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So, el tema de hoy es vida eterna y oración segura. La Sagrada Escritura que vamos a estar leyendo es 1ª de Juan, capítulo 5, del versículo 13 al 15, en nuestra serie, Una salvación segura. Cuando lo tengan, si se pueden poner de pies. Así es posible, ¿verdad? Así dice la palabra del Señor en primera de Juan 5 del 13 al 15. Estas cosas he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios. Y esta es la confianza que tenemos en Él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, Él nos oye. Y si sabemos que Él nos oye, en cualquier cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho. Amén. Esta es una porción de escritura que es muy mal entendida por la iglesia en común. Si Dios quiere, vamos a salir con un entendimiento bíblico. Que Dios bendiga su santa palabra. Oremos. Padre, te damos gracias por este tiempo. Por la bendición de tu palabra ayúdanos hoy a aplicarla correctamente a nuestras vidas a nuestro pensar y que salgamos de aquí padre con un nuevo conocimiento de nuestra aseguranza en Cristo la seguranza que tenemos en nuestra salvación y padre el curso de la oración que es y que cumple y que hace padre Esto es nuestro corazón. Queremos conocerte mejor, mirarte mejor, caminar mejor tras tu Hijo Jesucristo y ser como Él. Por favor, Padre de Dios, concédenos estas gracias en nuestras vidas. Pedimos todo en el nombre de Cristo. Amén y Amén. Pueden tomar sus asientos. Lo que procede de Primera de Juan 5, 13 hacia el 15 es una serie de recomendaciones y imperativos para amar a Dios y a los demás. En esencia, la epístola se cierra con los mismos pensamientos que han sido nuestro tema en todo el libro, en toda la epístola. Esto de amar a Dios y amar a nosotros, amar a la familia de Dios, amar su palabra, los mismos temas. Tener a Jesucristo en el sentido más completo, que fue lo que estudiamos en el versículo 12, es confiar implícitamente en el testimonio que Dios ha provisto con respeto a sí mismo en el versículo 10. Y esto resulta en la vida eterna. En otras palabras, la persona que viene en fe, en fe en Cristo al Padre, es una persona que es aceptada y adoptada. ¿Qué significa entonces esta salvación? ¿Y cómo seguros estamos de la salvación que Dios nos da? Aquí se discute entonces la seguridad de la vida eterna y incluso cómo el creyente puede orar con confianza delante del trono de la gracia. Miremos entonces el versículo 13. Donde discutimos la seguranza de nuestra salvación dice el apóstol en el versículo 13 estas cosas o escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios para que sepáis que tenéis vida eterna y para que creéis en el nombre del Hijo de Dios Juan dice que él escribió estas cosas para que los creyentes sepan con certeza que tenemos la vida eterna esto ha sido uno de nuestros temas centrales como es que yo sé que soy un cristiano se recuerdan las pruebas que hemos hablado Hablamos de muchas personas que dicen yo soy tal y tal, soy cristiano, pero que no viven tras Cristo, no viven en obediencia a la palabra de Dios o no aman a la iglesia, a los hermanos de Dios. Y hemos concluido con certeza que la palabra de Dios los condena como mentiroso. El que dice que ama a Dios, a Cristo y no camina como él, que dice el apóstol, es un mentiroso y la vida eterna no está en él, ¿verdad? En otra parte el apóstol dice el que dice que ama a Dios y odia a su hermano es un que es un mentiroso. Entonces el apóstol una que otra vez dice, estas son las tres maneras en que sabemos que somos cristianos. Caminar como Cristo, caminar la prueba moral. ¿Verdad que sí? La prueba social, amar a los hermanos como Cristo los amó al punto de la muerte. Y la prueba doctrinal, caminar como dice la palabra de Dios que tenemos que caminar. Si esas cosas están presentes en nuestras vidas, confiadamente podemos decir, yo soy un hijo de Dios. La palabra no nos condena pero afirma que si somos porque la evidencia de nuestra salvación está en como estamos viviendo y eso es bíblico verdad que sí porque Cristo dijo por sus frutos los reconocerás Entonces sabemos mientras más vivimos en obediencia a la palabra, al ejemplo y en amor más nos parecemos a Cristo Jesús nuestro Salvador. Bueno esto es claro en toda la palabra. En aplicar entonces las tres pruebas dadas en esta epístola se hace posible verdaderamente saber con certeza que si somos salvos. No sé si usted ha tenido la voz de duda que entra a su cabeza algunas veces. No sé si soy yo el único que cuando he venido a Cristo, cuando vine a Cristo en diferentes épocas en mi vida, yo he cuestionado mi salvación. ¿Seré realmente salvo? ¿Le pertenezco auténticamente al Señor? ¿Soy de Él? ¿Soy Hijo? ¿Es posible que yo sea salvo así como soy? No sé si usted ha oído esas palabras de dudas que entra al corazón. Pues podemos saber, si estamos viviendo en obediencia a lo que dice Juan, que puedo declarar confiadamente, soy hijo de Dios. Esto es una gran bendición, poder estar confiado uno de su salvación. Es algo que nos impulsa a continuar en nuestro camino cristiano. Entonces, ¿qué dice el apóstol? El apóstol dice, estas cosas he escrito. Con estas palabras el apóstol insinúa que está escribiendo con plena autoridad apostólica y que sus palabras deben llevar el peso de la doctrina y la enseñanza. Dice, yo escribo estas cosas para que ustedes sepan que si son salvos. Bueno, un hombre no puede asegurarnos nuestra salvación. Solo Dios puede hacer eso. Pero si ese hombre está escribiendo la palabra de Dios, entonces Dios no está hablando. Y el apóstol aquí insinúa que él está escribiendo bajo la autoridad del Señor. Dice, estas cosas yo os escribo para que ustedes sepan que sí le pertenecen al Señor. En otras palabras, él sabe que está escribiendo escritura y doctrina. Entonces, él sabe que está escribiendo la palabra del Señor. En consecuencia, las palabras escritas por el apóstol tienen un propósito espiritual específico en el desarrollo ulterior de la fe del cristiano, para que nosotros sepamos que si somos ¿qué? Siervos del Señor, hijos de Dios. Segunda de Pedro capítulo 1 versículo 20 al 21 dices Entendiendo primero esto