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Vamos a orar, vamos a presentarnos delante del Señor, presentar este tema que está bastante interesante para nuestra edificación personal y también para nuestro crecimiento y así nosotros podemos conocer un poquito más acerca de lo que es el plan salvífico del Señor hecho en la eternidad pasada. Estemos de pie y oremos al Señor. Oremos. Padre bueno y Dios, tú que moras en las alturas de los cielos, en esta mañana nosotros alabamos y bendecimos tu nombre. Te damos las gracias, Señor, por este día, porque este es tu día, Señor, y nos alegraremos y gozaremos en él. Nos das la oportunidad de acercarnos a ti, junto a nuestros hermanos en la fe, y participar de estos dones y talentos que tú has puesto a nuestras vidas a través de los diferentes hijos tuyos y estas capacidades nos las has dado para que podamos glorificarte y exaltarte y también ser de estímulo y edificación a todos aquellos que nos rodean. Padre, descansamos en tus manos, descansamos en tus promesas, que son fieles, y suplicamos, oh Dios, que nuestros corazones estén prestos para recibir tu palabra en esta mañana. Suplicamos, Padre, que tu Espíritu Santo esté aplicando estas verdades a nuestros corazones, que nosotros seamos hacedores de ella y no tan solo oidores de la misma. Padre, da convicción de pecado a nuestras vidas, tantas veces seas necesaria para que así, oh Señor, podamos aprender en ese proceso de santificación a cada día darte mayor gloria, darte mayor honra. En tus manos nos ponemos, Señor, y suplicamos por último que nuestros nuestro intelecto, todo nuestro ser, esté el presto para recibir estas verdades y asimilarlas en nuestros corazones y que así nos lleven a ser mejores hijos tuyos. Esto te lo pedimos, padre, en el nombre de Cristo Jesús. Amén y amén. Muy bien, mis hermanos, pueden sentarse. En esta mañana nosotros comenzamos lo que es el capítulo uno del libro Vínculo Sagrado. que lleva por título La Gracia Antes del Tiempo. La Gracia Antes del Tiempo, el pacto de redención. Vamos a comenzar a hablar con este tema. Aquí nosotros estamos comenzando ya a profundizar a lo que es la materia de estudio. Ya vamos a entrar a desarrollar, a desmenuzar lo que es la teología del pacto. Y tenemos que comenzar a través del primer pacto, porque a través de él es que fluyen todos los otros. y es el pacto de redención. Es esencialmente este pacto donde Dios elabora lo que es la salvación de nuestras almas, como Dios lo hace. Sabemos que toda construcción humana, una casa, un barco, Un vehículo comienza con un plan de ingeniería y diseño técnico de la misma, de manera que eso lleva a dar forma a esa construcción. Todo comienza en un papel, en un plano. ¿verdad? Todo, todo comienza así. Entonces, de la misma manera, nuestra redención se originó, si pudiéramos decir así, en la mesa del diseño de Dios. en la mesa del diseño de Dios. Y cuando eso ocurrió, antes de la creación del mundo, ya existía un plan de enviar al Hijo como el segundo Adán para remediar los desastrosos resultados del fracaso del primer Adán. Ese primer Adán que no pudo cumplir con lo que se conoce como el pacto de obras en el Jardín del Edén y por lo tanto no pudo llevar a la humanidad a la gloria. Algo que nosotros debemos de aprender es que el plan de redención no es un plan B para arreglar el desastre que hizo nuestro padre Adán, sino que este es el plan original de la obra de Cristo y del plan de redención. Es decir, ese plan siempre existió y no es algo como que vino, ah, bueno, me falló Adán, ahora yo voy a a tener que elaborar otro plan para que no se me eche a perder lo que Adán hizo en su forma de actuar o de proceder. Entonces, en otras palabras, nosotros estamos diciendo que el plan o el pacto de redención es como la composición original de esa obra maestra del Señor que Él planificó desde la eternidad pasada, es como una obra musical y ahí en nuestros libros nosotros tenemos el ejemplo de un compositor llamado Antonio Vivaldi que compuso algo muy famoso que seguro usted lo ha oído en alguna ocasión, Las Cuatro Estaciones. Usted lo puede buscar hasta en YouTube, aparece fácilmente. Ahí él puso en esa obra maestra los diferentes, vamos a decir, sonidos que representaban las cuatro estaciones del año. Entonces, así mismo Dios también ha compuesto esa obra maestra mucho antes de que algún ser humano disfrutara sus beneficios, mucho antes, en la eternidad, pasada. Creo que ahí hay un libro para Milán Etana, se lo puede entregar. Sin embargo, mis hermanos, como nosotros veremos en este capítulo, y es bueno que tomamos por referencia que este capítulo lo hemos dividido en dos secciones. Esta primera sección y el próximo domingo la segunda. Entonces, el plan de Dios para nuestra salvación no era solamente un concepto, sino también un verdadero pacto entre las tres personas de