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Una de las razones por la cual vamos a predicar el Salmo 98 es porque estamos estudiando en estos meses algunos de los libros de los Salmos y los Salmos nos muestran a Cristo. Pero el Salmo 98 tiene una particularidad y es que fue el que sirvió de inspiración a Isaac Watt para componer el himno al mundo paz. El himno que nosotros estábamos cantando, él lo compuso basado en ese Salmo. En inglés es Joy to the World, es como gozo al mundo, regocijo. en español es al mundo paz y este salmo 98 es uno del conjunto de salmos reales como le llaman que van del salmo 93 al 99 es un salmo lleno de alabanza un salmo lleno de gozo un salmo lleno de regocijo y nosotros debemos aprender a alabar a Dios de esta manera. Antes de leerlo aquí hay tres razones por las cuales debemos alabar a Dios. La primera como vamos a ver de los versículos 1 al 3 como Salvador, de los versículos 4 al 6 debemos alabarlo como Rey Y de los versículos 7 al 9 debemos alabarlo como juez. Este Salmo nos exhorta a cantar de la salvación y la victoria que Dios nos da a nosotros. Y con eso en mente quiero que leamos los nueve versículos del Salmo 98. Salmo 98, dice así la palabra de Dios. Canten al Señor un cántico nuevo porque ha hecho maravillas. Su diestra y su santo brazo le han dado la victoria, le han dado la salvación, es la idea. El Señor ha dado a conocer su victoria a la vista de las naciones, ha revelado su justicia, se ha acordado de su misericordia y de su fidelidad para con la casa de Israel. Todos los términos de la tierra han visto la salvación de nuestro Dios. Aclamen con júbilo al Señor toda la tierra. Prorrumpan y canten con gozo, canten alabanzas, canten alabanzas al Señor con la lira, con la lira y al son de la melodía, con trompetas y sonido de cuerno. Den voces ante el Rey y el Señor, ruja el mar y cuanto contiene, El mundo y los que en él habitan batan palmas los ríos, aún acanten jubilosos los montes, delante del Señor, pues viene a juzgar la tierra. Él juzgará al mundo con justicia y a los pueblos con equidad. Lo primero que vemos aquí es que nosotros debemos regocijarnos porque Dios ha revelado su salvación a las naciones y nosotros estamos llamados a alabar a Dios como salvador. Fíjense lo que dice el versículo 1, aquí hay un mandato mis hermanos, canten al Señor un cántico nuevo porque ha hecho maravillas y la pregunta que nos hacemos ¿qué es un cántico nuevo? ¿Es un mandato a componer nuevos himnos? ¿Es un mandato a aprendernos nuevos himnos? Esto puede estar implicado aquí, pero un cántico nuevo no se limita a componer o cantar una nueva canción, sino que se refiere a cantar al Señor cuando Él ha hecho algo nuevo a favor nuestro. Es a cantar al Señor cuando su gracia es manifiesta en nuestras vidas o alrededor. cuando tenemos una nueva experiencia de gracia. Y fíjense que el salmista nos dice, canten al Señor un cántico nuevo porque Él ha hecho maravillas. Y la palabra maravillas que se utiliza aquí es milagro, se utiliza para describir las obras poderosas, los milagros de Dios en las escrituras. Es una palabra que se utiliza en el Éxodo. El pueblo de Israel siempre se acordó de los grandes milagros de cuando estuvieron en el Éxodo, cuando estuvieron en ese peregrinaje, cuando Dios los rescató de la esclavitud de los egipcios, cuando los llevó a través del desierto hasta la tierra prometida. En el Éxodo vemos cómo el Señor libera a los Israelitas que estaban cautivos, cómo envió plagas milagrosas que humillaron al faraón. El faraón recuerden que era considerado un dios y él envió esas plagas. Luego de que vienen todas esas plagas Faraón deja ir a los israelitas, pero luego se arrepiente y los persigue. Y cuando los israelitas están frente al Mar Rojo, ven que detrás de ellos viene el ejército de Faraón para castigarlos, para destruirlos, para llevarlos de nuevo a la esclavitud. Pero cuando ellos intentan perseguirlo, que los israelitos cruzan