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En el preámbulo de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, que fue redactado en 1776, sus autores comienzan con estas palabras, Sostenemos como evidentes estas verdades, que todos los hombres son creados iguales, que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables, y que entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. La búsqueda de la felicidad. Esta es una verdad evidente, dice este famoso documento, algo que no necesita prueba ni argumentación, que la búsqueda de la felicidad es un derecho inalienable con el que Dios dotó a todos los hombres, lo mismo que el derecho a la vida y a la libertad. Ahora bien, independientemente de las discusiones que esta frase, esta declaración pueda provocar, lo cierto es que todo hombre anhela ser feliz. Todo hombre anhela ser feliz. Todas las decisiones que nosotros hacemos, todas las cosas que nosotros decidimos no hacer, las hacemos motivados por el anhelo de ser felices. Aún el suicida se quita la vida por la convicción de que él estará mejor muerto que vivo. Todo hombre anhela ser feliz. El problema es que el concepto que mucha gente tiene hoy de lo que es la felicidad no es el mismo que el concepto que los autores de la declaración de independencia tenían en el 1776. Este es un concepto que ha sufrido cambios significativos en la sociedad occidental, sobre todo en los últimos cien años. Por ejemplo, un diccionario reciente define la felicidad como una sensación de satisfacción placentera. ¿Qué es la felicidad según este diccionario? Una sensación de satisfacción placentera. La felicidad se identifica aquí con una sensación de placer. ¿De dónde podemos deducir que mientras más placer experimente un hombre, más feliz será? Creo que fue el multimillonario Howard Hughes que dijo, la buena vida es cara, la otra no es vida. Ahora, ¿cuál es el pensamiento que está detrás de estas palabras? que la vida que realmente vale la pena ser vivida es la de aquellos que tienen suficiente capacidad económica para poder hacer lo que les venga en gana. Si la felicidad se define primordialmente en términos de sensación de placer, mientras más placeres te puedas dar, más feliz serás. En un libro que estaba oriando en estos días, leí Uno de sus autores decía que cuando su hija estaba en octavo grado, ella era parte del equipo de fútbol de la escuela. Y en una ocasión en que su equipo estaba siendo vapuleado por el equipo contrario, dice que el entrenador le dio a las jugadoras estas palabras de aliento. Chicas, no se preocupen por la puntuación. La razón por la que nosotros jugamos fútbol es para divertirnos. Así que tratemos de hacer un alboroto en esta segunda mitad del partido y regresemos a casa felices, cualquiera que sea el resultado final. El autor del libro hace el siguiente comentario. La razón por la que mi esposa y yo queríamos que nuestra hija jugara fútbol era que aprendiera a perder y a ganar. Era que aprendiera a cooperar con otros. Era que aprendiera a hacer sacrificios por una meta de largo alcance, lo cual requiere poner a un lado por el momento la gratificación momentánea. ¿Ven la diferencia de concepto? La meta del entrenador era divertir a las chicas. La meta de estos padres era formar un carácter. Un carácter. Ese entrenador es un buen ejemplo de ese cambio de mentalidad que yo acabo de mencionar. La cultura consumista en la que nos ha tocado vivir apela constantemente a la satisfacción del momento, incluso a expensas de la virtud. incluso a expensas de una vida virtuosa. Palabras como disciplina, sacrificio, perseverancia, trabajo duro, son malas palabras en el día de hoy. Son palabras que el hombre no quiere oír. Como alguien ha dicho, si la felicidad consiste en tener un sentimiento interno de diversión o satisfacción placentera, y si esa es nuestra meta principal en la vida, hacia dónde enfocaremos nuestra atención todo el día. Nosotros seremos el foco de atención, y el resultado será una cultura de individuos absortos en sí mismos que no son capaces de vivir por algo que esté más allá que ellos mismos. Todo gira en torno al yo. y a la satisfacción personal. Y eso produce un estilo de vida narcisista e individualista que afecta profundamente las relaciones humanas. Nadie se quiere comprometer. Todos quieren usar al otro para su provecho. Pero eso no solamente afecta a las relaciones humanas, eso nos afecta a nosotros mismos. Porque eso produce un vacío de significado y de propósito en el hombre. ¿Saben por qué? Porque nosotros fuimos creados para algo más trascendental. Nosotros