la Trinidad. No fue solamente un concepto, no fue solamente un plan, sino un pacto, un acuerdo. Un acuerdo entre las tres personas de la Trinidad. Y nosotros afirmamos que este es el primer pacto de lo que es la historia redentiva de la humanidad. Este es el primero. ¿Cuáles son los otros dos? Bueno, también tenemos el pacto de obras y también tenemos el pacto de gracia. Entonces, en las Escrituras también nosotros vemos otros pactos, pero que vienen a ser básicamente que estos otros pactos son subgrupos, o como yo le llamo, son administraciones del mismo pacto de gracia. Es decir, que solamente estamos hablando de tres pactos, pacto de redención en la eternidad pasada, pacto de obras, que fue el que Dios hizo con Adán y Pacto de Gracia, que es aquel que Dios hizo a través de, comenzando con Noé, Abraham, Moisés o el Pacto del Sinaí y David, que son administraciones, diferentes subgrupos de lo que es el Pacto de Gracia. y del cual también la Biblia nos habla a nosotros acerca del nuevo pacto, que es el pacto en el cual nosotros estamos ahora. Son administraciones del pacto de gracia, subdivisiones, subgrupos, como dice el libro, subgrupos del mismo pacto de gracia. Amén. Así que cuando Dios hace un pacto con Noé, por ejemplo, está haciendo ese pacto de gracia bajo la administración del, le decimos así, el pacto de Noé, con Noé. Cuando Dios hace un pacto con Abraham es una subadministración o una administración o un subgrupo de ese mismo pacto de gracia que Dios está haciendo con Abraham, con Moisés, con David y el nuevo pacto. Entonces acá nosotros vamos a hablar solamente del primer pacto, el pacto de redención, que el próximo domingo lo vamos a concluir. Nosotros afirmamos, y también nuestros libros lo afirman así, que el pacto de redención es el origen y el fundamento firme del pacto de gracia. El pacto de redención es el origen y el fundamento firme del pacto de gracia. Porque sin ese pacto, el pacto de redención, no habría elección, es decir, no nos elegiría Dios, no habría encarnación del Hijo, no habría resurrección del Hijo, ni tampoco habría ninguna promesa para nosotros del cielo. En pocas palabras, no habría salvación de los pecadores. Eso es lo que nosotros debemos de entender. No habría salvación de los pecadores. Entonces, es único este pacto en su clase, principalmente porque fue concertado entre las tres personas de la Trinidad. Los otros pactos fueron concertados entre Dios y el ser humano, los demás. Pero el pacto de redención, este que estamos tratando, fue concertado por las tres divinas personas de la Trinidad. Es un pacto entre el Padre, entre el Hijo y el Espíritu Santo, con el propósito de redimir a los elegidos de Dios. El Padre le dio al Hijo aquellos que Él eligió salvar y le mandó que efectuara la salvación de ellos por medio de esa vida obediente de Cristo, por medio de esa muerte expiatoria como el segundo Adán. Y también le prometió al Hijo el Padre una recompensa cuando el Hijo completara su obra. El Hijo aceptó el regalo del Padre, estuvo de acuerdo con las condiciones de este pacto y se sometió a la voluntad del Padre. ¿Y el Espíritu Santo qué hizo? ¿Qué hizo el Espíritu Santo? El Espíritu Santo, muy bien, prometió aplicar los beneficios ganados por el Hijo a los elegidos y unirlos al Hijo para siempre. Entonces, de ese modo, decimos que el pacto de redención es un pacto intratrinitario, dentro de la Trinidad, dentro de la Trinidad, entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Otra cosa que hace peculiar este pacto, y que lo hace único en su clase, es precisamente porque fue establecido antes del tiempo. antes del tiempo. Todos los demás pactos que vamos a ver fueron hechos en el tiempo, en la historia. Pero este pacto de redención fue realizado en la eternidad, antes de la fundación del mundo, antes de la fundación de todas las cosas temporales. Por eso nosotros decimos que es un pacto pretemporal, antes del tiempo, antes de que existiera el tiempo se hizo este pacto. Entonces, detrás de todos esos pactos, como ustedes pueden ver, también están esas diferentes administraciones del Pacto de Gracia. El con Adán, Noé, Abraham, o mejor dicho, Noé, Abraham, Israel, con el caso de Moisés en el Sinaí, David, y también está lo que es el nuevo pacto, como le dije hace un ratito, que es bajo el cual nosotros estamos actualmente. Entonces ese pacto de redención es la base, el propósito de toda la historia de redención. Ese es el propósito de Dios. De toda la historia de redención está basado en ese pacto. nosotros lo podemos definir como ese pacto establecido en la eternidad entre el padre que da al hijo para ser el redentor de los elegidos y le manda que cumpla las condiciones para la redención de los elegidos y el hijo quien voluntariamente acepta cumplir estas condiciones y el Espíritu Santo quien voluntariamente aplica la