el Mar Rojo. El mar cae sobre ellos y fue algo milagroso, algo maravilloso. Eso fue lo que Dios hizo para sacar a Israel de Egipto, para llevarlo a través del mar rojo, señores, a tierra seca. El mar se abrió frente a ellos. Isaías dice en Isaías 51.10, no eres tú el que secó el mar, las aguas del gran abismo, el que transformó en camino las profundidades del mar para que pasaran los redimidos. Esas maravillas deben hacer que nuestros corazones, que nuestras mentes se llenen de asombro, se llenen de alabanza a Él, nos deben llevar a cantar un cántico nuevo y eso es lo que el salmista está diciendo. Nosotros debemos alabar a Dios por las obras maravillosas que Él ha realizado y nosotros debemos acostumbrarnos a mirar la obra de Dios en nuestras vidas porque tendemos mucho a quejarnos y no vemos atrás la bendición de la salvación que Dios nos ha dado. Canten un cántico nuevo porque el Señor ha hecho maravillas y continúa diciendo su diestra y su santo brazo le han dado la victoria. El brazo del Señor fue que dio la victoria. Cuando Moisés le dice al pueblo que marchen, es porque el Señor le ha dicho a él que él iba a pelear por nosotros. O sea, quien pelea nuestras batallas es el Señor. Cuando ellos vieron a los israelitas, a mí me maravilla lo que dice en el éxodo. El Señor le dice, ustedes marchen, dile al pueblo que marche Moisés. Y Moisés le dice al pueblo, el Señor va a pelear por nosotros. Y me llama mucho la tensión que había ido delante de ellos, de Dios y los egipcios que venían a atacarlo. Sin embargo, estaba Israel y en toda la noche no se acercaron los unos a los otros, ¿por qué? porque Dios estaba peleando a favor de su pueblo. Los israelitas entran y cruzan por el medio del mar, pasan como tierra seca y ellos ese ejército es destrozado. Y ustedes saben lo que dijeron los egipcios, huyamos ante Israel porque el Señor pelea por ellos contra los egipcios. ¿Qué hicieron los israelitas? Obedecer al Señor. ¿Por qué? Porque la salvación y la victoria no es nuestra. La salvación. Por eso en el cántico de Moisés dice, tu diestra, oh Señor, es majestuosa en poder, tu diestra, oh Señor, destroza al enemigo. Y en Isaías, 52.10 se nos dice, el Señor ha desnudado su brazo. Todos los confines de la tierra verán la salvación de nuestro Dios. La idea que nos da el texto es que el Señor hizo así, mira, se remangó la manga y entonces Él obró. Su brazo, su diestra les dio la victoria. Pero no solamente eso, sino que también el Señor ha dado a conocer su victoria a la vista de las naciones, ha revelado su justicia. El Señor ha dado a conocer su salvación. Aquí No sabemos, verdad, porque fueron muchas las victorias, las obras, las liberaciones que el Señor... Y es bueno que no lo sepamos para que no estemos discutiendo acerca de esto. Pero es bueno que nosotros pensemos en las victorias, en la liberación que Dios nos dio a través de Jesucristo. La narración del nacimiento de Jesús muestra que estamos en lo correcto cuando aplicamos el Salmo de esa manera. como lo aplicó Isaac, cuando Jesús nació en Belén en cumplimiento de las profecías de Mikeas capítulo 5 versículo 2. Oigan lo que el ángel proclamó a los pastores en Lucas capítulo 2 versículos 10 y 11 y lo pueden buscar Lucas 2 10 y 11. Pero el ángel les dijo no teman porque les traigo buenas nuevas de gran gozo que serán para todo el pueblo porque les ha nacido hoy en la ciudad de David un salvador que es Cristo el Señor yo les voy a enviar un salvador a ustedes que lo libere de su mayor problema ustedes saben cuál es ese problema el pecado ese es el mayor problema que tenemos todos los hombres porque dice la escritura que todos nosotros hemos pecado que todos nosotros hemos transgredido la ley de Dios que no hay justo ni a uno que no hay quien entienda que no hay quien haga lo bueno que no hay quien busque a Dios que aún a todos nos hemos desviado de los caminos de Dios y ese pecado nos ha separado de Dios y ese pecado nos lleva a una