en primera de Corintios 4 del 9 al 13 Pablo hablándole a sus discípulos y hablándole a la iglesia dísele así a ellos porque a lo que pienso Dios nos ha mostrado a nosotros los apóstoles por los postreros como asentenciados a muerte porque somos hechos espectáculo al mundo y a los ángeles y a los hombres nosotros necios por amor de Cristo y vosotros prudentes en Cristo Nosotros flacos y vosotros fuertes, vosotros nobles y nosotros viles, hasta esta hora hambreamos y tenemos sed, y estamos desnudos, y somos heridos de golpes, y andamos vagabundos. Esa era la situación de los apóstoles predicando. Cuando vemos las cartas paulinas, que hoy disfrutamos y recibimos mucha edificación con leerlas, con explicarlas, con analizarlas. Cuando vemos estas bellas escrituras, vemos también ese trasfondo de persecución que los apóstoles estaban sufriendo y que Pablo en persona estaba sufriendo. Ellos pasaban por hambre, por necesidad, por persecuciones serias, andaban muchas veces sin que ponerse ni donde vivir, andaban como vagabundos predicando la palabra de Dios. Pero a pesar de todas estas persecuciones, ellos seguían incansablemente predicándole el evangelio a muchas almas. Y este evangelio ha llegado a nosotros. Pero en la era post-apostólica también encontramos que los creyentes eran tenazmente perseguidos. Luego de la era apostólica, habían cristianos puros y consagrados que tuvieron que sufrir grandes persecuciones. En este caso está el caso de Juan Hus, que fue llevado a la hoguera por no retractarse de sus convicciones bíblicas. La curia papal y los sacerdotes caídos de la gracia de ese tiempo, en nombre de Dios, masacraron a la iglesia y los cristianos tuvieron que enfrentar grandes penas y martirios. Y según la tradición, se nos informa que Juan Huss predicaba acerca del arrepentimiento de los pecados y de la salvación únicamente por la fe en Jesucristo y al no retractarse de su postura bíblica, Ús fue llevado a la hoguera y mientras era consumido por el fuego Ús cantó alegremente un himno que sobrepasó el crujir de las llamas sus últimas palabras antes de ser quemado fueron estas por ese evangelio estoy aquí y estoy aquí con valor y alegría listo para sufrir esta muerte lo que enseñé con mi boca ahora lo sellaré con mi sangre Hermanos, estamos viendo claramente que las persecuciones eran crueles contra los cristianos. Otros creyentes hoy en día a través del mundo están enfrentando dificultades serias, están siendo llevados a la horca, están siendo quemados por su fe, pero cada uno de ellos manifiesta el gozo y la alegría de servir a Dios en medio de las persecuciones. Y ustedes se preguntan, y yo también me pregunto, ¿cuál es la razón por la cual se somete a los cristianos a este martirio de ser perseguidos? Cristo nos responde, la causa por la cual la persecución viene sobre los herederos del reino es por su justicia. Es por la justicia. Lo que provoca esa persecución es la justicia de Dios. Vivir una vida justa trae persecuciones. Por eso dice Cristo, bienaventurados, en el versículo 10, los que padecen persecución por causa de la justicia. porque de ellos es el reino de los cielos. ¿A qué o a quién se refiere Cristo cuando dice por causa de la justicia? Se está refiriendo precisamente al mismo. Cristo es nuestra justicia. Las persecuciones vienen por causa del nombre de Cristo. Mientras más nos parezcamos a Cristo, más persecuciones tendremos en este mundo y sufriremos en este mundo. ¿Qué hacen hoy muchas iglesias? Compartir con el mundo para no tener dificultades ni persecuciones con el mundo. Adoptan el vestuario del mundo, las costumbres del mundo, la música del mundo, el hablar del mundo, la conducta del mundo, precisamente para no sufrir de ellos burlas, amenazas y vituperios. ¿Somos cristianos? Todos lo dicen. Nosotros somos cristianos. Pero cuando se habla acerca de las demandas y de las renuncias, hasta ahí llegaron. Satanás precisamente está interesado en que nosotros nos parezcamos más al mundo que al mismo Cristo. Y es necesario que nosotros como herederos del reino marquemos siempre la diferencia. ¿Qué nos dice 1 Juan 2, del 15 al 17? Dice, no améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, la concupiscencia de la carne y la concupiscencia de los ojos y la soberbia de la vida No es del Padre, más del mundo. Y el mundo pasa y su concupiscencia, más el que hace la voluntad de Dios, permanece para siempre. Dios nos llama a desligarnos de las costumbres del mundo. Porque estas cosas no provienen de Dios, sino del mundo. Cuando Santiago trata este asunto, lo trata desde otra perspectiva, llamando a los cristianos que quieren contemporalizar con el mundo, llamándolos adúlteros y adúlteras. En Santiago 4.4 nos dice, adúlteros y adúlteras, dice Santiago, no sabéis que la amistad del mundo es enemistad con Dios, cualquiera pues que quiere ser amigo del mundo se constituye enemigo de Dios. Hermanos, no podemos ganar las dos vidas, la del mundo y la de Dios. Tenemos que perder una. Tenemos que estar dispuestos a perder una vida. O el estilo que vive el mundo o el estilo que vivimos nosotros los cristianos. La carrera cristiana es una carrera que se gana perdiendo la vida del mundo. Hay que perder para ganar y lo que se pierde siempre va a ser inferior a lo que se gana. Lo que perdemos es una vida pasajera, una vida que pasa como una gran neblina que aparece y se va. Pero la vida que Dios ofrece es una vida eterna, es una vida sin fin. Por eso Cristo dice, cualquiera que quiere salvar su vida, En Mateo 16.25, cualquiera que quiere salvar su vida la perderá, y cualquiera que perdiere su vida por causa de mí la hallará. Es algo aparentemente contradictorio, que el que quiera salvar su vida, que vida. Bueno, la vida que el mundo ofrece, una vida llena de placeres, de esta carne pecaminosa. Cualquiera que quiere salvar su vida, esa vida del mundo, esa vida que ofrece el mundo, la perderá. Y cualquiera que perdiera su vida, por causa de mí, perdiere la vida que este mundo ofrece, por causa de mí, y dejare todos los ligamentos que tiene con este mundo, dice Cristo, que hallará la vida, la vida eterna. ¿No han escuchado a las personas que rehusan venir a Cristo diciéndonos Yo no me hago cristiano porque es perder mi vida, es privarme del pecado que amo, de la música que me gusta, del vestuario que me gusta, de ir a los lugares que me gusta, es privarme de ciertas personas que me son gratas. No quieren dejar la vida que llevan por la vida eterna, por la vida que Cristo ofrece. Dice Cristo que el que pierda este estilo de vida mundanal hallará la vida. La verdadera felicidad está en saber, hermanos, que nuestros pecados ya fueron perdonados por Cristo Jesús. Que nuestras transgresiones ya fueron cubiertas y que ahora creyendo en Cristo tenemos vida eterna. Eso es lo que nos dice el mismo Cristo en Juan 3, 36. El que cree en el Hijo tiene vida eterna, mas el que es incrédulo al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él. Cristo es la pieza más importante, la piedra angular. Si nosotros no creemos en Cristo, la ira de Dios está sobre nosotros. Por eso Cristo mismo dice, yo soy el camino, yo soy la verdad y yo soy la vida. Y esto nos lleva a los tipos de persecuciones. a los que podrían ser sometidos los herederos del reino de Dios. Porque ellos dejan la vida del mundo, abrazan la vida de Dios, y al abrazar la vida de Dios, empiezan a tener diferentes tipos de persecuciones. Dice Cristo, bienaventurados sois, versículo 11, cuando os vituperaren, Y os persiguieren y dijeran de vosotros todo mal por mi causa, mintiendo. No todos los creyentes que heredan el reino de Dios serán sometidos a la misma persecución. A muchos les ha tocado dar la vida, dar la vida física, entregar la vida para no negar a Cristo. No todos tendrán que morir como mártires, pero sí todos, según Cristo, tendrán persecuciones. La mayoría de los apóstoles tuvo persecuciones. Con la excepción de Juan, que preservó la vida, todos los demás apóstoles fueron llevados al martirio y murieron testificando de Cristo. Entonces, no todos los creyentes que heredan el reino de Dios serán sometidos a la misma persecución como la de los apóstoles, pero sí todos tendrán que sufrir alguna persecución. En 2 Timoteo 3.12 dice Pablo, y también todos los que quieren vivir piamente