obra del Hijo a los elegidos. Ahí es que está la obra. ¿Usted me lo podría explicar cómo funciona el pacto de redención? ¿Puede leerlo? Ahí está. ¿Cómo lo podría usted explicar en sus propias palabras? Vamos a ver. ¿Quién se anima? Con sus propias palabras. Wendy. Yo le explico mi palabra. Sí, sí. Sí, exacto. Ahí yo entiendo lo que hizo Jesús. Él vino por medio de un pacto. Así es. Exacto. Exacto. Pero eso tiene que ver con el nuevo pacto. El pacto de redención es en la eternidad. Ya ahí no juega ningún papel el hombre. Entonces, en pocas palabras sería, Dios, el Padre, establece que ha de ofrecer salvación a los que Él quiera bajo la condición de que el Hijo viviera en obediencia en esta tierra y muriera por los pecados de esos elegidos. Y el Espíritu Santo se encargaría de aplicar esas verdades al corazón de los elegidos. Ese es el plan de redención, el pacto de redención. Y entonces el hijo, obediente a eso, acepta esa determinación del padre, se somete al padre y viene y se encarna, vive una vida perfecta, muere, resucita y entonces el padre, en base a la obediencia de Cristo, le dice como lo veremos más adelante, me estoy adelantando un poquito, le ofrece entonces la recompensa por haber logrado cumplir con eso. Es ese pacto que ocurre entre las tres divinas personas. Dios el Padre, se lo voy a repetir, Dios el Padre determina salvar a los elegidos que Él ha de crear más adelante, encomienda al Hijo a venir, vivir una vida perfecta, morir y resucitar por los elegidos. Y el Espíritu Santo se encarga de aplicar esas verdades, o en otras palabras, de traer a salvación a los elegidos. Ese fue el plan que ellos hicieron. Esa es la maqueta, ese es el plano del plan de salvación. Desde la eternidad pasada, ellos lo hicieron así. Ahora bien, algo que es bueno que nosotros entendamos es que en la Biblia no existe el término pacto de redención, pero también nosotros tenemos otras doctrinas claves que no son mencionadas por ese mismo nombre, por su mismo nombre con que nosotros la conocemos, como por ejemplo la Trinidad. La Biblia no habla de la Trinidad como tal, pero sí sabemos por la palabra que hay pasajes bíblicos que se refieren a la Trinidad sin usar el nombre. De igual forma, el pacto de redención no se menciona específicamente en las Escrituras con el nombre. Pero sí tenemos, sí tenemos pasajes bíblicos que hacen referencia a ese pacto de redención que hicieron las tres divinas personas de la Trinidad en la eternidad pasada. ¿Alguna pregunta hasta ahora? ¿Están claros lo que es el pacto de redención? Es algo que se hizo en la eternidad, antes de que existiera el tiempo, es atemporal o pretemporal, antes de existir el tiempo, el hombre no participó allí, solamente las tres divinas personas de la trinidad acordaron hacer ese pacto y cada uno jugar un papel en ese pacto de redención. Entonces la promesa que Dios da en Génesis capítulo 3 15 de que pondría enemistad entre la simiente de la mujer y la serpiente y que la serpiente heriría a la simiente en el talón y que la simiente de la mujer aplastaría la cabeza de la serpiente, se va revelando ese propósito eterno de Dios, progresivamente en todo el Antiguo Testamento, cómo ha de ocurrir eso, cómo la simiente de la mujer va a aplastar la cabeza de la serpiente, y cómo la serpiente va a herir en el talón de la simiente de la mujer, cómo lo heriría, eso se va se va se va manifestando, se va dando a través de todo el Antiguo Testamento hasta que se cumple en la persona y la obra de Cristo. Entonces, allí en el Nuevo Testamento nosotros vemos con claridad que esa relación entre el padre y el hijo tiene la naturaleza de un pacto que involucra también una recompensa prometida al hijo por su obediencia a las condiciones prescritas. Amén. Esa promesa ahí en Génesis 3, 15, eso se le conoce como el protoevangelio, es decir, la promesa de que la simiente de la mujer, ¿cuál es la simiente de la mujer? El hombre. ¿Usted? ¿Yo? No, es Cristo. si es es cristo es esa promesa que se está haciendo allí cuando adán y eva pecan dios ya está prometiendo un salvador allí es que comienza entonces vamos a ver usted ve que hasta ahora no hemos ido a la biblia nosotros tenemos que irnos a la biblia para ver algunos pasajes bíblicos que nos muestran lo que es el pacto de redención algunos pasajes bíblicos y en eso nos vamos a quedar el día de hoy y el próximo domingo tendremos uno o dos pasajes bíblicos más y entonces veremos algunas aplicaciones el próximo domingo si Dios quiere yo le invito por favor a que vaya conmigo al libro de los salmos cuarenta salmos cuarenta Ustedes lo tienen ahí en sus libros, ¿verdad? Así que ustedes pueden irlo buscando, pero vamos a irlo leyendo junto. Salmo 40, verso 6 al 8. Dice así, sacrificio y ofrenda de cereal no has deseado, me has abierto los ojos. Holocausto y ofrenda por el pecado no has pedido. Entonces