condenación eterna Y lo más malo es que no hay nada bueno en nosotros, no hay ninguna obra que podamos hacer para agradar a Dios. ¿Y qué podemos hacer entonces? ¿Hay alguien en el mundo que nos pueda ayudar? No, no lo hay, pero sí hay alguien en los cielos que nos puede ayudar y ese es Jesucristo. En la nueva traducción viviente en Romanos 3, 24 dice lo siguiente, sin embargo, Con una bondad que no merecemos, Dios nos declara justos por medio de Jesucristo, quien nos liberó del castigo de nuestros pecados. Pues Dios ofreció a Jesús como el sacrificio por el pecado. Las personas son declaradas justas a los ojos de Dios cuando creen que Jesús sacrificó su vida al derramar su sangre. Y ese sacrificio muestra que Dios actuó con justicia cuando se contuvo y no castigó a los que pecaron en el pasado. Él envió a su hijo a morir en la cruz del Calvario por nuestros pecados. Dios nos ha librado, mis hermanos, de la presencia, perdón, del poder del pecado. Nos libró de la pena del pecado, del castigo que el pecado llevaba. Nos ha dado poder para vencer el pecado y algo más. Seremos liberados de la presencia del pecado cuando seamos glorificados. Miren algo. Hay un enemigo que todos nosotros tememos. ¿Cuál es ese enemigo? La muerte. La muerte. No sabemos o no sabíamos qué iba a ser de nosotros. Si teníamos conciencia que íbamos camino a una condenación eterna, no sabíamos lo que podíamos hacer para ser salvos. Pero ahora en Cristo, cuando llegue ese enemigo, nosotros resucitaremos de entre los muertos y estaremos en la presencia de Dios, porque ya Jesucristo obtuvo la victoria en la cruz del Calvario. Por eso Pablo dice, cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita, devorada ha sido la muerte en Victoria. Y por eso él dice, ¿dónde está o muerte tu victoria? ¿Dónde o sepulcro tu aguijón? Y continúa diciendo, pues el pecado es el aguijón que termina en muerte y la ley le da al pecado su poder, pero gracias a Dios que Él nos da la victoria sobre el pecado y la muerte por medio de Jesucristo. Yo le voy a dar un Salvador, Cristo el Señor. Él pagó en la Cruz del Calvario por nuestros pecados. Él nos libró de la penalidad del pecado. Él nos da el poder para vencer el pecado en nuestras vidas. Llegará el día que estaremos en su presencia y seremos liberados también de la presencia del pecado en nuestras vidas. Y mientras estemos en este mundo, No importa lo que venga, no importa lo que nos pase, ya Dios nos dio la salvación en Jesucristo. Hermanos, al aplicar el Salmo 98 a la obra de liberación de Cristo, no hay un mayor milagro de liberación o de salvación que cuando nacemos por la gracia de Dios y cuando nuestros pecados son perdonados. Miren lo que profetizó Zacarías hablando de su hijo, Juan el Bautista, quien prepararía el camino del Señor, el Mesías, cuyo papel sería para dar a su pueblo el conocimiento de la salvación por el perdón por su pecado. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios con que la aurora nos visitará desde lo alto para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pies por el camino de paz. Al mundo paz nació Jesús. Nosotros debemos cantar un cántico nuevo por la obra de redención y de salvación que realizó nuestro Señor Jesucristo en la cruz del Calvario. En su amor por nosotros, Él dejó su trono en los cielos. Él vino y se encarnó y nació de una virgen, vivió una vida perfecta y murió en la cruz del Calvario por nuestro pecado, por nosotros que éramos sus enemigos, que lo odiábamos, que estábamos en oscuridad espiritual, que estábamos en juicio y en muerte. Ustedes saben que en Apocalipsis 5 los cielos se canta un cántico nuevo. Vayan conmigo allí en el capítulo 5 versículos 9 y 10. Ese cántico nuevo que se canta allí. Y dice, y cantaban un cántico nuevo diciendo, digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos porque tú fuiste inmolado. y con tu sangre compraste para Dios a gente de toda tribu, lengua, pueblo y nación, y los has hecho