en Cristo padecerán persecución. Todo aquel que quiera vivir la vida justa de Cristo va a padecer persecución. Eso es básicamente como una señal. Tú vas a padecer persecución si quieres vivir la vida de Cristo, si quieres parecerte a Cristo. Mientras más justamente viva, más probabilidad hay de que tengas persecuciones. Trata de hacer las cosas que Cristo hizo. Trata de no mentir donde fácilmente se miente y donde fácilmente el mentir es vivir. El mentir es ganar un sueldo. El mentir es poder salir de una situación embarazosa. Trata de mentir en ese contexto para que veas las luchas y las persecuciones que vas a sufrir porque quieres vivir la vida justa de Cristo. Por causa de Cristo, tenemos que sufrir algunas persecuciones. Si tratamos de salir a predicar por las casas, enseguida vamos a ver las reacciones de las personas. Son reacciones que te van a sorprender. Pueden responderte con una mala palabra, con una palabra de desprecio o con un portazo. Aquí no te quiero, no tienes nada que ver conmigo, eso no me interesa. El producto que tú vienes a ofrecer Es para mí una basura, yo no quiero vivir la vida cristiana, déjame vivir como yo quiero vivir. Y entonces los cristianos tenemos que sufrir eso cuando ofrecemos el Evangelio. Y esa es una de las señales de que somos hijos de Dios, cuando somos vituperados por causa del nombre de Cristo. Los cristianos serían sometidos a diferentes persecuciones. En primer lugar, a la persecución física. Dice Cristo, cuando os vituperaren y os persiguieren. Yo recuerdo que mi padre tuvo que sufrir cárcel por visitar a una persona miembro de la iglesia y por tener un nuevo testamento en su mano. Fueron tiempos difíciles. Las cosas cambiaron con el tiempo. porque los comunistas empezaron a cambiar sus tácticas y su manera de tratar a los cristianos, pero muchas iglesias fueron cerradas, muchos cristianos fueron vituperados, pero soportaron la prueba, siguieron al lado del Señor. Nosotros aquí ahora tenemos abundancia, tenemos bonanza, tenemos muchas cosas que nos permiten estar tranquilos, estar seguros, tener una casa, tener un carro, movernos sin dificultad. Pero mientras nosotros estamos aquí tranquilos, hay muchos cristianos en otros países sufriendo penas de cárcel, prisiones, muertes, siendo marginados, siendo vituperados. Debemos estar nosotros también alertas porque lo que les pasa a ellos también es una amenaza para nosotros. En segundo lugar, existe la persecución verbal. Dice Cristo, y digeren de vosotros todo mal por mi causa mintiendo. Pueden ser mentiras, pueden ser falsos testimonios, pueden ser insultos, burlas, amenazas. ¿Cuántas cosas de estas nosotros podemos recibir en el hogar, en el centro de trabajo, en la escuela, en la calle por ser cristianos? En cualquier lugar podemos sufrir insultos y burlas de la gente por ser cristianos. y debemos mantenernos también alertas porque estas son realidades que debemos vivir como cristianos. Estamos siendo probados en esta persecución verbal, asegurémonos que lo que se diga de nosotros sea mintiendo, no sea algo que nosotros merezcamos. Pero los cristianos también pueden, en tercer lugar, ser marquinados socialmente por causa de Cristo. Si leemos el pasaje paralelo, en Lucas 6, 22, cuenta que los cristianos podrían sufrir hasta privaciones de derechos sociales por causa de Cristo. Bienaventurados seréis. cuando los hombres os aborrecieren, y cuando os apartaren de sí, y os desnotaren y desechen vuestro nombre como malo por el hijo del hombre. ¿Podrían sufrir deprivaciones de derechos a un trabajo? También puede prohibirse, como dice Apocalipsis, el derecho de comprar y vender. Eso podría pasar. También privación de ir a la iglesia para adorar por un esposo inconverso que le niega a su cónyuge el derecho de visitar la iglesia, de leer la Biblia o hacerse una cristiana. ¿Cuántas cosas podrían venir a nuestra vida por causa del nombre de Cristo? Pero no debemos temer, no debemos estar tristes, aconjados o desesperanzados porque Dios está con nosotros, Dios está de nuestra parte y Dios no da más carga que la que nosotros podamos llevar y juntamente con la prueba nos dará la salida para