fuimos creados para algo de más largo alcance que nuestro pequeño mundito personal. La vida es un drama cósmico y nosotros somos parte de ese drama. Mientras más centrada en sí misma se torna una persona más, se aísla de la realidad. De hecho, eso no es otra cosa que la locura. ¿Qué es la locura? Una persona que está tan y tan y tan absorta en sí misma, que pierde el contacto con la realidad. Y mientras más persona, mientras más una persona se aísla en sí misma, más ansiosa se vuelve y más temores tiene. Porque tiene más cosas que cuidar. Pero lo cierto es, mis amados hermanos y personas que nos visitan en esta mañana, que lamentablemente, ese pensamiento, esa filosofía, ha calado tanto en nuestra cultura, que aún personas que profesan ser cristianos, evalúan las iglesias, no en base a lo que la Biblia presenta de un ministerio sano, sino en base a la medida en que esa iglesia cumple con mi agenda personal. en base a lo que esa iglesia puede llenar mis necesidades, lo que yo entiendo que son mis necesidades. Hasta el currículo de las escuelas y de las universidades ha sido impactado con esa mentalidad. La educación moderna se mide primordialmente en términos de éxito profesional y económico. Por eso muchas universidades han eliminado de su currículo aquellas materias que históricamente se enseñaba en toda universidad, materias cuyo propósito era ayudar a las personas a desarrollar una vida moral e intelectual dirigidas al bien común, dirigidas hacia el bien común. Pero el pensamiento que prima hoy es que si esas cosas no me ayudan a conseguir un trabajo más lucrativo, ¿para qué sirven? ¿Para qué sirven? Una vez más, la formación del carácter no es la meta. La meta es una vida de éxito en términos económicos. ¿Para qué? Para poder tener la buena vida de la que habló Howard Hughes. para poder satisfacer nuestros deseos en la mayor medida. Como decía un anuncio temevisivo hace unos años, tú trabajas y te ganas el derecho a descansar y gozar de la buena vida. Por eso tal lugar es para ti. Eso es lo que tú te mereces. Ese es el centro de la cuestión. Pero, mis hermanos, lo cierto es que ese no es el concepto de felicidad que nosotros encontramos en la Biblia. La Biblia también habla del gozo, habla de la alegría, habla de la felicidad, pero sólo como algo secundario, sólo como algo que se obtiene buscando otra cosa más importante. La felicidad es un resultado, no es una meta en sí misma. La gran paradoja de las palabras que Cristo dice a los discípulos en Mateo capítulo 16, versículo 24, dice el Señor, si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo y tome su cruz y sígame, porque todo el que quiera salvar su vida la perderá, y todo el que pierda su vida por causa de mí la hallará. ¿En qué contexto pronunció Cristo estas palabras? Bueno, si leen el pasaje completo verán que el Señor acaba de anunciar a los discípulos que a él le era necesario ir a Jerusalén, padecer mucho de manos de los líderes religiosos de la nación y luego ser muerto. Cristo vino a morir en una cruz. Entonces el apóstol Pedro, con su impetuosidad característica, toma al Señor aparte para darle un consejo y le dice al Señor, ¡Oh Señor, ten compasión de Ti! de ninguna manera esto te acontezca y Cristo lo mira y lo reprende diciéndole quítate de delante de mí satanás me eres tropiezo porque no pones la mira en las cosas de Dios sino en la de los hombres en otras palabras yo tengo una agenda divina que cumplir y esa agenda divina está por encima de mi seguridad está por encima de mi comodidad. Es en ese contexto que Cristo habla de perder la vida. Es perderla en un sentido para ganarla en otro muy superior. Nosotros fuimos creados para la gloria de Dios y para gozar de Él por siempre. Eso quiere decir que nosotros fuimos creados para encontrar nuestro deleite y satisfacción personal en algo que trasciende nuestra existencia. Nosotros fuimos creados, voy a repetir eso otra vez, para encontrar nuestro deleite y satisfacción personal en algo que trasciende nuestra existencia. Ahora, yo no quiero ser malinterpretado. Así que déjenme hacer tres aclaraciones. Yo no estoy diciendo con eso que a nosotros el dolor no nos duele. No, el dolor duele. Le duele a los cristianos y le duele a los inconversos. En segundo lugar, yo no estoy diciendo que el creyente debe buscar el sufrimiento. No, nosotros no somos masoquistas. Tampoco estoy diciendo que nosotros los cristianos no podemos disfrutar de las cosas disfrutables de la vida. no el apóstol pablo dice en primera timoteo capítulo 6 versículo 17 a los ricos de este siglo mándales que no sean