un reino y sacerdote para nuestro Dios y reinarán sobre la tierra". Nosotros sí podemos cantar ese cántico nuevo en nuestros corazones. Nosotros sí podemos decir al mundo paz, porque ya hemos entregado nuestras vidas al Señor, porque ya nos hemos arrepentido de nuestros pecados, porque hemos confiado en Cristo y sólo en Él para salvación. Ahora, yo quiero destacar dos aplicaciones aquí. Fíjense que cuando los egipcios perseguían al pueblo de Israel y están frente al Mar Rojo, el Señor les dice, marchen, que el Señor va a pelear por ustedes. ¿Y quién peleó por el pueblo de Israel? El Señor. El Señor envió a Jesucristo, que murió en la cruz del Calvario. ¿Por quién? Por nosotros, por nuestros pecados. Entonces, de aquí aprendemos que la salvación no es el fruto de ningún esfuerzo humano, sino del gran poder de Dios. Y alabado sea el Señor por eso. Si requiere el brazo santo de Dios, entonces Él no necesita nuestros pequeños esfuerzos para ayudarlo. ¿Por qué? Porque el poder, la victoria y la salvación es de Dios y no de nosotros. Ahora, lo que nosotros sí debemos entender, como Pablo ora en Efesios, cuál es la extraordinaria grandeza de su poder para con nosotros, los que creemos conforme a la eficacia de la fuerza de su poder porque ese poder obró en Cristo cuando le resucitó de los muertos y lo sentó a su diestra en los lugares celestiales y ese fue el poder que Dios utilizó para rescatarnos del reino de las tinieblas en la cual nos encontrábamos bajo el dominio del maligno, y para trasladarnos al reino de la luz de su Hijo amado, en quien tenemos redención, el perdón de nuestros pecados. Hermanos, la salvación es un asunto del poder de Dios. Y si es del poder de Dios, nosotros tenemos esperanza. porque dice que todo aquel que viene a mí yo no lo echo fuera, no importa cuál haya sido tu vida, no importa tu pecado, no importa tu maldad, si tú miras a Cristo en la cruz confiando en Él para salvación serás salvo. Pero le voy a decir algo más, si ese brazo poderoso de Dios nos salvó entonces ese Dios poderoso nos va a cuidar, nos va a sustentar y nos va a guiar hasta que el día que estemos en su presencia. ¿Cuál es tu temor entonces? Dios está con nosotros, Dios nos está guiando, Dios nos está sosteniendo no importa lo que venga a nuestras vidas. Vayan conmigo a Juan capítulo 6 versículo 39 Juan 6, 39 y 40, y leo, y esta es la voluntad del que me envió, que de todo lo que Él me ha dado, yo no pierda nada, sino que lo resucite en el día final. Versículo 40, porque esta es la voluntad de mi Padre, que todo aquel que vea al Hijo y cree en Él, tenga vida eterna, y yo mismo lo resucitaré en el día final. ¿Qué lo está diciendo Cristo aquí? Mira, de todas las personas que el Padre me ha dado, ni una sola se va a perder. que todo aquel que ve al Hijo y cree en Él tiene vida eterna. O sea que nosotros estamos seguros en la promesa de Dios. ¿Por qué? Porque el mismo Cristo nos cuida, nos guarda y nos resucitará en el día final. Por eso Pablo dice, yo estoy convencido de algo, que el que comenzó en ustedes la buena obra la perfeccionará hasta el día de Jesucristo. nosotros podemos estar en paz no importa lo que pase nosotros tenemos un salvador poderoso que es nuestro buen pastor por eso él dice en Juan mis ovejas oyen mi voz y yo la conozco y me siguen yo les doy vida eterna y no perecerán jamás y nadie las arrebatará de mi mano mi padre que me las dio es mayor que todos y nadie las puede arrebatar de la mano del padre Tú y yo hemos sido comprados con la sangre de Cristo como vimos, entonces nada ni nadie nos puede separar del amor de Dios que es en Jesucristo. Para que Dios nos suelte a nosotros, hermanos, tendría que soltar a Cristo y eso es imposible. ¿Por qué? Porque Dios el Padre, Jesucristo el Espíritu están comprometidos en cuidar y preservar a sus ovejas. Ustedes quieren mayor motivo de regocijo que tener un Salvador como el que nosotros tenemos. Pero no sólo eso, nos ha dado también su