que ninguna profecía de las escrituras es de interpretación privada porque nunca la profecía fue traída por voluntad que humana sino que los santos hombres ¿Quién? Los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo Bueno la palabra entonces declara por sí misma Que si es palabra de Dios aunque el hombre la escribió, la escribió bajo la autoridad del Espíritu Santo la tercera persona de la Trinidad y que las cosas que fueron escritas son normativas, son verdaderas y son esencialmente la palabra de Dios. Entonces tenemos la Biblia, amados. Escrito por estos santos hombres bajo la influencia del Espíritu Santo y el impulso del Espíritu Santo. Y la palabra que está contenida en ella es segura. Esto es lo que está insinuando el apóstol cuando dice yo os escribo estas cosas para que ustedes sepan que sí son salvos. Sí, sí. Entonces sabemos que tenemos la palabra de Dios. Bueno esto es importante que nosotros reconozcamos porque muchos nos van a decir y como usted puede tener confianza que esa si es la palabra de que de Dios fue escrito por pescadores y por borrachos y por hombres y sabemos que ningún hombre es perfecto y nosotros podemos decir confiadamente tiene razón La palabra de Dios fue escrita por hombres que eran pecadores, incluso ellos algunas veces feablemente pecadores, antes que el Señor los salvó. Reconozcamos a Saulo, que fue un hombre horrífico antes de su salvación. Más él escribe casi el 50% del Nuevo Testamento. ¿Verdad? Porque cuando el Señor lo salvó, lo bendijo y lo puso en el ministerio. Entonces el Señor mediante el Espíritu Santo lo inspiró a escribir las santas escrituras. Entonces nuestra defensa a la clama de que si fue escritas por hombres es lo que dice la Palabra de Dios. que estos hombres, santo hombre fueron, escribieron bajo la autoridad y el impulso del que? del Espíritu Santo podemos enseñarles eso y podemos enseñarles también el versículo de hoy el versículo 13 donde miramos plenamente que el apóstol dice yo os escribo estas cosas para que ustedes sepan para enseñarles esta doctrina yo sé que le estoy escribiendo palabra de Dios entonces porque escribe estas cosas dice estas cosas os escrito A vosotros que creéis. Ese es el grupo a quien él escribe. La frase dice a vosotros que creéis. Puede ser traducida a vosotros que están creyendo ahora mismo. En otra palabra no está escrita en el pasado pero en el presente. esta escritura entonces tiempo presente es indicativo que cada creyente tiene que vivir con una vigilancia espiritual continua cuando el apóstol habla dice estas cosas escritas a ustedes que creéis realmente está diciendo estas cosas escrito a ustedes que están ahora mismo continuamente creyendo y siguen que creyendo eso nos indica algo verdad que si de nuestra fe no es que yo creí en cristo en el pasado Y ahora puedo vivir en una manera solo recordándome en lo que hizo el Cristo del pasado. Pero es vivir en una manera donde yo continuamente estoy creyendo en la obra de Cristo. Mirando hacia la cruz de Cristo, mirando donde Él pagó por mis pecados. Como cristianos tenemos que vivir en constante creencia en el Señor. No es lo que creí en el pasado pero lo que continúo creyendo hoy y lo que voy a creer mañana y el día después de mañana voy a seguir creyendo en Cristo. Amén. Esto pues es algo que nos impulsa a nosotros a decir yo sigo creyendo en lo que creí, sigo creyéndolo hoy y lo voy a seguir creyendo mañana. Sin embargo, también debemos defender la verdad aquí de que nuestra seguridad de salvación está condicionada a nuestra relación auténtica con Jesucristo y no en ningún esfuerzo humano. Si, mi seguridad viene en que yo sé que yo he creído en Él, continúo creyendo y voy a creer en Él para siempre, pero también recordemos que mi salvación está fundada en el acto que hizo Cristo, no en algo que estoy haciendo yo. Es lo que los reformadores llamaron sola fide, fe solamente. Nosotros vivimos ¿por qué? Por fe en lo que hizo Cristo y lo que está haciendo Cristo. Esta no es una fe esterilizada que afirma la doctrina correcta sino una vida correcta que está basada en la fe. Hay mucha gente que creen las cosas correctas, pero sus vidas no están basadas en sus creencias. Eso es inútil. Es creer y eso impacta como vivo. Es esa fe que estamos hablando. Por lo tanto, la obediencia a Cristo es el resultado de la salvación y no los medios. Eso es muy importante que reconozcamos. Déjenme decirlo otra vez. Por lo tanto, La obediencia a Cristo es el resultado de la salvación y no los medios. ¿Qué significa esto? Yo no puedo decir que soy alguien en el reino del Señor porque yo obedezco al Señor. Mira tengo que ser, mira como yo lo obedezco, mira si yo lo obedezco entonces si soy salvo por mi propia obediencia. No, la obediencia que yo tengo en Cristo viene en que Cristo me ha salvado a mí. Y cuando Cristo salva a alguien, transforma su vida. Y la obediencia entonces fluye como un río de la vida, ¿verdad? Que está en la persona, fluye hacia afuera para que otros lo miren y los experimenten. Entonces sabemos que nuestra obediencia a Cristo es el resultado de la salvación y no los medios. ¿Por qué es que yo obedezco a Cristo? ¿Por qué quiero caminar en obediencia a su palabra? Porque Él me ha salvado. Amén. Y no porque estoy trabajando por mi salvación. Dice, he escrito estas cosas a ustedes que creéis en el nombre del Hijo de Dios. El nombre de Cristo aquí, lo que Él está hablando, Él no está diciendo cualquier persona que dice Jesús es salvo. Jesús mismo contradice ese pensamiento en Mateo 7, versículo 7. No todo el que me diga mi Señor, Señor entrará al reino de los cielos. Entonces es posible llamar a Cristo Señor y no ser que salvo. A veces hemos experimentado eso cuando hay un toque en la puerta y abrimos y el testigo de Jehová está ahí. Y me dice que Cristo es el Señor. Él llama a Cristo el Señor. Pero no todo que dice que Señor, Señor es mío. ¿Verdad que no? El mormón viene en su bicicleta y toca la puerta y él dice el Señor Jesucristo. Pero sabemos que lo que él insinúa con la palabra Señor Jesucristo no es lo que bíblicamente es el Señor Jesucristo. Incluso hay muchos en las iglesias