dije, aquí estoy, en el rollo del libro está escrito de mí. Me deleito en hacer tu voluntad, Dios mío. Tu ley está dentro de mi corazón. Este salmo revela una relación de pacto que involucra obediencia y recompensa entre el padre y el hijo. ¿Por qué lo decimos así? Porque David, que es el autor humano de este Salmo, comienza describiendo cómo Dios lo rescató de un pozo cenagoso. Allí lo dice, me sacó del hoyo de la destrucción del lodo cenagoso, el verso 2, versos 1 y 2, allí está. Entonces, David alaba a Dios por su salvación y declara y declara que el que confía en el Señor es bienaventurado. Eso lo vemos en el verso 3 al 5. Puso en mi boca un cántico nuevo, un canto de alabanza a nuestro Dios. Muchos verán esto y temerán y confiarán en el Señor. Cuán bienaventurado es el hombre que ha puesto en el Señor su confianza y no se ha vuelto a los soberbios ni a los que caen en falsedad. Muchas son, Señor Dios mío, las maravillas que tú has hecho y muchos tus designios. Nada para con nosotros. Nadie hay que se compare contigo. Si los anunciara y hablara de ellos, no podrían ser enumerados. Después, en los versículos seis al ocho hace una declaración intrigante, como dice nuestro libro acerca de la relación correcta entre el Señor y la persona que confía en el Señor. Y eso es lo que nos dice allí los versos seis al ocho que lo hemos leído. Y aquí nosotros vemos que no es en los sacrificios de animales que Dios se deleita, sino en que se obedezcan sus mandamientos. Entonces aquí nosotros podemos afirmar algo, que el sacrificio de animales cumplía con un objetivo más allá del sacrificar el animal. Eso es lo primero. No era solamente el sacrificar el animal, sino lo que estaba simbolizado detrás de esto. Pero, aunque David escribió este Salmo, nosotros tenemos que irnos al libro de Hebreos, porque el libro de Hebreos explícitamente identifica estos versículos 6 al 8 con Cristo. En Hebreos capítulo 10, versos 5 al 10. ¿Lo tenemos? 5 al 10 nos dice, Por lo cual, al entrar Cristo en el mundo dice, oiga bien, el autor de los hebreos está aplicando aquí, presenta los mismos versos del Salmo 6 al 8. Oiga bien, dice, sacrificio y ofrenda no has querido, pero un cuerpo has preparado para mí. En holocaustos y sacrificio por el pecado no te has complacido. Entonces dije, aquí estoy, yo he venido, en el rollo del libro está escrito de mí para hacer o Dios tu voluntad verso 8 habiendo dicho anteriormente sacrificios y ofrendas y holocaustos y sacrificios por el pecado no has querido ni en ellos tú te has complacido los cuales se ofrecen según la ley, entonces dijo, he aquí yo he venido para hacer tu voluntad. Él quita lo primero para establecer lo segundo. Por esa voluntad hemos sido santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo ofrecida una vez para siempre. Entonces ahí nos dice que los sacrificios de animal eran algo inadecuado y el escritor a los hebreos dice que Cristo vino al mundo para hacer la voluntad del Padre. Entonces, esos versos, sí. Estamos en hebreo 10, 5 al 10. Cuarenta seis, seis al ocho, así es, así es, muy bien, gracias por la corrección. Entonces, el Salmo cuarenta seis al ocho, es, son esencialmente las palabras fieles de Cristo al Padre, al autosometerse a las condiciones del pacto de redención, porque el libro de Hebreos nos dice que esos pasajes bíblicos están hablando de Cristo Jesús. Por esa razón el autor a los hebreos enfatiza por esa voluntad en el verso 10 hebreos 10 10 por esa voluntad hemos sido santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo ofrecida una vez para siempre. Entonces, debido, mis hermanos, a que Cristo cumplió la voluntad del Padre, a través de lo que nosotros llamamos obediencia activa, Él nos ha salvado y reconciliado con el Padre. Él satisfizo, Dios, Cristo, satisfizo las condiciones del pacto de redención y, consecuentemente, se ganó esa recompensa prometida. Ese es el primer pasaje bíblico que nosotros vemos allí. que se aplica precisamente a Cristo Jesús. No estamos haciendo una interpretación aérea del Salmo 46 al 8, sino que el Libro de Hebreos confirma que esos versos no se refieren al Rey David, sino que se refieren a Cristo Jesús. Tenemos otro Salmo. ¿Cuál es el que sigue? El Salmo 110, que se cita frecuentemente en el Nuevo Testamento. Allí el salmista anuncia de antemano lo que es la exaltación y el reinado de Cristo. Ahí lo describe a Cristo como recibiendo la recompensa por su obediencia activa. Se sienta a la diestra del Padre. Eso lo vemos en el verso 1. Dice el Señor a mi Señor, siéntate a mi diestra hasta que ponga tus enemigos por estrados de por estrado de tus pies. Y el verso dos nosotros vemos cómo él gobierna en medio de sus enemigos. Tú dices así el Señor extenderá desde Sion tu poderoso cetro diciendo domina en medio de tus enemigos. Tienen el libro ahí atrás. Sí, pueden ir buscando