divino poder para que podamos llevar vidas de piedad como debemos llevar. Por eso tenemos razones para cantar un cántico nuevo. Ustedes ven. porque Dios ha hecho maravillas, su diestra y su brazo nos han dado la victoria. El Señor ha dado a conocer su salvación, pero fíjense lo que dice ahí en el versículo 2, en la segunda parte, ha dado a conocer su salvación, su victoria, a la vista de las naciones ha revelado su justicia. A la vista de las naciones que no conocían a Dios, las naciones que no eran judíos sus obras maravillosas fueron tan grandes que las naciones pudieron conocerla y miren lo que dice en el versículo 3 que esa salvación de Dios ha sido revelada porque se ha acordado de su misericordia y de su fidelidad para con la casa de Israel todos los términos de la tierra han visto la salvación de nuestro Dios Dios ha sido misericordioso mis hermanos Dios ha hecho un pacto con su pueblo y Dios no se va a volver atrás de hacernos bien Dios es verdadero, Él no va a violar sus promesas Dios hizo un pacto con Abraham y le dijo en ti van a ser benditas todas las familias de la tierra y esa promesa no se ha ido mis hermanos no se ha ido Dios está ahí obrando en nuestras vidas. Cristo es de esa simiente y Cristo vino y murió en la cruz del Calvario por nuestros pecados para llevarnos a Dios. Cristo fue hecho maldición. ¿Por qué? Para satisfacer la justicia de Dios, para pagar la pena del pecado que tú y yo debimos haber pagado. Dios levantó un salvador. Y Dios, mis hermanos, va a cumplir esas promesas porque Dios es fiel, porque Dios es fidedigno, porque Dios es digno de confianza. Entonces, esa primera estrofa de este Salmo nos muestra que debemos regocijarnos porque Dios es nuestro Salvador. Debemos regocijarnos porque ese Dios justo, amoroso y fiel ha revelado su salvación a las naciones a través de Jesucristo. Pero en segundo lugar, se nos dice cuál debe ser la respuesta apropiada que debemos dar a la obra de salvación de Dios. Y eso es lo que nos dice de los versículos 2 al 4, Se nos dice, aclamen con júbilo al Señor toda la tierra, prorrumpan y canten con gozo, canten alabanzas, canten alabanzas al Señor con la lira, con la lira y al son de la melodía, con trompetas y sonido de cuerno, den voces, ¿ante quién? Ante el Rey y Señor. Dios es Rey, Y nosotros debemos regocijarnos ante la presencia de ese Rey. Nosotros debemos regocijarnos por la obra que ese Rey realizó en Jesucristo. Nosotros debemos gozarnos por el perdón de nuestros pecados. Nosotros debemos gozarnos por la salvación que hemos recibido en Cristo. Y aquí nos dice que debemos regocijarnos en la presencia de ese Rey. Y esas palabras aclamen con júbilo al Señor. Miren, eso es gritar, es vocear, es proferir un fuerte grito de alegría. Y dice que toda la tierra debe aclamar con júbilo al Señor, que debemos prorrumpir y cantar con gozo, de tal manera que sea oída. oído por otras personas. Miren mis hermanos, cuando entraba a una ciudad un rey victorioso, todo el mundo salía a la calle y aclamaban a ese rey y era algo increíble el sonido, la bulla, los gritos de las personas alabando a ese rey. Y aquí se nos dice que debemos alabar a Dios de esa manera, con ese gozo, con esos aplausos si podemos decirlo así. Usted ha ido a un juego de baloncesto, de béisbol, un juego de béisbol, noveno in, dos out, su equipo bateando, tres hombres en base y cuando da ese batazo que entra en esa carrera, que se gana el juego, ¿qué es lo que uno hace? Uno se pone histérico, Usted no lo hace así, aunque sea frente al televisor. Uno hace una bulla, ¿por qué? Porque tiene gozo, regocijo. Cuanto mayor regocijo debemos tener nosotros en la presencia de Dios. Eso es lo que debemos ver aquí. Canten alabanzas al Señor con la lira, con la lira y al son de la melodía, con trompetas y sonido de cuerno, den voces ante el Rey, el Señor. Hermano, esto nos enseña que la adoración no se trata de nosotros. Nosotros debemos regocijarnos porque venimos aquí a