que dicen Señor, Señor que no son salvos. Entonces cuando el apóstol dice aquellos que creen en el nombre del Hijo de Dios no está hablando solo del nombre Jesús pero sino que creen en la esencia de quien es Jesús verdaderamente bíblica. El que cree en el auténtico Cristo bíblico. Ese es el que es salvo. Pues eso lo podemos decir que obviamente es correcto. Creer en el nombre de Cristo es estar completamente rendido al Cristo bíblico. al Cristo de la autoridad de la escritura. Aquellos que creen en el nombre del Hijo, los que creen, dice, para que sepáis que tenéis vida eterna. Y aquí es donde quiero estar un poquito de tiempo con ustedes. Dice, he escrito estas cosas a ustedes que creéis en el nombre del Hijo Jesucristo para que ustedes sepan que tienen vida eterna. El propósito de todo, la epístola de primera de Juanes para el cristiano aseguradamente decir yo le pertenezco a quien a Dios y por eso el apóstol nos dio las pruebas para aplicar para poder nosotros confiadamente decir yo soy del Señor. Rechazamos entonces escuche en esta iglesia y en la doctrina propia rechazamos el pensamiento y las falsas doctrinas de aquellos que afirma que un cristiano nunca puede saber si es salvo o no. Hay muchas personas que dicen, el cristiano no sabe si es salvo hasta el día que se muera. Imagínense vivir con ese terror. ¿Verdad que sí? Sería aterrorizante. ¿Seré salvo? No sé. Hasta que el día que me muera no voy a saber. ¿Y qué pasa si me muere y no lo soy? Toda la vida la perdí. ¿Verdad que sí? Es vivir con terror, no saber si es verdadero. Es como decirle usted a su hijo, hasta que el día que tú te mueras no vas a saber si tú eres mi hijo o no. Eso es imposible. Hacer algo así a un hijo sería algo horrible, ¿verdad? Es no ser un buen padre. No afirmar nuestro amor a nuestros hijos. No afirmar que nos pertenecen. No afirmar que ellos son el corazón de nuestros corazones, ¿verdad? Sería ser un mal padre, una mala madre. Entonces el Señor quiere que usted sepa que si soy suyo, que soy de Él. Lo que el Señor no quiere es que usted diga si soy, no lo es. Que usted no se mienta a sí mismo y tenga una sorpresa grande en el día del juicio. El Señor quiere que usted cuando diga sí soy, que realmente sepa. ¿Y cómo es que nos da de saber? Las tres pruebas que hemos hablado. ¿Verdad? Cuando podemos decir sí, sí, sí a las pruebas, podemos confiadamente decir que soy del Señor. Este versículo conclusamente afirma que el cristiano sí puede tener la seguridad de la salvación. Es la idea del todo la epístola se encuentra en ese versículo cuando dice para que sepáis que tenéis vida eterna. El apóstol quiere que el cristiano tenga la seguranza porque pueda vivir su vida confiadamente y no estar pensando en cosas que no debe pensar, pensando en las cosas que sí debe estar pensando. Las escrituras nos dan certeza basada en la obra completada de Cristo y la verdadera relación con el Padre a través de Jesucristo. Cristo murió, Cristo pagó por mis pecados, Cristo resucitó, Cristo ascendió, Cristo se sentó y Cristo regresará. Para aquellos que son suyos. Y lo creemos y lo afirmamos. Que Cristo vino y vivió una vida perfecta. Que Él cumplió la ley de Dios que nosotros quebrantamos. Y que Él sin pecado fue en la cruz. Y en la cruz el Padre lo castigó a Él. Incluso lo mató. Lo sacrificó el Padre al Hijo. Porque el Padre odia el pecado. y el padre siendo justo tiene que condenar el pecado y la palabra de Dios dice que el hizo aquel que no conocía el pecado hacer pecado para nosotros para que nosotros nos hagamos la justificación la justicia de Dios afirmamos estas verdades estas son verdades bíblicas esto es central al cristianismo acertamos estas cosas que son realidad que el padre castigó a Cristo cuando Cristo grita de la cruz Mi Padre, mi Padre, ¿por qué me has desamparado? Ese es el momento donde el Padre atosó toda su ira, todo su odio, todo su odiar el pecado y lo derramó al Hijo y lo hizo pagar por los pecados de aquellos que serían salvos. Y Cristo grita en dolor cuando siente la ira del Padre sobre Él. Esto es lo que Él había Orado antes y había sangrado en su sudor Sabiendo que iba a haber el momento donde el Padre lo iba a castigar Cristo oró y oró y oró Padre si es posible quita esta copa de mí Y el Padre en ese momento cuando Cristo está en la cruz dice Mi Dios, mi Padre ¿Dónde estás? ¿Qué es lo que está ocurriendo? Es cuando el Padre ahí derramó su ira Y el pecado de aquellos que son elegidos por Dios Fue pagado en completo. Y antes de morir, Cristo afirma estas cosas cuando dice, consumido es. O exterminado, si usamos la palabra de hoy. Terminado la salvación, todo es completado. Es algo increíble, ¿verdad? Lo que Cristo cumplió, lo que Cristo hace. ¿Y cómo es que este Dios que va hasta tanta distancia para pagar por los pecados de los pecadores que vayan a ser suyos, que han sido elegidos antes del tiempo? ¿Cómo es que entonces el Señor, el Padre Celestial le va a decir a estos mismos elegidos, pero ustedes no van a saber si son míos hasta que se mueran? No, no, no, Dios quiere que nosotros sepamos que somos de Él. No quiere que nos engañemos, pero si podemos contestar, si a las pruebas de Dios, lo que Él nos da, el examen, podemos entonces salir de aquí confiados, no en orgullo, pero en el trabajo cumplido por Cristo, que hemos sido hechos hijos de Dios. Podemos dormir cómodamente, sabiendo que le pertenecemos. Esto es algo grande, ¿verdad que sí? Esto es algo grande para el cristiano, decir, ay, yo soy que sí le pertenezco. Y así de feo de cómo estoy. Y así de cosas a veces que hago que no debo hacer, como dice el apóstol y el hermano Luis predicó, ¿se recuerdan? Oh, qué hombre horrible soy yo, las cosas que no quiero hacer, a veces la hago. Y las cosas que quiero hacer, esas las cosas que no me hallo haciendo. Podemos decir como el apóstol, eso soy yo. A veces hago las cosas que no debo hacer y es para mi propia vergüenza. Y hay consecuencias de que yo no viva bien, pero todavía le pertenezco a él. Y todavía regreso a casa. Regreso a casa a veces como el hijo pródigo, todo sucio y apestoso. Y el padre siempre me agarra con sus brazos