la Biblia, por favor, para que vayamos siendo teniendo la base bíblica. Búsquenlo todo lo que está en su Biblia, por favor. Todo lo que estamos mencionando, trate de buscarlo rápidamente o póngale un cotejo al pasaje bíblico para que sepamos, tengamos base bíblica. No es solamente algo. Ah, bueno, lo dijo el pastor y yo lo creo. No, nunca crea lo que el pastor dice si no tiene una base bíblica. Entonces. Ahí en el verso 2 habla acerca de cómo el gobierno en medio de sus enemigos. Sin embargo, el salmista también describe el juramento del padre al hijo en el verso 4. El señor ha jurado y no se retractará. Cómo dice? Muy bien. Entonces nosotros vimos en la introducción de este libro que el hacer juramentos es un aspecto importante de los pactos en todas las escrituras. Nosotros tenemos el caso del pacto con Abraham y con Moisés que fueron sellados con juramentos. Y lo mismo también nosotros lo podemos ver en lo que es el pacto de redención en este verso 4. El Señor ha jurado y no se retractará. Entonces eso hace sobresalir lo que es el carácter obligatorio de este pacto debido al juramento. Él ha jurado y lo ha de cumplir. Ese pacto ha sido sellado con ese juramento y Cristo ha sido designado como el sacerdote mediador para los elegidos. Se le ha dado ese privilegio y volviendo de nuevo a Hebreo, por favor. Allí también nosotros vemos como el autor del libro de los hebreos en el capítulo 7. Compara a Cristo con Melquisedec a fin de persuadir a la audiencia primaria del siglo I de que Cristo tenía el derecho legítimo de ocupar el sacerdocio, aunque Cristo no dependía, no descendía de la tribu de Levi, que eran los que heredaban el sacerdocio, sino que Cristo descendía de la tribu de Judá. Entonces, por lo tanto, él dice, este sacerdocio no tiene que ver con el sacerdocio levítico, con el sacerdocio que en aquel entonces, en aquel primer siglo todavía estaba vigente. Este sacerdocio de Cristo es un sacerdocio mayor. ¿Por qué? Porque desciende del sacerdocio de Melquisede. Y el capítulo 7, usted lo puede ver ahí con detenimiento, verá cómo habla solamente acerca del sacerdocio de Melquiseded, la grandeza de Melquiseded y Cristo sacerdote para siempre. Entonces, en Hebreos 7, 17, nosotros podemos ver cómo el escritor a los hebreos aplica lo que dice el Salmo 114, verso 17, 7.17 de Hebreos, mire como dice, pues de Cristo se da testimonio, tú eres sacerdote para siempre, según el orden ok y después más adelante él resalta el hecho de que este nombramiento al oficio del sacerdote se hizo con un juramento verso 20 al 21 y por cuanto no fue sin juramento pues en verdad ellos llegaron a ser sacerdotes sin juramento pero él por un juramento del que le dijo el señor ha jurado y no cambiará tú eres sacerdote para siempre ahí lo está confirmando Ahora, ¿cuándo ocurrió este evento? ¿Cuándo Dios el Padre le dijo al Hijo, vamos a hacer esto? Nosotros no lo sabemos en la historia cuándo esto ocurrió. La Escritura no revela ningún pasaje en particular que nos diga, esto fue momentos antes de crear al hombre. No lo revela. O esto fue en el momento que David escribió esto, como dice el verso 28, no mis hermanos, no está haciendo referencia a eso, lo que está haciendo referencia es que esa palabra de juramento que Dios había hecho, al Hijo de hacerlo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec. Esa palabra del juramento fue revelada en los días de David. Fue revelada en los días de David. El Padre hizo este juramento al Hijo en la eternidad pasada, pero fue revelada en los días de David y por esa razón nos quedó el Salmo 110. Amén. No está especificando de que eso ocurrió en ese momento, por si acaso, porque alguien pudiera decir. Otro pasaje bíblico que podemos ver acerca de lo que es el pacto de redención es Isaías 53, que es una profecía acerca del siervo sufriente. Y allí nosotros podemos ver esa relación que existe entre el padre y el hijo con respecto a la redención de los pecadores. Y esa relación es una relación de pacto. Tenemos que comenzar cuando dice en el verso 12, se está refiriendo en el capítulo 52, perdón, verso 12, Isaías dice, pues no saldrán precipitadamente ni irán como fugitivos porque delante de ustedes irá el Señor y su retaguardia será el Dios de Israel. Verso 13, oigan, mi siervo prosperará, será enaltecido, levantado y en gran manera exaltado. Y verso 11 del 53 dice, Debido a la angustia de su alma, él lo verá y quedará satisfecho. Por su conocimiento, el justo, mi siervo, justificará a muchos y cargará las iniquidades de ellos. Entonces acá nosotros podemos ver que ese título que está haciendo referencia al término mi siervo, mi siervo, es una terminología clásica de lo que es el pacto, que nosotros también podemos ver en Isaías 42. ¿Va conmigo? Isaías 42. Verso 1 al 9. Este es mi siervo a quien yo sostengo, mi escogido en quien mi alma se complace. He