altivos que no pongan su confianza en las riquezas las cuales son inciertas por eso es que las personas que ponen su esperanza allí le da mucha ansiedad sino en el dios vivo que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos Dios no quiere que sus hijos sean monjes a setas Dios creó la cosa de la vida y no es que nosotros podemos disfrutarla mis amados hermanos es que nosotros los cristianos la disfrutamos más ¿Por qué? Porque nosotros no disfrutamos sólo la experiencia sensorial del momento. Nosotros sabemos que esa cosa buena de la que estamos disfrutando es una muestra del amor, la misericordia, la compasión, la bondad de nuestro gran Dios, nuestro Padre Celestial. No, nosotros gozamos la vida más. Yo no estoy hablando de eso. Ahora, eso sí significa que la meta principal del hombre en la vida no es disfrutar del mayor número de experiencias placenteras que podamos. La meta principal del hombre en la vida es cumplir en la mayor medida posible el papel que nos toca en la agenda de Dios mientras desarrollamos al mismo tiempo un carácter que nos asemeja más a Él. Voy a repetir eso otra vez. ¿Cuál es la meta principal del hombre en la tierra? La meta principal es que nosotros podamos cumplir en la mayor medida posible el papel que nos toca en la agenda de Dios mientras desarrollamos al mismo tiempo un carácter que nos asemeja más a Él. En palabras de Cristo en Mateo capítulo 6 versículo 33 debemos buscar primeramente, no únicamente, pero debemos buscar primeramente el reino de Dios y su justicia. Todo lo demás es la añadidura. Y es interesante notar otra vez el contexto en que Cristo dijo eso. ¿De qué estaba hablando Cristo cuando dijo buscar primeramente el reino de Dios y su justicia? Estaba hablando del afán y la ansiedad. el afán y la ansiedad por las cosas necesarias de la vida. No os afanéis por vuestra vida, que habéis de comer o que habéis de beber, ni por vuestro cuerpo, que habéis de vestir. No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que el vestido, pregunte el Señor. Eso es lo que buscan los paganos. Las personas que no conocen a Dios viven afanándose por esas cosas. Pero Cristo le dice a sus discípulos, ¿saben, mis hijos, cuál debe ser vuestra prioridad en la vida? El reino de Dios y su justicia. Todo lo demás vendrá por añadidura. El Señor está advirtiendo a sus discípulos aquí a que no cometan el error de poner como prioridad una cosa que es secundaria. no cometan ese error. En palabras de C. S. Lewis, él dice, no podrás obtener cosas secundarias poniéndolas de primero. Sólo podrás obtener esas cosas secundarias poniendo primero lo primero. Debemos poner primero lo primero. Y lo primero, queridos hermanos, no eres tú, ni soy yo. Esto no se trata de ti, de mí. Lo primero es No es nuestra agenda. Lo primero no es el placer y el entretenimiento. Lo primero es el reino de Dios y la obra que Él está haciendo en nosotros como ciudadanos de ese reino. Eso es lo primero. Ahora, con esto en mente, y luego de esta inusualmente extensa introducción, vamos una vez más al Salmo 119, que empezamos a estudiar la semana pasada. Salmo 119. Como dijimos la semana pasada, el Salmo 119 es el más extenso de la Biblia. Y se trata de una conversación intensamente personal entre el salmista y Dios. Una conversación que gira en torno a las Escrituras y a la obra que Dios hace en nosotros por medio de su Palabra, sobre todo cuando estamos en medio de la dificultad y de la aflicción. De hecho, Una de las características más sobresalientes de este Salmo, como muchos de ustedes saben, es que menciona la Palabra de Dios en casi cada uno de sus versículos. El Salmo 119 tiene 176 versículos. Y en 171 de ellos, por lo menos, porque los otros algunos están en veremos, se menciona directamente la Palabra de Dios. Cuando digo que están en veremos, no es que no sabemos si son inspirados o no. Lo que quiero decir es que no estamos seguros si las palabras que se usan allí no se pueden aplicar también a la Biblia en un sentido secundario. Ahora, otro de los temas que sobresalen en este Salmo, aunque no con la misma frecuencia, es el tema del sufrimiento. Es obvio que el autor del Salmo 119 había atravesado en su vida por muchas experiencias dolorosas. Pero lo que este hombre conocía acerca de Dios y acerca de la obra que Él quiere hacer en nuestras vidas, lo ayudaron a poner esas aflicciones en su correcta perspectiva. Y eso es precisamente lo que yo quiero considerar con ustedes en el tiempo que nos resta. Veamos en primer lugar lo que el Salmo 119 revela acerca del carácter de Dios. Lo que el Salmo 119 revela acerca