y me trae a su pecho y me dice, tú eres mío. Y así de sucio, apestoso que estoy, me besa el cuello. Y pone el anillo en la mano derecha. Dice, esta es mi mano derecha, yo soy suldo. Pero en la mano derecha. Y me manda a vestir y me dice, mi hijo mío, que estaba así, mira cómo está, mira qué lindo está ahora. Qué placer es ahí en la casa del Señor. Amén. Qué seguranza tenemos de su amor si somos hijos verdaderos. Si me caigo, Él no me deja que me quede en el piso. Él me levanta y sigo hacia atrás de Él. Quiero que sepáis que tienes vida eterna, dice el apóstol. Debido a que los requisitos para la salvación se cumplieron en Cristo, podemos tener plena seguridad. No hay ninguna parte de la salvación que Cristo dijo, esta parte es tuya. Yo hice el 99% del trabajo y este 1% es tuyo. Y si tú fracasas en este, todo es perdido. Gracias a Dios, amén. Que ni un porcentaje es parte de nosotros. Todo fue cumplido, ¿por quién? Por Cristo Jesús. Entonces, Cristo dice, las ovejas que están en mi mano, ninguna de ellas voy a perder. Firmemente estoy. en las promesas de Cristo. La afirmación de que decir que sabemos que somos salvos. Bueno, escuche esto. La afirmación de que decir que sabemos que somos salvos es presentuoso, es una falsa humildad. La presunción se basa en dudar de la palabra de Dios, no en confiar en ella. ¿Qué significa esto? Hay algunos que dicen, yo no puedo decir que soy salvo, porque si digo que soy salvo, eso es orgullo. Y uno puede decir, entonces le digo, usted es un hermano, usted es salvo. Solo Dios sabe hermano. Eso es una falsa humildad. Si tú no sabes que eres salvo, a lo mejor no lo eres. Amén. Yo quiero estar seguro que le pertenezco al Señor. El Señor dice que quiere que yo sepa que esté seguro de su salvación. Entonces la humildad no viene en decir, ay no sé hermano. La humildad viene en tener obediencia y someterme a la palabra de Dios. ¿Usted es salvo hermano? El Señor dice que soy salvo. El Señor me dio estas tres pruebas y Él ha cambiado mi corazón que yo puedo decir amén a las tres. Y no es por lo que yo he hecho, por lo que Él ha hecho, pero por lo que Él ha hecho yo puedo decir amén a las tres. Yo sé que soy y le pertenezco a Él. Amén. Esa es humildad. No dudar la palabra de Dios, pero confiadamente basar nuestra vida en la palabra de Dios. Entonces hay una falsa humildad que dice, ay hermanito yo no sé. O le pregunta a alguien, ¿cómo está viviendo? Bueno el Señor sabe, usted también usted está viviendo en ese cuerpo. Usted sabe cómo está viviendo, ¿verdad? El Señor le ha dado cualquier don para el beneficio de la iglesia. El Señor sabe que los hermanos y los hermanos, usted debe de saber cómo el Dios le ha bendecido. Jacobo sabe que él puede tocar la guitarra, yo sé que yo no la puedo tocar. Amén, amén sabemos, yo sé que puedo predicar, sé que el Señor me ha dado la edad y va a enseñar. Yo decirle a los hermanos, yo no sé nada, yo no puedo enseñar a ustedes, no hermano usted sí. Y yo digo, no hermanitos yo no sé, eso es una falsa humildad que no conduce a la bendición de la iglesia. Y yo me puedo levantar aquí confiadamente decirle a ustedes, yo soy hijo de Dios. Y eso me trae tanto alegría al corazón, de poder confiadamente decir, soy de él, y él es mío, y unidos estaremos para siempre. Amén. Dice Cristo, ¿y para qué crees en el nombre del Hijo de Dios? El nombre del Hijo de Dios es el que da acceso a una relación adoptiva con el Padre y abre las puertas a la oración. El que cree en el nombre del Hijo realmente ha sido salvo. ¿Y por qué es salvo? Puede entrar en oración. Entonces veremos cómo es que vamos a orar. Versículo 14. ¿Qué tipo de oración podemos ofrecer? Si usted no está llegando los martes por cualquier causa, motivo o razón. Ah, y si no puede venir, no puede venir. Eso no es nada que... Pero si usted está viniendo los martes, sabe que estamos hablando de la oración. Estamos haciendo el Padre Nuestro y llegamos. El martes pasado creo que estudiamos una palabra. No un versículo. Una palabra. Nuestro. Que el significado de que por qué dice Cristo que cuando oremos digamos que el Dios del cielo es qué? Nuestro. en esta semana vamos a estar en una palabra otra vez padre en este tiempo vamos a completar el el padre nuestro en los próximos siete ocho años pero ahí vamos a lo vamos a llegar por poquito a poquito pero estamos estudiando que es la oración y aquí el señor dice para que La visión segura y madura en la oración. Y esta es la confianza. Si estamos confiados que somos hijos de Dios. ¿Qué tenemos en Él? Que si pedimos alguna cosa conforme su voluntad. Él nos que oye. Si somos hijos de Dios y confiadamente somos hijos de Dios. Él dice cuando ustedes oren. El Señor va a bendecir su tiempo de oración. Es lo que está diciendo aquí. Bueno, vamos entonces a hablar de la oración y las peticiones. La oración es entrar en la relación correcta con Dios. Eso es lo que estamos estudiando los martes. La oración define lo que significa ser cristiano. El ejemplo que tenemos de la oración se encuentra del libro de Génesis al libro del Apocalipsis. Oración por donde quiera. La oración corre por toda la Biblia, ¿verdad que sí? Recordamos hasta Esther ¿verdad? Que tenía miedo y llamaron un día ¿de qué? De ayuno y de oración. Y oraron ¿verdad? La oración corre por toda la palabra del Señor. Pero el ejemplo más perfecto que tenemos en la oración es Cristo Jesús. ¿Usted se ha preguntado alguna vez por qué es que Cristo ora? Si Él es el Hijo de Dios y el Dios Hijo. Si hubiera una persona que no necesitaba orar, Sería ¿Quién? Jesús, es el Hijo de Dios. Y si usted se ha preguntado ¿Por qué es que Cristo ora? Y no solo ora, pero ora con tanta fervencia y continuamente. La Palabra de Dios nos dice que se levanta temprano a veces, horas antes de los otros de levantarse para ir ¿A qué? A orar, los discípulos lo fueran a buscar. Estás mucho tiempo en oración, demasiado tiempo vente a hacer el trabajo. Ese es el pensamiento. Cristo lo instruyó a los discípulos cuando leyeron. ¿Por qué cuando nosotros echamos al demonio no se fue? Cristo de este tipo no se va sin qué? Ayuno y oración, oración y ayuno. ¿Se recuerdan