puesto mi espíritu sobre él. Él traerá justicia a las naciones. No clamará ni alzará su voz ni hará oír su voz en la calle. No quebrará la caña cascada ni apagará la mecha que casi no arde. Con fidelidad traerá justicia, no se desanimará ni desfallecerá hasta que haya establecido en la tierra la justicia. Su ley esperará en las costas. Así dice Dios el Señor, que crea los cielos y los extiende, que afirma la tierra y lo que de ella brota, que da aliento al pueblo que hay en ella y espíritu a los que por ella andan. Yo soy el Señor, en justicia te he llamado, te sostendré por la mano y por ti velaré. y te pondré como, ¿cómo dice ahí? Pacto para el pueblo, como luz para las naciones, para que abras los ojos a los ciegos, para que saques de la cárcel a los presos y de la prisión a los que moran en tinieblas. Yo soy el Señor, ese es mi nombre. Mi gloria a otro no daré, ni mi alabanza a imágenes talladas. Las cosas anteriores ya se han cumplido y yo anuncio cosas nuevas. Antes que sucedan, se las anuncian. Allí, mis hermanos, en esos pasajes que le he mencionado, no solamente se está profetizando acerca de la humillación y la angustia que experimentó Cristo en su vida y muerte, sino también cómo su obediencia, la obediencia de Cristo a la voluntad del Padre, es la causa y es la base de nuestra redención. La obediencia de Cristo a la voluntad del Padre es la causa y base de nuestra redención. Amén. Si el hijo no decide obedecer o someterse voluntariamente al Padre, pues nosotros no podríamos ser llamados creyentes en este tiempo. No podríamos disfrutar de los beneficios de la salvación. Sería algo imposible. Nosotros podemos ver, por ejemplo, en Isaías 53, 5, que después de describir a Cristo como una persona que fue herida por nuestras transgresiones bajo el peso de la ira de Dios al cargar en él el pecado de todos nosotros, el verso 6, Isaías dice en el versículo 10, 53, 10, ¿lo pueden leer conmigo? 53, 10. Pero quiso el Señor quebrantarlo, sometiéndolo a padecimiento. Cuando él se entregue a sí mismo como ofrenda de expiación, verá su descendencia, prolongará sus días y la voluntad del Señor en su mano prosperará. En otras palabras, el sufrimiento de Cristo fue conforme a la voluntad del Padre y a través de la obediencia de Cristo a la voluntad del Padre se cumplió la voluntad del Padre. La entienden? Es decir, ellos planificaron eso, en otras palabras, desde la eternidad pasada. Era un plan predeterminado que todo iba a ocurrir así. Y eso traería como resultado la salvación de los elegidos. La salvación de los elegidos. Como dice el versículo 11 de Isaías 53, Lo lee conmigo, por favor. Debido a la angustia de su alma, él lo verá. ¿Quién es? Y quedará satisfecho. Él lo verá y quedará satisfecho. Dios el padre. Es decir, cuando el hijo se someta y sufra, él quedaría satisfecho. Por su conocimiento el justo, mi siervo justificará a muchos usted es el padre hablando, mi siervo, aquí está hablando de la obediencia activa al someterse a Cristo hasta ser tomado como un hombre humillación al llegar a ser un hombre y por eso le dice mi siervo, mi siervo justificará a muchos y cargará las iniquidades de ellos Entonces esa obediencia activa de Cristo Jesús logró la justificación de su pueblo. ¿Cuántos de los que están aquí son parte del pueblo de Dios? ¿Y cómo lo hizo usted? ¿Cómo logró ese beneficio? A través de los méritos de Cristo, así es mis hermanos. Entonces yéndonos al Nuevo Testamento nosotros podemos ver que esto fue un acuerdo entre el Padre y el Hijo. vámonos a filipenses dos seis al ocho filipenses dos seis al ocho acompáñenme por favor lea conmigo lo tenemos Dos seis al ocho, dice así. El cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres. Y hallándose en forma de hombre, se humilló él mismo, haciéndose obediente hasta la muerte y muerte de cruz. por lo cual Dios también lo exaltó hasta lo sumo y le confirió el nombre que es sobre todo nombre el hijo no fue obligado a aceptar ese plan de redención el hijo no fue obligado a ir a la cruz más bien mis hermanos el padre le dio un trabajo que hacer al hijo mira tú tienes que hacer esto pero el hijo se sometió voluntariamente a la voluntad del padre y la obedeció perfectamente. Eso es lo que nosotros vemos en el plan de redención. ¿Cuándo fue hecho el plan de redención? ¿En qué momento se dio ese plan? ¿Se orquestó ese, ese, ese, ese, ese, cómo se dice, antes del tiempo, así es. Allí se gestó todo, se organizó todo. Tenga eso pendiente, mis hermanos. Entonces, ahora bien, el Hijo lo hizo. Está todo bien, ¿verdad que sí? Pero detrás de esa obediencia siempre hay una recompensa. Aprenda eso, aprenda eso. Cuando usted obedece, Dios recompensa esa obediencia. Eso lo aprendemos porque el hijo se sometió voluntariamente y también obtuvo recompensa. Miren lo que dice, volvamos a Isaías por favor, Isaías 53. Isaías 