adorar al Rey de Reyes y al Señor de los Señores. Y le cantamos alabanza y reconocemos quién Él es y lo que Él ha hecho por nosotros. Y eso es algo que debemos tener en mente continuamente para tener una adoración que agrade al Señor. Toda la tierra Debes regocijarse y cantar alabanzas al Señor como Rey. Ahora, tú no puedes cantar alabanzas al Rey si tu corazón está en rebelión hacia Él. Tú no puedes cantar alabanzas al Rey si tú no lo conoces porque no has ido a los pies de Cristo arrepentido por tus pecados. Tú no puedes cantar alabanzas al rey si tú no tienes una comunión experimental día a día con ese rey, leyendo su palabra, orando en su presencia, estudiando las escrituras, meditando en ellas, memorizando la palabra. Hermanos, lo que ocurre aquí el Día del Señor no es más que el fruto de lo que nosotros hacemos en nuestros hogares cada día. Cuando tenemos nuestros corazones llenos del Señor, que hemos pasado una semana alabándolo a Él, aquí se ve el fruto de esa alabanza. Amén. Dios, debemos gozarnos porque Dios es nuestro Salvador. Debemos gozarnos porque Dios es nuestro Rey. Pero miren lo que dice a partir del versículo 7. Ruja el mar y cuánto contiene el mundo y los que en él habitan. Batan palmas los ríos, aún acanten jubilosos los montes. Ahora la pregunta es, ¿por qué toda la creación canta y alaba al Señor? Miren lo que dice el versículo 9. Delante del Señor, pues viene a juzgar la tierra. Él juzgará al mundo con justicia y a los pueblos con equidad. O sea que debemos regocijarnos porque el Señor viene a juzgar al mundo con justicia. Pero lo primero que nos dice es que la creación debe regocijarse porque el Señor la va a restaurar, la va a restaurar a su gloria original. Recuerden que cuando nuestros primeros padres pecaron, como vemos en Génesis 3, Dios impuso una maldición sobre la tierra. ya no produjo una cosecha abundante y va a producir con el sudor del hombre. La muerte entró en el mundo, tanto en humanos como en la vida animal. Y Dios, la palabra describe, perdón, esa creación gimiendo y sufriendo en dolores de parto. Como vemos en Romanos capítulo 3 versículo 19 en adelante. Esa creación está esperando su liberación y esa liberación plena será cuando Jesucristo regrese a la tierra. Pero aquí hay algo que nos puede llamar la atención. Regocíjate porque el Señor viene a juzgar al mundo con justicia. Hay muchas personas que no se van a regocijar. Pero el Señor viene y viene como juez. Y Él va a juzgar los males del mundo. Y Él va a arreglar todas las cosas. Y cuando el Señor venga como juez, Él va a restaurar todas las cosas, incluyendo la creación. Por razón por la cual la creación se une a ese coro de alabanza. Mis hermanos, Nosotros estamos tan acostumbrados a ver crímenes, dolores, aflicciones, abusos, malos tratos, que se nos olvida que Cristo viene. Y se nos olvida que llegará un momento cuando llegue el juez justo de toda la tierra, que no va a haber más crímenes, que no va a haber más muerte, que no va a haber más dolor, que no va a haber más aflicción, que no va a haber más abuso, que todas esas religiones falsas van a ser expuestas. que cada violación de la ley de Dios va a ser juzgada, que toda rodilla se doblará y confesará que Jesucristo es el Señor para gloria de Dios el Padre cuando regrese a juzgar a las naciones. Y aquí se nos dice que Él va a juzgar al mundo con justicia y a los pueblos con equidad. Cristo viene y viene a juzgar. y viene a juzgar con imparcialidad. Y te digo algo, aún los pecados que tú has practicado en oculto serán conocidos por Él porque Dios es omnisciente y Dios es justo y nos va a juzgar conforme a esa justicia y Él es todopoderoso y va a llevar a cabo el juicio contra el pecado Pero es un Dios de amor que ha dado una vía de escape en Jesucristo. Por eso Él envió a su Hijo a morir en la cruz del Calvario, por nuestros pecados para llevarnos a Él. Por eso Él nos ve a nosotros, Sus hijos, cubiertos con el manto de la justicia