del carácter de Dios. Un estudio cuidadoso del Salmo 119 revela que su autor no sólo tenía una buena teología, sino que él sabía cómo hacer uso de esa teología cuando él tenía que enfrentar las dificultades propias de vivir en un mundo caído. Ahora, por causa del tiempo, yo no puedo extenderme en este punto todo lo que yo quisiera, por lo que yo los animo, mis amados hermanos, a hacer ese estudio. Tome papel y lápiz, lea el Salmo 119 una y otra vez, y vaya apuntando todas las cosas que ese Salmo enseña acerca de la persona de Dios. Le aseguro que va a ser un estudio sumamente edificante. Pero hay al menos tres atributos de Dios que son los que más sobresalen en este Salmo y que yo quisiera mencionar en esta mañana. En primer lugar, la misericordia de Dios. La misericordia de Dios. en doce ocasiones el salmista menciona en este salmo la misericordia de Dios eso sin contar con todos los versículos que hablan de que él es bueno que hablan de su bondad por supuesto yo no voy a buscar en esta mañana todos y cada uno de esos versículos del salmo 119 pero al menos quiero hacer referencia a uno de ellos versículo 64 Salmo 119, versículo 64. De tu misericordia, oh Jehová, está llena la tierra, enséñame tus estatutos. Hermanos, esa sí que es una declaración interesante. Sobre todo tomando en cuenta el mundo en que vivimos. Si hay algo que podemos percibir con toda claridad cuando nosotros miramos a nuestro alrededor, son los efectos devastadores que el pecado ha causado y sigue causando en la sociedad humana. Y el cristiano más que nadie está capacitado para detectarlo, porque sus ojos han sido abiertos a realidades espirituales que los otros no ven. aparte de que nosotros tenemos en las manos la palabra de Dios y con la palabra de Dios nosotros podemos evaluar las cosas con objetividad y podemos saber cuando las cosas no son como deberían ser. Pero mis amados hermanos, mis amados hermanos, cuidado, cuidado, porque hay creyentes que parecen no tener ojos que para ver, más que para ver, las cosas que están funcionando mal en el mundo. Son expertos en criticar lo que está mal, y sólo hablan de pecado, pecado, pecado, pecado. Este mundo está podrido, esto no hay quien lo aguante, esto es una perversión, esto es una inmundicia. ¿Y qué de la misericordia de Dios? ¿Y qué de la misericordia de Dios? Mis hermanos, nosotros no podemos ser absorbidos de tal manera por esa perspectiva que perdamos de vista la otra realidad, la misericordia del Señor, de la cual, dice el salmista, está llena toda la tierra. ¿Cómo puede ser posible que no la veamos? de tu misericordia, Señor, está llena toda la tierra. ¿Él sigue haciendo salir su sol sobre malos y buenos? ¿Él sigue haciendo llover sobre justos e injustos? ¿Él sigue teniendo paciencia con pecadores que viven blasfemando de la misericordia de Dios, que viven blasfemando de la persona de Dios, que le dan las espaldas a la persona de Dios y Él sigue dándoles oportunidad de que se arrepientan. Él sigue enviándoles predicadores, ministros suyos que le prediquen su palabra. Mis amados hermanos, ¿qué es todo eso? Muestras de la misericordia de Dios. Él sigue consolando a sus hijos en tribulaciones. Él sigue dándonos palabras de aliento a través de su palabra. Y yo pudiera mencionar mil cosas más. ¿Acaso no dice Jeremías en el libro de Lamentaciones que las misericordias de Jehová son nuevas cada mañana? Y es interesante recordar que lo dijo en un tiempo de gran calamidad para la nación de Israel. Nuevas son tus misericordias cada mañana. Mis hermanos, a pesar del pecado, a pesar de la maldad que sobreabundan en este mundo, ¿saben por qué la vida aquí y ahora no es un verdadero infierno? Por la misericordia de Dios. Por la misericordia de Dios, de la cual está llena toda la tierra. Una misericordia que continúa operando de muchísimas maneras, haciendo de este mundo un lugar habitable a pesar de todo. Versículo 156 del Salmo 119. Muchas son tus misericordias, oh Jehová, vivifícame conforme a tus juicios. Si no podemos ni debemos cerrar nuestros ojos a la maldad, ni volvernos insensibles al pecado, pero, mis hermanos, nosotros tampoco debemos dejar que esa perspectiva controle de tal manera nuestro ser que no veamos otra cosa a nuestro alrededor que pecado e inmundicia. De la misericordia del Señor está llena toda la tierra. Y ahora noten cómo esa perspectiva obraba en la mente y el corazón del salmista. Versículo 64 otra vez, de tu misericordia Jehová está llena la tierra, enséñame tus estatutos. ¿Cuál es la conexión? Bueno hermanos, yo espero que ustedes hayan visto la conexión. Si