53, 12. Ahí está la recompensa. Miren cómo dice. Por tanto, Yo le daré parte con los grandes y con los fuertes repartirá despojos, porque derramó su alma hasta la muerte y con los transgresores fue contado. Llevó el pecado de muchos e intercedió por los transgresores. Entonces, debido a que Cristo llevó a cabo el trabajo que el Padre le encomendó, él ganó la recompensa de un conquistador y el derecho a los despojos de la guerra, que eso era algo... Isaías lo está presentando como era la costumbre en aquel entonces. Cuando alguien iba a la guerra y vencía, a ese soldado le correspondía tomar de los despojos que había dejado el ejército que había perdido. Entonces, ese término que nosotros vemos allí en el verso 12, por tanto, Eso indica, mis hermanos, que la obediencia de Cristo, que fue descrita en los versos 1 al 11 de este capítulo 53. Tiene como consecuencia una recompensa. Una recompensa. Pero no solamente lo vemos allí, mis hermanos, vamonos a Filipenses 2. Filipenses capítulo 2. Pablo también refleja esto en Filipenses capítulo 2. Verso 9, Filipenses 2, 9 dice, Por lo cual Dios también lo exaltó hasta lo sumo, y le confirió el nombre, que es sobre todo nombre, para que al nombre, ¿de quién? se doble todas rodillas de los que están en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor para gloria de Dios Padre. La recompensa de Cristo por su obediencia fue, en primer lugar, la justificación de su pueblo, de los sus elegidos y la exaltación de su nombre, del nombre de Cristo, para que delante de él toda rodilla se doble. Nosotros lo haremos gozosamente, pero el impío, el pecador, lo hará por la fuerza, pero lo hará Entonces, de esa forma, Isaías 53, a la luz del Nuevo Testamento, nos enseña que nuestra redención es el resultado de que Cristo cumplió las condiciones y recibió la recompensa prescrita entre el Padre y Él. Eso es lo que nosotros podemos ver. Se llegó a este acuerdo, Cristo lo hizo, Cristo lo cumplió y fue recompensado. Vamos a otro pasaje bíblico, Zacarías capítulo 6, verso 12. Zacarías capítulo 6, verso 12 y 13, nos dice así. Y dile, así dice el Señor de los ejércitos, vendrá un hombre cuyo nombre es Renuevo, porque él brotará del lugar donde está y reedificará el templo del Señor. Sí, él reedificará el templo del Señor y él llevará gloria y se sentará y gobernará en su trono, será sacerdote sobre su trono y habrá consejo de paz entre los dos oficios. Allí habla acerca del renuevo. Un título que también utiliza Isaías, que también utiliza Jeremías. Eso no lo vamos a leer, eso es pasaje bíblico, pero ustedes lo tienen allí en sus libros. Isaías 4.2, Isaías 11.1, Jeremías 23.5, Jeremías 33.15. Aquí Zacarías dice que él reedificará el templo del Señor y él llevará gloria y se sentará y gobernará en su trono. Eso es lo mismo que nosotros hemos visto en el Salmo 110. Eso es lo mismo que nosotros hemos visto en Isaías 53. Es decir, este pasaje enfatiza esa recompensa que iba a recibir el Mesías por su obra realizada. Y también describe el pacto que estipulaba las condiciones de esta recompensa, como aquí dice el Consejo de Paz. Ese Consejo de Paz entre el Renuevo, que es Cristo Jesús, el Hijo, y Jehová, Dios, el Padre. Y esa palabra, Consejo de Paz, tiene connotaciones de pacto. porque nosotros vemos en Génesis 21, 22 al 23, cuando Abimelech y Abraham estaban conversando como parte de ese pacto que habían hecho entre ellos, y dice que ellos prometieron cumplir con eso, y ahí habla también de ese consejo de paz. Entonces, cuando habla de consejo de paz, está haciendo referencia a un pacto, También el Salmo 83.5 habla de los enemigos como tomando consejo entre ellos a fin de hacer un pacto. Entonces, aquí Zacarías, en el pasaje que acabamos de leer, cuando habla acerca del consejo de paz, está haciendo referencia a lo que es el pacto de redención, aunque no lo menciona así como tal. Está haciendo referencia al pacto de redención. El Evangelio de Juan. Vámonos a Juan. Juan proporciona muchísima evidencia del pacto de redención. Muchas referencias acerca de Cristo a la obra que Él vino a realizar. Por ejemplo, en el capítulo 4, Juan capítulo 4, Cuando él está hablando con sus discípulos, él dice en Juan 4.34, Mi comida es hacer la voluntad del que me envió y llevar a cabo su obra. Después, en el capítulo 5, cuando él está hablando con los líderes judíos, él declara de la siguiente forma, Juan capítulo 5, vaya conmigo por favor, no se me quede, Verso 30. Yo no puedo hacer nada por iniciativa mía, como oigo, juzgo, y mi juicio es justo porque, ¿cómo dice? No busco, sino la voluntad del que me envió. Verso 36, la parte B. lo voy a leer completo, pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan, porque las obras que el Padre me ha dado para llevar a cabo, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, de que el Padre me ha enviado. De la