que podáis soportar. Esto nos lleva a nuestra última pregunta ¿De qué forma Cristo espera que los cristianos respondan ante las persecuciones? Dice Cristo en versículo 12, Mateo 5, 12. ¿Qué dice Cristo? Gozaos y alegraos. No se nos dice que estemos con caras largas, tristes, acongojados, pronunciando lamentos, lamentándonos y sintiendo pena por nosotros mismos. No, debemos gozarnos en las persecuciones. Y en 1 Tessalonicenses 5.16 el apóstol nos dice, Estad siempre gozosos. ¿Creen ustedes que el apóstol no estaba considerando los momentos difíciles en este contexto? Sí, porque ellos a pesar de sus persecuciones y a pesar de las luchas y pruebas, ellos estaban gozosos. No solo nos dice el Señor que debemos alegrarnos por el hecho de sufrir persecución por causa del nombre de Cristo, porque también debemos alegrarnos porque nuestra merced es grande en los cielos. Porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de nosotros, dice Cristo. Hay un galardón, hay una recompensa grande para todos nosotros. Bueno sería que digamos como el apóstol Pablo finalizando su carrera, he peleado la buena batalla, he guardado la fe, por lo demás me está guardada la corona de vida que Dios dará. a todos los que le aman, a todos los que le sirven, que nosotros, digamos así, he peleado la buena batalla. Otras cosas que deben animarnos es que aún en el sufrimiento nuestro gozo y nuestra fortaleza no escaseará, porque Dios ha prometido estar con nosotros y fortalecernos en las persecuciones. Cristo está con nosotros y por nosotros. Entonces, somos bienaventurados por ser perseguidos por el nombre de Cristo. Esta fue la reacción de los apóstoles cuando fueron azotados. Vamos a verlo ahí en Hechos 5, 40 al 41. La reacción de los apóstoles cuando fueron azotados. Dice que llamando a los apóstoles después de azotados, les intimaron que no hablasen en el nombre de Jesús, y soltaronlos. Y ellos partieron de delante del concilio gozosos de que fuesen tenidos por dignos de padecer afrenta por el nombre del Señor. Y todos los días en el templo y por las casas no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo. Es decir, ellos no se desalentaron, ellos no decayeron en el ánimo, sino que siguieron predicando el Evangelio a pesar de las persecuciones. Toda cosa buena que queremos obtener en la vida, la vamos a obtener con persecuciones. Lo dijo Cristo, van a tener hermanos, hermanas, padres, madres, casas, tierras, pero con persecuciones, con persecuciones, porque todo aquel que quiera vivir justamente tendrá que padecer persecución. Hermanos, no dejemos que la prueba nos venza, que las persecuciones nos venzan, no dejemos que otra persona venga y tome nuestro lugar, tome nuestra corona, ¿No desistamos del camino? ¿No nos rindamos del camino? ¿Hay luchas? ¿Hay pruebas? ¿Hay persecuciones? ¿Cuántos pensamientos llegan a nuestra vida para que desistamos del camino cristiano? De los cobardes no se ha escrito nada como dijera alguien. El reino de los cielos es de los valientes, de los que arrebatan las promesas de Dios, de aquellos que no se acobardan, que siguen al lado de Dios testificando de Dios y Dios enseña en su palabra que Él estará con nosotros todos los días de nuestra vida. Recuerda que más son los que están con nosotros que los que están con Satanás, con nuestro adversario. Dios ha derramado bendiciones abundantes sobre nosotros para que tengamos ánimo presto, porque las promesas de Dios nos fortalecen en los momentos más difíciles. Así que que la paz de Dios esté con nosotros, que Dios nos guarde en su lid, y nos prepare para recibirle a él en su segundo advenimiento y podamos estar firmes, anclados en la verdad y en aquel día seamos levantados en la resurrección de los muertos o seamos transformados y estamos vivos para irnos con el Señor y morar con él por toda la eternidad. Que Dios les bendiga y todos ustedes, al igual que yo, podamos permanecer al lado de nuestro Dios.
El Sermón Del Monte - Quinta Parte
Series Las Bienaventuranzas
Sermon ID | 791822546 |
Duration | 35:22 |
Date | |
Category | Sunday Service |
Language | Spanish |
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