nuestro Dios es misericordioso, si la tierra está llena de su bondad y de su compasión, ¿Acaso no deberíamos anhelar que ese Dios nos muestre su voluntad y nos ayude a obedecerla? La ley de Dios es parte de la misericordia de Dios. La ley de Dios no es la expresión de un tirano que quiere mantener subyugado y aburrido a sus súbditos. Esa parece ser la visión que algunos tienen de Dios. una especie de matagoso cósmico. Ese es Dios, una especie de matagoso cósmico que quiere hacernos la vida insoportable y aburrida prohibiendo todo lo que nos gusta. Bueno, obviamente, si esa es la visión que tú tienes de Dios, tú no vas a querer que te enseñe tus estatutos. Mira, yo prefiero ni saberlo. No, no, no, no, no me hable de eso. No, no, yo no quiero saberlo. Yo no quiero ni saberlo. ¿Pero ese no es el Dios que creó los cielos y la tierra? ¿Ese no es el Dios que se revela en las páginas de la Biblia? ¿Nuestro Dios es bueno y bienhechor, como dice el versículo 68? ¿Cuando Él ordena algo, lo hace porque Él sabe que eso es lo mejor? ¿Cuando Él prohíbe algo, es porque Él sabe que es un peligro para nosotros? ¿Que así no es como la vida funciona como debe funcionar? Es por eso que el salmista expresa una y otra vez el deleite que él siente por tener en su mano la palabra de Dios. Hermanos, ¡qué cosa tan maravillosa! ¡Qué cosa tan maravillosa tener en nuestras manos el manual del fabricante! Para no tener que ponernos a inventar con nuestra vida. No, yo no tengo que estar inventando con mi vida, probando una teoría hoy y otra mañana, y así se van los años, y finalmente llegan a viejo, y cuando miran atrás sólo ven frustración y frustración. No, yo no quiero inventar con mi vida. Yo quiero el manual del fabricante. Y alabado sea Dios por su bendita palabra. Eso es parte de su misericordia. Pero el salmista no solamente resalta la misericordia de Dios, el salmista también resalta su fidelidad. Su fidelidad. Y aquí tenemos que agrupar, cuando hagan su estudio del Salmo 119, todos los versículos que hablan de la fidelidad de Dios, pero también de la verdad de Dios. Porque ambas palabras proceden de la misma raíz hebrea. La raíz de la cual también procede nuestra palabra AMÉN. Que es AMÉN, así sea. Es como tú dices. Ese vocablo no solo señala el hecho de que Dios no miente. También señala el hecho de que nada ni nadie puede frustrar sus planes. Por eso es que Él es fiel a su palabra. Hermano, ¿cuántas veces uno hace promesas que no puede cumplir? Y a veces uno no las cumple, no porque uno mintió, sino porque en el momento tú tenías la posibilidad. Pero luego vinieron otras cosas que no te permitieron cumplir la promesa. Bueno, Dios es fiel. ¿Saben por qué Él es fiel? Porque cuando Dios decreta algo, lo hace. Porque Él tiene todos los recursos para hacer lo que Él quiera. Su fidelidad está sustentada por la santidad de su carácter. Él no miente, pero también por su soberanía y poder. Él puede hacer todo lo que en su santa y perfecta voluntad Él decida hacer. Él es Dios. Él es Dios y Él ejerce. Algunas personas quisieran un Dios más manejable, pero nuestro Dios es Dios y Él ejerce. Él está sentado en su trono ejerciendo su Deidad. Salmo 119, versículo 75. Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos y que conforme a tu fidelidad me afligiste. Más adelante vamos a ver ese texto. Sólo quiero enfatizar ahora la fidelidad de Dios. Señor, hasta cuando me afliges tú eres fiel. Hay personas que solamente ven la fidelidad de Dios cuando Él hace lo que yo quiero. pero el salmista tenía ojos para ver la fidelidad de Dios aún cuando la agenda que él tenía no coincidía con la de Dios bueno señor yo prefiero la tuya porque tú eres un Dios fiel versículo 89 hasta el 91 para siempre oh Jehová permanece tu palabra en los cielos de generación en generación es tu fidelidad Tú afirmaste la tierra y subsiste. Por tu ordenación subsisten todas las cosas hasta hoy, pues todas ellas te sirven. ¡Qué pasaje! ¡Qué pasaje! Noten cómo el salmista está conectando aquí la fidelidad de Dios con la permanencia de su palabra. Tú eres un Dios fiel y precisamente por eso tu palabra permanece. ¿Y cómo sabemos que la palabra de Dios permanece? Bueno, no solamente por la Biblia. El salmista dice, miren el universo. Miren el universo, tu palabra permanece en los cielos. Tú pusiste las estrellas en cierto lugar. Tú pusiste el sol a cierta distancia en la tierra. Tú pusiste los planetas a girar en cierta órbita. Señor, y así ha seguido, siendo de generación en generación. Porque tú eres fiel. No son las leyes de la naturaleza. No son leyes físicas que funcionan