eso? Cuando Cristo escogió a sus discípulos, la palabra de Dios nos dice que pasó toda la noche orando antes de escogerlos. Imagínense, toda la noche orando. Increíble. Antes de ir a la cruz, Cristo tuvo tres tiempos largos de oración. Incluso le dijo a los discípulos que oraran por Él y con Él. Ellos durmieron por mucho tiempo y Él orando. ¿Se recuerdan? Antes de levantar a Lázaro de los muertos, ¿Cristo qué? Oró. Antes de romper los pecados, los pescados sin decir, los pescados, no los pecados. Y el pan, ¿se recuerdan Cristo qué? Oró. Cristo siempre estaba, ¿qué? Orando. Siempre estaba buscando del Padre. Cuarenta días y cuarenta noches en el desierto, ¿qué estaba haciendo? Ayunando, ¿y qué? O llorando en comunión con Dios. Tenemos un ejemplo de la oración perfecto, ¿en quién? En Cristo Jesús. Y aquí nos indica la palabra de Dios que cuando oremos, que estemos confiados que las cosas que pedimos, si está conforme la voluntad del Padre, el Padre nos oye. Y entramos al reino de la oración, ¿cómo? ¿En el nombre de quién? De Cristo Jesús. Entonces sabemos, hemos sido llamados a orar. Cuando Cristo habla en el Padre Nuestro que hemos estudiado, Cristo dice, cuando oren, cuando oreis. ¿Qué está suponiendo Cristo que está siendo el discípulo? Que está orando. No dice, si vas a orar, o si te da la gana de orar, dice Cristo. Cuando ustedes qué? Oren. Suponiendo que el cristiano tiene un deber de qué? De orar. es lo que dice el 6 9 vosotros pues oraréis así no vosotros pues deben de orar vosotros pues si quieren orar vosotros pues oraréis es un mandato así Padre nuestro que estás en los cielos santificado sea tu nombre la oración es nuestra dependencia el pan nuestro de cada día Dándonos qué, hoy. ¿Cuándo estoy diciendo yo esto? Padre, dame mi pan. ¿En la qué? En la oración. Porque estoy dependiendo en Él. La oración es mi fuerza. El mismo Padre Nuestro nos enseña. Y no nos meta en tentación, más líbranos del mal, porque tuyo es el reino, el poder y la gloria por todos los siglos. Por favor, Padre, no me meta en tentación. Dame la fuerza para resistir. La oración es nuestro todo como cristiano. Esto me ha impactado tanto enseñar los martes que ha cambiado mi oración también. Lo miro con más dependencia, con más necesidad de mi vida. Cristo dice que hay confianza en la oración. Si sabemos que somos salvos, hay que confianza en la oración. Y esta es la confianza que tenemos en Él. El conocimiento de la vida eterna afirmado en el versículo 13 conduce la confianza, la seguridad en nuestra presencia, en la presencia de Dios en la oración. Si sabemos que somos de Dios, sabemos que podemos orar. Amén. Si somos hijos, podemos hablar con el padre. Es algo increíble, ¿verdad? ¿Ha pensado usted del privilegio de la oración? A veces lo miramos como un trabajo o como un deber, o que algo que hacemos o que debemos hacer, pero no lo hacemos suficiente. Pero yo me pregunto a mí, ¿cuántos de nosotros miramos la oración como privilegio? Dios te dice a ti, hijo, ven, habla conmigo. Dios abre la puerta del cielo, te deja entrar al trono en oración. Y tú te sientas ahí con el rey de reyes y el señor de señores, con el rey del universo, con el creador de todo. Y te sientas en su presencia a escuchar de él sin temor que Él nos vaya a matar. La oración no es un deber, aunque sí debemos orar. La oración no es un trabajo, aunque sí debemos trabajar en la oración. La oración es un privilegio, un privilegio que cada cristiano debe acariciar y tomar en su corazón. Amados, Efesios 3, 12 dice, En Cristo, en quien tenemos seguridad. Escuchen los restos. Y acceso con confianza por medio de la fe en Él. Acceso. Las puertas abiertas. Hebreos, acerquémonos pues confiadamente, sin temor, al trono de la gracia para alcanzar misericordia y allá al gracia para el oportuno socorro. ¿En qué? En la oración. ¿Ha usted considerado la maravilla de la oración? No voy a hacer la pregunta, por favor, no levanten la mano. Pero ¿cuántos de ustedes están orando lo suficiente? Por favor, no levanten manos. ¿Y cuántos de nosotros diríamos, no oro lo suficiente? No tengo la vista correcta en lo que es la oración. No lo miro como un gran privilegio. Mientras así debe de ser, ¿verdad? Amados hermanos, la oración disponible al cristiano y las promesas de que si oramos acerca de, oramos cualquier cosa, si estamos orando bien en el nombre de Cristo, confiadamente con la voluntad de Dios, Él nos oye, es algo increíble. Que el Dios del universo nos oiga a nosotros. Hay una confianza. Tener confianza en la presencia de Dios no es una cosa entonces pequeña. Piensa en los atributos de Dios. Dios es qué? Justicia y juicio, amor, santidad, perfección. Vamos a parar ahí y decir, ¿usted es alguna de esas cosas? Y usted si es sincero y dice, yo no soy ninguna de esas cosas. Yo no soy perfección. Yo no soy justicia y juicio perfecto. Yo no soy santidad perfecta. Y puede entrar al trono de gracia y orar y buscar de Dios. Es increíble. Efesios 2, 8. Porque por medio de él, de Cristo, los unos y los otros tenemos entrada por un mismo espíritu al Padre. Increíble. Increíble. Sigue el versículo ese. Si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, De acuerdo con la voluntad de Dios, de acuerdo con lo que ya hemos aprendido. Este es el problema que tiene la iglesia carismática, ¿verdad que sí? El versículo aquí dice que si yo pido cualquier cosa en el nombre del Señor, el Señor me lo va a dar. ¿Qué voy a pedir, hermano? Todo está abierto, dicen ellos. Voy a pedir por la casa con siete cámaras y cuatro baños. Y la piscina, ¿verdad? Porque quién no quiere una casa con una piscina en el desierto. Voy a pedir el nuevo carro y lo voy a aclamar por fe, porque el Señor me dice que cualquier cosa que yo pida, Él me la va a dar. Dios es un banco en que puedo ir y tomar lo que yo quiera. Se lo dirá en la parte chica que dice, si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad. ¿Qué es orar conforme a la voluntad de Dios? Es venir a Dios como un hijo. ¿Verdad que sí? Y pedir las cosas que yo necesito para agradarle a él. ¿Se recuerdan Salomón? Dios viene a él en una visión, en un sueño le dice, pide