de Cristo. Y por eso nosotros nos podemos regocijar en Dios como salvador de su pueblo, como rey de toda la tierra y como el juez de las naciones. Pero ese gozo también es sólo para aquellos que se han sometido voluntariamente al rey. O sea que eso no va a ser un momento de alegría para todo el mundo. sino para aquellos que se han librado de ese juicio por la misericordia de Dios, porque se han arrepentido de sus pecados y confiado en Cristo como Salvador. Y si tú no lo conoces, hoy es el día aceptable, hoy es el día de salvación, hoy estamos predicando que al mundo vino la paz en Jesucristo, que vino el Salvador, que vino el Rey y que vendrá el Juez. un día. Y nosotros los creyentes en ese día nos vamos a alegrar cuando venga el Señor. Pero aquellos que no lo conocen se van a llenar de terror porque rechazaron al Rey de Reyes y al Señor de los Señores. Y esa es mi exhortación. Y óiganme bien niños y jóvenes que están aquí con nosotros. Cuando tú escuches cantar al mundo paz, asegúrate que la venida de Cristo sea una fuente de gozo y de alegría para ti y no una causa de miedo, de terror y de condenación. Una causa de gozo para ti porque has entregado tu vida al Señor. En conclusión, ¿de qué se trata realmente ese himno, gozo al mundo o al mundo paz. Al mundo paz, ¿por qué? Porque Dios envió a Jesús al mundo para que fuera nuestro Salvador. Al mundo paz, ¿por qué? Porque Jesús es un rey bueno y justo sobre toda la creación. Al mundo paz, ¿por qué? porque Cristo regresará como Juez de las naciones y Él juzgará todo pecado, Él juzgará toda iniquidad, Él juzgará toda maldad, Él va a hacer todo nuevo, incluida la hermosa creación que hizo con el poder de su palabra. al mundo paz, el Señor vendrá, el Señor vino, el Señor volverá y nosotros debemos recibir al Rey de Reyes en nuestros corazones ahora para que cuando Él venga estemos con Él por toda la eternidad. Al mundo paz nació Jesús, nació ya Nuestro Rey, el corazón ya tiene luz Y paz su Santa Grey, y paz su Santa Grey Al mundo paz el Salvador en tierra reinará Ya es feliz el pecador, Jesús perdón le da Jesús perdón le da, al mundo Él gobernará con gracia y con poder. A las naciones probará su amor y su poder, su amor y su poder, su amor y su poder. Al mundo paz. Alabado sea el nombre del Señor, alabado sea Jesucristo nuestro Salvador, alabado sea nuestro Rey y alabado sea ese Juez que vendrá a juzgar la tierra y alabado sea nuestro Dios por ese bendito plan de salvación que nos ha dado en Jesucristo y por el perdón de nuestros pecados. Alabado sea el Señor porque reinaremos con él para siempre como reyes y sacerdotes. Gloria a Dios, al mundo paz. Vamos a orar hermanos. Padre gracias por tu palabra Señor, gracias, gracias Señor porque nos maravillamos viendo cómo tú has obrado, cómo tú obras, cómo tú enviaste a tu Hijo Unigénito, al Rey de Reyes, al Señor de los Señores, a morir en la Cruz del Calvario por nuestros pecados, a presentar una obra de expiación, un sacrificio que fue acepto delante de ti. Y qué bueno es saber que esa paz ha venido al mundo, que hay un Salvador, que hay un Rey, pero que habrá un Juez. pero qué bueno es saber también que hemos confiado en Cristo para salvación, para el perdón de nuestros pecados y que algún día Señor estaremos en tu presencia gozando de ti para siempre. Te oramos por aquellos que están aquí en medio nuestro que no te conocen, te pedimos que tú hagas una obra de gracia y de salvación, que tú puedas traer la paz a sus corazones, que ellos puedan recibirte como su salvador, como su rey, Oh Señor para que en el día final no tengan que recibir esa palabra terrible de que irás a una condenación eterna. Oh Señor trae salvación, te lo suplicamos en el nombre de Jesús.
¡Al Mundo Paz!
Série Salmos Selectos
Identifiant du sermon | 122122536898 |
Durée | 41:00 |
Date | |
Catégorie | Service du dimanche |
Texte biblique | Psaume 98 |
Langue | espagnol |
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