porque sí, es Dios quien está sosteniendo su creación exactamente como Él la creó. Pues de la misma manera, así seguirá vigente Su palabra de generación a generación. ¿Qué dice Cristo en Mateo capítulo 24, versículo 35? El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Y no pierdan de vista que Jesucristo está implicando claramente en ese texto que Él es Dios. Él está comparando la permanencia de Su Palabra con la permanencia de la Palabra de Dios. El cielo y la tierra pasarán. Mi Palabra no. Mi Palabra no. Versículo 160. La suma de Tu Palabra es verdad y eterno es todo juicio de Tu justicia. Precisamente por el hecho de ser la revelación de un Dios fiel y verdadero, la palabra de Dios es el estándar absoluto y permanente de la verdad. El estándar absoluto y permanente de la verdad. Cuando esa verdad fue escrita por los autores originales de la Biblia, era verdad. Hoy sigue siendo verdad. Y seguirá siendo verdad por los siglos de los siglos. Mis amados hermanos, personas que nos visitan en esta mañana, la verdad no es democrática. La verdad no se decide por consenso. La verdad no cambia con la cultura. La verdad descansa en la inmutabilidad de Dios. Él no cambia. Por eso lo que Él reveló aquí tampoco debe ser sujeto a ediciones. Como dice un comentarista, si algo concuerda con la palabra de Dios, entonces es verdad. Si no concuerda con la palabra de Dios, entonces no es verdad. Es así de simple. Así de simple. La Biblia es la verdad de Dios y la verdad no es democrática. La verdad no se decide por consenso. Yo no tengo que esperar que un parlamento humano decida si ellos van a aceptar lo que Dios dice. Dios dice lo que dice y nadie puede cambiar eso. Pero el Salmo 119 no solamente resalta la misericordia de Dios, no solamente resalta la fidelidad de Dios, también la justicia de Dios. La justicia de Dios. En el versículo 142 dice, tu justicia es justicia eterna y tu ley es la verdad. precisamente porque la justicia de Dios está fundamentada en la verdad de Dios, todos sus juicios permanecen para siempre. Un comentarista dice, hablando de ese texto, los gobiernos humanos cambian Las viejas dinastías perecen, nuevas leyes son promulgadas por nuevas administraciones, las costumbres cambian, las opiniones cambian, las personas cambian, el mundo cambia, pero así como Dios es inmutable, así también lo es su ley. La ley está fundamentada en la verdad eterna y no puede cambiar. no puede cambiar. ¿Y saben qué? Algún día, ese Dios inmutable y justo, juzgará al mundo con justicia. Y entonces, por primera vez en la historia, desde la caída de Adán, cada cual recibirá lo que realmente merece. Hermanos, eso es tan real como que estamos sentados aquí. Eso es tan real como que estamos sentados aquí. Queridos hermanos, en este mundo se cometen muchas injusticias y los creyentes también somos afectados por eso. Eso es una realidad. ¿Qué debemos hacer? Bueno, nuestro Señor Jesucristo nos dejó ejemplo para que sigamos su pisada, dice Pedro. Quien cuando le maldecían no respondía con maldición, cuando padecía no amenazaba, sino encomendada la causa al que juzga justamente. Y eso quedó registrado en las Escrituras para que nosotros sigamos supisadas. Ahora bien, si ese es nuestro Dios, un Dios misericordioso, bondadoso, compasivo, un Dios fiel, un Dios justo, y muchísimos otros atributos que nosotros no podemos mencionar en esta mañana por causa del tiempo, ¿cómo es entonces que podemos entender el sufrimiento de sus hijos? ¿Cómo podemos entender el sufrimiento de los suyos teniendo un Dios así? Bueno, ya nosotros vimos el carácter de Dios tal como se revela en el Salmo 119. Veamos ahora brevemente las aflicciones de los hijos de Dios a la luz del carácter de Dios. Y aquí debemos traer de nuevo a colación lo que decíamos al principio acerca de la felicidad. Mis hermanos, la meta de Dios para con nosotros en esta vida no es procurarnos el mayor cúmulo de sensaciones placenteras posibles. Esa no es la meta de Dios. La meta de Dios es procurar para nosotros una felicidad permanente, haciendo en nuestro carácter una profunda transformación. Hay una frase de Lutero, que para mí es una de las cosas más sabias que él ha dicho, que él dijo, en una disputa que Lutero tuvo con alguien en 1518, Lutero dijo lo siguiente, los pecadores resultan atrayentes porque son amados, no es que sean amados por ser atractivos. Déjenme repetir eso otra vez, a los ojos de Dios, Los pecadores resultan atrayentes porque son amados y no son amados porque son atractivos. Alguien lo explica más fácilmente con estas palabras. Dios no nos ama porque seamos