lo que tú quieras y yo te lo daré. ¿Qué pediría usted? El Señor escriba un cheque y lo firma, pero no pone la cantidad. Y le dice a Salomón, llena la cantidad que tú quieras. ¿Qué es lo que usted llenaría? Yo me he hecho esa pregunta muchas veces. El Señor dice, lo que tú quieras, yo te daré. ¿Por qué sabes que el Señor le da un cheque así a Salomón? Porque Dios sabe el trabajo que había hecho en su corazón ya, y que no iba a pedir el carro, la mansión, las cosas para él. Pero él iba a pedir que Dios le diera algo a él para ser agradable a Dios. Amén. Eso es orar conforme a la voluntad de Dios. Dice uno de los apóstoles, ustedes piden y no tienen porque no piden bien, porque piden para sí mismos. No para la gloria de Dios. ¿Qué es orar conforme a la voluntad de Dios? Es poner en el final de la oración, en el nombre de Jesús, es todo. Como palabras mágicas, incantación que Dios dice, ah, usaron las palabras mágicas, lo tengo que hacer. ¿Es lo que está ocurriendo? No. Orando en el nombre de Jesús, viniendo tal y como Jesús vino en la oración. En el mismo espíritu, en el mismo conocimiento que Cristo trae en la oración. En la voluntad de Dios. ¿Qué pediría usted si Dios le dice como a Salomón, aquí está el cheque, está firmado, tiene todos los detalles necesarios, menos la cantidad, llena tú la cantidad, y aquí está la pluma? ¿Qué llenaría usted? Salomón le dice, Señor, dame sabiduría. Cuando uno primero lee eso, dice, ¿es todo lo que pidió? El Señor le dice, todo lo que tú quieras, lo que tú quieras te voy a dar. Y él dice, ¿sabiduría? Y uno dice, ¿qué? Señor, dame sabiduría. Tú me has hecho rey sobre este pueblo. Es obvio que tú amas a tu pueblo. Yo quiero ser un buen rey, porque voy a tener que darte cuenta a ti un día. Quiero ser agradable a ti, siendo un buen pastor para ellos. Señor, dame qué? Sabiduría. El Señor dice, buenas cosas has pedido. Porque pidiste sabiduría, no riquezas y no oro y no esto. Yo te de sabiduría como en cualquier otro hombre. Incluso te voy a dar las otras cosas. Y Dios puede hacer esas cosas. Pero cuando Cristo nos enseñó a orar, dice, cuando oren, oren así, Padre Nuestro que estás en el cielo santificado, sea tu nombre. Y cuando llega el pan nuestro, dice, dame, dice, dame el qué? Qué es lo que el discípulo de Cristo realmente quiere? El pan, la necesidad, no la afluencia. Él no pide carne en la oración. Él pide ¿qué? Pan, lo básico ¿para qué? Para vivir. ¿Y cuándo lo pido? Cada día. El pan nuestro de cada día pido. Cada día estoy dependiendo del Señor. Espiritualmente necesito el pan. Físicamente necesito el pan. Entonces concluimos que los carimásticos están muy mal. Que sus oraciones no agradan al Señor. Y que porque usan el nombre del Señor al final, el nombre de Jesucristo, eso no significa nada. Porque Cristo no dice aquí si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad. Salomón, ¿qué quieres? Sabiduría. Quiero ser agradable a ti Dios. Leemoslo otra vez. Vosotros pues oréis Padre nuestro que estás en los cielos santificado sea tu nombre venga tu reino hágase tu voluntad como en el cielo así también a la tierra el pan nuestro de cada día dándonos hoy mire como empieza vos dice Padre nuestro Tú estás en los cielos, Tu nombre se ha santificado. Venga Tu reino, Dios quiero ver Tu voluntad. En el cielo, así también en la tierra, quiero ver Tu gloria. Eso es orar conforme a la que? A la voluntad de Dios. No es mí, mí, mí lo que yo quiero. Señor, Tu gloria, Tu honra, Tu cielo, Tu trono, Tu majestad, Tu voluntad. Y Señor, mis necesidades. No mi excesos, mi necesidad es espiritual y física. Y Padre, dame la fuerza para vivir y no rendirme a la tentación. Amén. Qué humildad hay en el Padre nuestro, ¿verdad que sí? Una gran humildad que está de acuerdo con lo que estamos leyendo. Mire, Lucas 22, 42, Cristo diciendo, Padre, si quieres que pase de mí esta copa, pero si no se haga, pero no se haga mi voluntad, sino la que? Cristo no demanda nada del Padre, verdad que no? Cristo no clama victoria sobre lo que viene? Es obvio que Cristo dice, si hay otra manera de salvar al hombre, perfecto, yo no quiero ir a la cruz, si hay otra manera. Él no clamó otra manera. Pero si no hay otra manera padre. Y si tú quieres que yo pase por un camino amargo y duro y difícil. No sea mi voluntad sino la que la tuya. Eso es orar en la voluntad de Dios. Amén. No yo clamo que alcance a reservar el dinero en el banco y la mansión y el carro y todo. Eso no es cristianismo. El cristianismo dice lo que tú, y él nos oye. Y voy a hacerle una pregunta, ¿el padre oyó la oración del hijo? ¿Sí o no? Claramente que qué. Si es el padre vas a oírla. ¿Y cuál fue la respuesta del padre al hijo? No. Increíble si lo piensa. ¿Si hay otra manera que dice el padre? No. Y Cristo dice, entonces tomaré la copa, ¿verdad que sí? Si el padre le puede decir al hijo, no, ¿qué usted espera de usted? ¿Puede decirle a usted qué? No. Eso que yo puedo aclamar y el Señor lo tiene que hacer porque yo tengo fe es increíblemente mal. ¿O vamos a decir que Cristo no tenía suficiente fe porque fue a la cruz? ¿O fue la voluntad de Dios que vaya a la cruz? Y Cristo se sometió a la voluntad del padre. El padre le dice no al hijo, el hijo hay otra manera, el padre dice que no, el hijo entonces entonces me someto. ¿Y cómo sabemos que Dios le dio un no? Cuando terminó de orar, vinieron los soldados y lo arrestaron. Y unas pocas horas después estaba en una cruz. Amén. Quiero que sepamos que la oración, cuando el Señor dice que nos oye, que nos da lo que pidamos, no significa que vamos a recibir todo lo que queremos cuando lo queremos. Nos da a nosotros el entendimiento para aceptar su voluntad. Yo oro algo y el Señor me dice no. Y yo sé por qué me está diciendo que no. Y me levanto y digo, tu voluntad se ha hecho y no la mía. Pablo tuvo este deseo de ir a Asia a predicar. ¿Qué le hubiera dicho usted cuando Pablo dice? Creo que quiero ir a hacer predicar ¿Qué le hubiera dicho usted? ¡Ve Pablo! Ellos necesitan ¿A quién? ¡A Cristo! ¡Eso es una buena obra! ¡Pablo corre! Pero el Espíritu le dijo a Pablo ¿Que qué? ¡Que no! ¿Por qué no? A ir a predicar ¿Pablo iba