misma manera en Juan 6.37, hablando a las multitudes, Él dice, Juan 6.37, todo lo que el Padre me da, qué ocurre vendrá a mí y el que a mí y el que viene a mí de ningún modo lo echaré fuera verso 38 cómo dice porque he descendido del cielo no para hacer mi voluntad sino que cosa y verso 39 y este la voluntad del que me envió que de todo lo que él me ha dado Yo no pierda nada, sino que lo resucite en el día final. Juan capítulo 10, verso 18, seguimos leyendo. Nadie me la quita, sino que yo la doy de mi propia voluntad. Tengo autoridad para darla y tengo autoridad para tomarla de nuevo. Este mandamiento recibí de mi padre. ¿A qué está haciendo referencia Jesús allí? Nadie me la quita, creo que nadie le puede quitar a Jesús. La vida, Él voluntariamente la da, la entregó, pero ¿qué podemos ver allí? Que eso de venir y dar su vida fue un mandato ¿de quién? Del Padre, de Dios el Padre. También en Juan 12.49, Juan 14.31, Juan 15.10, no lo vamos a leer, pero todos esos comentarios de Jesús revelan claramente su misión en la tierra como la obra que el Padre le mandó que realizara. En Juan 10.18, Cristo dice que recibió un mandamiento del Padre, una orden que cumplir. Y esa orden requiere que Jesús lleve llevar a cabo la redención a favor de aquellos que el Padre le dio por medio de obedecer activamente los mandamientos del Padre. Los cuales incluían ir a la cruz para dar su vida como propiciación por nuestros pecados. Pero también Cristo lo deja muy claro en lo que se conoce como la oración sacerdotal de Cristo en Juan 17. Ese capítulo entero es una oración que está elevando a Jesucristo al Padre. Juan 17 dice Padre la hora ha llegado, glorifica a tu hijo para que el hijo te glorifique a ti. Verso 2 Por cuanto le diste autoridad sobre todo ser humano para que él dé vida eterna a todos los que le has dado. Verso 4 Yo te glorifique en la tierra habiendo terminado la obra que me diste que hiciera. Verso 5 Y ahora gloríficame tú padre junto a ti con la gloria que tenía contigo antes de que el mundo existiera. Entonces, a lo largo de toda esa oración, mis hermanos, Jesús se refiere a aquellos que el Padre le dio al Hijo. Es decir, los elegidos de Cristo. al menos siete veces lo vemos en Juan capítulo 17. Verso 6, dos veces, verso 9, verso 10, verso 11 y verso 24. La misión de Cristo era salvar a los elegidos por medio de la obediencia a la voluntad del Padre. Y al día siguiente, porque eso fue antes de morir, antes de ser entregado, al colgar de la cruz Sufrir la ira de Dios por los pecados de aquellos que el Padre le dio. Las últimas palabras que él dijo fue, Juan 19, 30. Consumado es. ¿Qué fue lo que quedó consumado? ¿Qué fue lo que quedó consumado? La obra que el Padre le dio que hiciese antes de la fundación del mundo. Eso fue lo que terminó, ya consumado es, ya lo hice, ya cumplí el mandato que el Padre me dio. Todo eso nos enseña, mis hermanos, todos esos pasajes que hemos visto revelan que hubo un plan, hubo un plan de parte de Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. No hemos visto la parte del Espíritu Santo, pero por lo menos hemos visto con detalle la obra, el plan que ellos elaboraron en la eternidad antes del tiempo, en la eternidad pasada, elaboraron ese plan. Por esa razón nosotros vemos cómo se cumple ese plan y cómo el Hijo se somete obedientemente a cumplir con la parte que le corresponde de ese pacto. Amén. Muy bien, entonces vamos a dejarlo hasta acá, vamos a dejarlo hasta acá para el próximo domingo, entonces concluimos con este primer capítulo, el pacto de redención. ¿En qué página quedamos? Página 24, ahí donde dice Efesios 1, 3 al 14. Yo le invito que por favor saque un tiempo durante toda esta semana, cualquier día a la hora que a usted le convenga. léase todo lo que resta de este capítulo uno y cuando usted venga y busque los pasajes bíblicos cuando usted venga acá le sea más fácil asimilar lo que estamos hablando si lo dejó para venir el domingo a leer usted va a estar perdido en el aire porque realmente esto demanda irse a la biblia leer y repasar men vamos a dejarlo hasta acá mis hermanos y si alguien tiene alguna pregunta este es el tiempo
La Gracia Antes Del Tiempo El Pacto De Redencion
Serie Vinculo Sagrado
Estudio en la Escuela dominical de adultos del libro: Vínculo Sagrado... Antes de la creación del mundo, ya existía un plan de enviar al Hijo como el segundo Adán para remediar los desastrosos resultados del fracaso del primer Adán en cumplir el pacto de obras en el jardín de Edén y llevar a la humanidad a la gloria. El pacto de redención no fue un "plan B" para arreglar el desastre que Adán hizo, sino el plan original de la obra de Cristo y del plan de redención.
Predigt-ID | 43222018521431 |
Dauer | 55:16 |
Datum | |
Kategorie | Sonntagsschule |
Sprache | Spanisch |
Unterlagen
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