dignos de su amor. Más bien nos quiere como somos, pero por su amor nos recrea y nos reconstruye. Lo que estamos diciendo, hermanos, es que Dios nos ama tanto con un amor que no es una mera sensibilería, con un verdadero y real amor. Él nos ama tanto que Él no nos vea en la condición en que nos encontró. Porque eso es lo que uno hace con las cosas que uno ama. Uno las ayuda a ser mejores si realmente ama, si realmente ama. Alguien definía una vez el amor como aquello que busca el bien del objeto amado a una costa de sacrificio personal. Eso es amor. Aquello que busca el bien del objeto amado a una costa de sacrificio personal. No fue así como Dios nos amó. Dios nos amó tanto que nos encuentra en nuestro pecado, envió a su Hijo a morir por nosotros en una cruz, a una costa de sacrificio personal, y ahora nos toma y nos cambia. Ahora nos toma y nos transforma. Nos convierte en mejores seres humanos. Eso es lo que hace el amor de Dios. ¿Y cuál es el modelo que Dios tiene en su mente cuando Él está tallando nuestro carácter? ¿Cuál es el modelo? El hombre perfecto, nuestro Señor Jesucristo. El hombre perfecto, nuestro Señor Jesucristo. Es de esa manera que Dios está buscando nuestra felicidad. porque no hay felicidad para nadie que tenga un carácter contrario al carácter del Señor? Déme hacerles una pregunta. ¿Acaso no es cierto que muchos millonarios tienen vidas extremadamente miserables? Ese mismo hombre que dijo, la buena vida es cara y la otra no es vida. Howard Hughes. Oiganme, que miserable fue ese hombre. Que miserable. ¿Y acaso no es cierto que muchas personas son felices a pesar de sus carencias? ¿Cómo puede ser eso posible? Porque la verdadera felicidad no depende de lo que tú tienes. La verdadera felicidad depende de lo que tú eres. La verdadera felicidad no depende de lo que tú tienes. La verdadera felicidad depende de lo que tú eres como ser humano. Un hombre mezquino y egoísta será siempre un miserable, no importa la fortuna que logre amasar, será un miserable. Porque la vida del hombre, como dice Cristo en Mateo capítulo 12, la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee. dice el Señor en Lucas 12, 15. Y precisamente porque Dios nos ama con un amor eterno e inalterable, Él se ha propuesto hacer una obra de transformación en nosotros para que seamos el tipo de hombre, el tipo de mujer que debemos ser, para que vivamos el tipo de vida que es realmente bienaventurado, dichoso, pero que por el engaño del pecado muchas veces no queremos vivir. está la luz de esa realidad que nosotros podemos entender algunas declaraciones del salmista en el salmo 119 por ejemplo en el versículo 67 versículo 67 antes que fuera yo humillado descarriado andaba más ahora guardo tu palabra él lo ve como una bendición hermano no es verdad que muchas veces estamos en medio de la prosperidad y todo está en paz y nosotros entonces poco a poco comenzamos a deslizarnos, poco a poco comenzamos a tomar el cristianismo no tan en serio y de repente ¡pum! ¡una aflicción! ¿Qué opera eso en la vida del creyente? ¡Ay Señor, por favor, ayúdame! Antes que fuera yo humillado, descarriado andaba, ahora guardo tu palabra. Versículo 71 bueno me es haber sido humillado para que aprenda tus estatutos qué perspectiva señor tengo que reconocer fue bueno para mí fue doloroso fue difícil pero qué bueno ha sido qué bueno versículo 75 conozco ojo va que tus juicios son justos y que conforme a tu fidelidad me afligiste Ese efecto es interesante porque en el Salmo, el salmista habla mucho de sus enemigos. Sin embargo, él estaba viendo por encima de sus enemigos, por encima de esas personas de carne y hueso, que le estaban haciendo la vida imposible. Este hombre estaba viendo al Dios soberano. Tú, Señor, en tu fidelidad me afligiste. Tú sabes por qué lo ha permitido. Tú sabes por qué permitiste que esa aflicción o que ese individuo me afligiera de esa manera. ¿Saben qué es esto, mis amados hermanos? Lo que está haciendo el salmista aquí. Aplicando su teología. Aplicando su teología. Este hombre sabía que Dios es bueno, que Dios es fiel, que Dios es bondadoso, que Él es misericordioso, que Él es compasivo, que Él sabe lo que hace y por qué lo hace. ¿Por qué no confiar, entonces, en medio de la aflicción, aún en esos momentos cuando nosotros no entendemos lo que Él está haciendo? Eso fue lo que Job entendió finalmente, que Dios es confiable. Aunque nosotros no podamos entender plenamente qué es lo que Él está haciendo, Él está obrando en nosotros y más que eso, hermanos, Él está obrando también a través de nosotros en la vida de otros en medio