a honrar a Dios? Iba a predicar el mensaje correcto. Almas si Dios quiere iban a ser salvas. Pero la voluntad de Dios dijo que qué? Que no. A ir a predicar, imagínese. Dios sabe lo que está qué? Haciendo. Pablo recibió un no de Dios. En otras partes, Pablo, ahora Señor quita esta condición que yo tengo, dice un mensajero de Satanás. Una espina a mi lado. Y oré tres tiempos, eso que significa que estaba orando por tres largos tiempos, no una oración, pero tres largos tiempos. Señor, por favor. Y que fue la respuesta de Dios. No. Yo quiero que te quedes con la espina al lado. Te enseña humildad y dependencia en mí. No, David le dice al profeta, yo quiero construir un templo para el Señor, no está bien que yo viva en una casa y que el arco de Dios esté en un campamento, no, no, no, no, voy a construir un templo al Señor. ¿Y qué le dice el profeta? ¡Construyelo! Claramente es la voluntad de quién, de Dios. Y cuando el profeta se está yendo y oye la voz de Dios, le dice, ¿qué dijiste? Vete para atrás a David y dile ¿qué? No. No es mi voluntad. Es algo bueno, algo bendito, algo increíble. Y me da mucho gozo que esté en el corazón de David. Pero la respuesta es que no. El profeta tuvo que venir David. ¿Te recuerdas cuando te dije que sí? Ups. La respuesta de Dios es que no. Pero Dios te dice a ti porque estuviste esto en tu corazón. Te va a bendecir, tu hijo será el rey, vendrá de ti un hombre Un rey que va a reinar para siempre Y tu reino nunca terminará Porque tuviste esto en tu corazón Algo bueno, pero eres un hombre de que? De sangre, y la respuesta es que? No Dios sabe decir no, amén que si Y muchas veces la respuesta es no Pero la respuesta es no y como hijo de Dios Que es lo que usted dice? No mi voluntad sino la tuya amén y nos levantamos y cuando el hermano me dice el hermano usted estaba orando y yo le digo sí y usted pidió algo sí el señor le contestó sí y el señor se lo dio sí me dio la respuesta la respuesta fue que no y a veces las respuestas son que sí y a veces la respuesta es espera pero si el señor siempre responde amén Está hablando con un hermano y dice, yo estaba orando esto por tantos años y el Señor no me responde. Le dice, ¿sí te respondió? Sí hermano, ¿cuál fue la respuesta? Sí, espera. ¿Y cómo usted sabe? ¿Está esperando? Me dijo, sí. ¿Esta es su respuesta? El Señor le respondió, ¿qué le dijo? Después de unos meses vino, mira, a tantos años de orar y el Señor sí. ¿O no? ¿Y cuánto tiempo oraron ustedes por un pastor amados? ¿Y cuál fue la respuesta del Señor? Espera, ¿cómo sabemos? Esperaron, ¿verdad que sí? Y al tiempo debido, el Señor dijo, le mando uno. Es increíble, ¿verdad? Pero el Señor siempre que, siempre, siempre que responde. Tenemos que saber esto. Hay confianza en nuestra oración. Si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, dice la palabra de Dios. Escuche alguna cosa, cualquier cosa que pidamos, las posibilidades son ilimitadas. Podemos pedir lo que queramos y la Palabra de Dios dice Él nos oye, no que no nos va a dar, pero Él nos que, oye, nos da audiencia, nos escucha. Y a veces pido cosas en oración que creo que están bien y el Señor me dice no. Y esto es mejor. Como le indique a usted, por muchos años oré por un ministerio en español. Ustedes son la contesta a mi oración. Por muchos años el Señor me dijo, espera. Llegué al tiempo de desesperación, le dije a mi esposa, es posible que Dios no quiera que yo pastoree un grupo en español. Pero como a David le digo al Señor, aquí está el edificio, pagamos la renta de eso. Señor, aunque se trae un grupo que tenga un pastor, y si yo no soy el que va a pastorear, que ellos por lo menos pastoreen y enseñen la verdad de Dios. Como David preparó todo. Yo, ese fue mi corazón. Nunca pensé que el Señor me iba a dar una iglesia establecida. Siempre pensé que íbamos a empezar algo. Y a su debido tiempo, el Señor dijo sí, y no como tú lo querías, pero algo mejor. El Señor es increíble, Él siempre escucha la oración, Él nos oye Aquí tenemos una promesa de audiencia con el Soberano del Cielo Él considera nuestras peticiones y Él responderá Versículo 15 para terminar Y si sabemos que Él nos oye en cualquier cosa que pidamos Sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho Otra vez, un poquito de cuidado con este versículo. ¿Verdad que sí? Porque podemos ver donde lo podemos dar un sentido que no es. Vamos a leerlo de nuevo otra vez. Y sabemos que Él nos oye, la audiencia, en cualquier cosa que pidamos. Sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho. ¿Y qué es lo que estamos pidiendo? Padre, si esto es tu voluntad. Y si tenemos lo que pidamos, el Señor dice, si es mi voluntad o no, no es mi voluntad o espera y más tarde te enseñaré lo que es mi voluntad. Siempre tenemos una respuesta, pero esto no significa que todo lo que yo ahora voy a recibir. ¿Cómo sabemos? ¿Pablo? ¿Cristo? ¿Verdad? Esta tiene que ser la interpretación correcta porque miramos los ejemplos de estos gran hombres. La oración no se basa principalmente en la comunicación para adquirir peticiones o para forzar de alguna manera la mano de Dios, sino en comunión con Dios, alinearme con Dios. A veces yo vengo en la oración pensando que esto está bueno y después de la oración sé que lo que yo estaba pidiendo, aunque era bueno, no era la voluntad de Dios. Dios me alinea a Él, yo no alineo a Dios a mí. Mucha gente pide, Señor haz esto, haz esto, haz esto. No Padre si es tu voluntad El Señor le dice no es mi voluntad Entonces Padre lo acepto Yo me alineo a Él Él no se alinea a mí Que Dios escuche nuestra petición Es una respuesta favorable Nada más que Dios Cualquier cosa que tú pidas Él la va a escuchar Y la va a considerar Eso es una victoria Dios te da audiencia Y te permite hablar Y Él la escucha Eso es algo increíble Eso es favorable Todas las oraciones son debidamente consideradas y actuadas para maximizar la venida al reino de Dios y al cumplimiento de su voluntad. En otras palabras, las cosas que usted pide, el Señor las considera. Y si es acuerdo de su voluntad, son sí, porque van a traer su reino. Amén. Y cuando Pablo oró para ir a Asia, el Señor le dijo que