de nuestras aflicciones. Es impresionante ver cómo Dios trae una aflicción por aquí y cómo Dios a través de esta aflicción está haciendo una obra en muchísimos otros lugares. a través de la persona que está siendo obligada. Él sabe lo que le está haciendo. Él sabe lo que le está haciendo. Y el fin de su obra, como yo decía hace un momento, no es otra cosa que hacernos cada vez más semejantes a nuestro bendito, precioso, maravilloso Señor Jesucristo. Romanos 8, 28. Sabemos que a los que aman a Dios todas las cosas le ayudan a bien. Esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo. He ahí el bien. He ahí el bien al que contribuyen todas las cosas que Dios permite en nuestra vida. Si esa obra no es indolora, esa obra no es indolora, nosotros tenemos demasiadas imperfecciones, nosotros somos un saco de debilidad, Hacernos semejantes a Cristo va a doler. Pero esa es una buena obra. Y cuando nosotros seamos cada vez más semejantes a Cristo, seremos cada vez más felices. C.S. Lewis escribió una obra que pienso personalmente que fue una de sus mejores obras. Se llama El problema del dolor. El problema del dolor. Y oigan la explicación que él da acerca del dolor en la vida del creyente. Él hace esta analogía. Con un boceto hecho distraídamente para entretener a un niñito, el artista no se tomaría mucha molestia. Sería capaz de dejarlo a medio terminar, aunque no representara exactamente lo que pretendía ser. Pero en el gran cuadro de su vida artística, aquella obra que él ama tan intensamente como un hombre ama a una mujer, el mismo artista se tomaría molestias interminables y, por lo tanto, causaría interminables molestias a su pintura si ésta fuera sensible. Podemos imaginar a una pintura sensible que después de haber sido borrada, raspada y recomenzada por décima vez, desearía haber sido un simple dibujito que quede terminado en un solo minuto. Del mismo modo, es natural que deseemos que Dios hubiera determinado para nosotros un destino menos glorioso y menos arduo, pero en tal caso no estaríamos pidiendo más amor, sino menos. Hermanos, Dios se ha propuesto hacer de ti una obra maestra. Ese es su plan. Él tiene el cincelo en mano. Hermanos, gloria a Dios por eso. Gloria a Dios por eso. Bueno nos es haber sido humillados. Sí, Señor, fue bueno. Fue bueno, Señor, gracias. por no dejarme a expensas de mi propia estupidez. Gracias por no dejarme a expensas de mi propia necedad. ¡Gracias, Señor! ¡Gracias, Señor! Gracias por haberme corregido. Queridos hermanos, nuestro Dios es bueno y misericordioso, y Su sabiduría es infinitamente superior a la nuestra. Nosotros podemos descansar confiados en Su amor, podemos descansar confiados en el plan que Él ha trazado para nuestras vidas, porque nosotros nunca hubiésemos podido inventar un plan mejor. Nunca. Nunca. Y cuando nosotros estemos en Su presencia, Nosotros veremos sorprendidos cómo Dios usó cada una de las aflicciones y dificultades que vinieron a nuestras vidas de este lado del cielo y entonces le alabaremos con gozo por cada una de ellas. Ahora yo me pregunto, ¿no podemos empezar desde ahora? ¿Acaso no podemos comenzar a gozarnos en la sabiduría de Dios por la fe. Que el Señor nos ayude, hermanos, a conocerle a Él mejor, y a que aprendamos a aplicar ese conocimiento que tenemos del carácter de Dios en el momento de la prueba. Que Dios nos ayude. Vamos a orar. Padre, gracias te damos, oh Señor. ¡Qué amor tan grande! Gracias por tu sabiduría, gracias Te alabamos por tu poder, te alabamos por tu gracia, te alabamos por tu misericordia, te alabamos Señor por tu compasión. Oh Señor, alabado seas, alabado sea Cristo que dio su vida por nosotros, alabado sea este que derramó su sangre para comprarnos, alabado sea su belleza, a la imagen de la cual tú nos estás transformando, alabado seas, alabado seas. Señor mira a aquellos que están aquí sin Cristo, padre ten misericordia de ellos. Llámalos eficazmente al arrepentimiento y a la fe. Señor, ten compasión, ten compasión de los que perecen, ten compasión de los que se pierden. Señor, haz este mismo día una obra maravillosa de transformación en pecadores que están muertos en sus delitos y pecados. Dale vida, Señor, dale visión, dale su nuevo corazón, porque te lo pedimos en el nombre de Cristo. Amén.
La Obra de Dios en la Aflicción
Série Salmos Escogidos
Cuál es la obra que Dios hace en el creyente por medio de la afliccion.
Identifiant du sermon | 217082128595 |
Durée | 51:05 |
Date | |
Catégorie | Dimanche - matin |
Texte biblique | Psaume 119 |
Langue | espagnol |
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