no, pero le enseñó dónde iba a ir. Y ahí fue a predicar en Philippi, la iglesia de los filipenses, ¿se recuerdan? Y hubo un gran trabajo ahí. Y mire, que la oración de Pablo fue no, pero sí aquí, y fue ahí, y ahí sufrió. Nada más porque el Señor dice que sí, ¿no? que significa que no va a haber sufrimiento. Hay una mal teología que dice, donde el Señor manda, el Señor provee y todo va a estar bien y nunca vas a sufrir. Dígale eso a Moisés. No al hermano, pero si no al Moisés de la Biblia. ¿Verdad que sí? Él sufrió. Dígale a usted eso a Cristo. Mira, si el Señor te mandó, todo va a ser perfecto. Va a ser arcoíris y pajaritos y mariposas, ¿verdad? Y todo va a estar bonito. Dígale eso a Cristo en la cruz. A los discípulos apóstoles que murieron. A los profetas que corrieron por su vida. El Señor claramente los mandó. Pero eso no significa que no va a haber sufrimiento. Amén. Y en donde el Señor manda, Él sí provee lo que necesitamos espiritualmente para cumplir la misión. Pero no para estar cómodos siempre. Romanos 8.26 dice lo siguiente. Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestras debilidades. Pues... Dice, pues que hemos de pedir como conviene, no lo sabemos. Pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu porque conforma la voluntad de Dios intercede por los santos. ¿Qué significa eso? Venga a la oración. Y si usted viene a la oración, dice, pero padre, ni sé lo que, ni sé lo que es tu voluntad. No sé ni lo que pedir. El espíritu que está adentro, él sabe. Y vas a orar, y vas a estar tiempo con el Señor, y orando la voluntad del Señor, y el Señor va a bendecir ese tiempo. Te vas a levantar y, ¿cómo es que estaba orando por esto y el otro ni sabía? Es el Espíritu Santo. Amén. Que está en cada viviente. Si no sabes orar, ora. Si eres hijo de Dios, el Espíritu te va a dar lo que tienes que orar. Efesios 6, 18. Orando en todo tiempo, con toda oración, y súplica en él, ¿qué? Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia, y súplica por todos los santos. ¿Qué es la voluntad de Dios, Padre, también? Que oremos en el Espíritu. ¿Por quién? Por todo lo que yo quiero, por los santos del Señor. Por los santos del Señor. Amados, esto es la oración. Esta es la confianza que tenemos en Dios si somos verdaderamente de Él. Ahora, ¿qué es mi expectativa de usted como cristiano? Que salga de aquí hoy. Esa es mi expectativa, que usted salga de aquí diciendo, sí, soy de Él. O que salga diciendo, no, no, no soy de Él y debo de ser Él. ¿Amén? O, me acabo de hacer de él, acabo de pedirle que me perdone. Aplique las pruebas a su vida. Si todo es amén, amén. Entonces sepa que usted es el Señor y porque este Señor puede orar, ¿con qué? Con confianza. Sabiendo que el Señor lo va a escuchar, le da audiencia. Ore en la voluntad del Señor. Diciendo, Padre, no sea mi voluntad, pero que la tuya. Cuando el trabajo que tengo ahora, el nuevo trabajo que tengo ahora, fue descargado y cuando yo apliqué me aceptaron. Mi oración delante del Señor es que el Señor me hiciera el coordinador, eso es lo que hago ahora, de esta escuela aquí. Creía que sería una gran bendición el pastor de esta iglesia ser el coordinador de la escuela ahí, en la misma vecindad. Todos los niños conociéndome, todos los padres conociéndome. Poder ministrar. Y si había necesidad de la iglesia, estoy a cruzar la calle. ¿Cuántos mira que eso sería? Buena idea, ¿verdad que sí? Y orando, Señor, hazme el coordinador de esta escuela. Pero Padre, esta fue mi parte de oración. Lo que yo miro es así. Pero Tú miras todo. Y lo que yo estoy mirando, digo, ay, esa es una buena idea. Pero tú sabes todo. No mi voluntad, sino la tuya. Yo quiero ir ahí, pero si no es tu voluntad, ponme donde tú quieras. La escuela que Dios me dio, no fue esta. Cuando me indicaron, usted va a ir a esta escuela, yo dije, no, esa no quiero ir yo. Esa es la última que yo quería. Y es la donde he sido grandemente bendecido. Es increíble, ¿verdad? Era una buena idea. No estaba orando algo mal. Quería ser luz de la vecindad donde estoy ministrando, cultivar relaciones con los padres, buscar el bien de ellos. No estaba pidiendo yo algo malo, pero yo sabía que lo que yo miraba no es lo que Dios mira a veces o regularmente. Y pedir, no mi voluntad, la tuya. Y el Señor dijo, OK, esta es mi voluntad. Ve al lugar donde tú no quieres ir y ahí florecerás. Pues ahí estoy. Y es una gran bendición. Y ha sido de gran bendición a mi familia y a mí. Pidamos lo que queramos pedir, pero al final, con el pensamiento, no mi voluntad, sino la tuya. Y no pedir solamente por nosotros, pero pedir por los santos. Y no solo para gastar, como dice el apóstol en nosotros, sino para el beneficio de la iglesia del Señor. Y meremos la confianza en la oración, lo que el Señor va a hacer. Amén. Oremos. Padre, te damos gracias por este tiempo, este tiempo sagrado y bendito. Padre te damos gracias por tu palabra que nos enseña que podemos si confiadamente decir que somos tus hijos y si si somos tus hijos tenemos confianza en entrar en tu presencia y orar y saber que si oramos cualquier cosa en la voluntad tuya que tú nos escucharás y que tú nos contestarás sea si no o espera la respuesta siempre viene del Señor Y nos da gran aliento ver en las escrituras que a veces a hombres santos que tenían deseos santos, en oración tú le dijiste a ellos no. Nos da aliento no porque ellos recibieron el no, porque cuando nosotros recibamos ese mismo no, cuando estamos orando por algo que creemos que debemos o que es bueno, podemos aceptar y continuar sabiendo que el plan tuyo es más perfecto que el de nosotros. Padre, quita cualquier falsa noción de la oración que nos indica que podemos venir y demandar y pedir y exigir. Pero Padre, llénanos de la correcta doctrina que la oración es alinearnos a nosotros, a ti y a tu voluntad. Pedimos todo esto en el nombre sagrado de Jesucristo. Amén.
Vida Eterna y Oración Segura
Série Una Salvación Segura
Identifiant du sermon | 24191834415076 |
Durée | 1:03:29 |
Date | |
Catégorie | Service du dimanche |
Texte biblique | 1 Jean 5:13-15 |
Langue | espagnol |
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