“Les prometen libertad, y son ellos mismos esclavos de corrupción. Porque el que es vencido por alguno es hecho esclavo del que lo venció.” II Pedro 2:19

Pedro en este pasaje fue señalando a los creyentes del maestros falsos y sus doctrinas destructivas. El mensaje de estos maestros: ¡libertad! Pero hablaron de un libertad falso. Es muy común hoy día creer en un libertad que es un engaño. Libertad de reglas, libertad de un juzgado, libertad de vivir sin restricciones y según cada deseo personal. Parece bien, no? Es un mensaje popular. Muchos piensan como así: “Yo vivo para mí mismo, mi propio felicidad. Hago mis propias reglas. No tengo que contestar a nadie sobre mi vida.”

Aunque este mensaje tiene un anuncio muy atractivo, la realidad es que los que enseñan y vivan según esta filosofía ¡son esclavos! ¡Que interesante! Los que piensan que tengan libertad fuera de la voluntad de Dios, actualmente son esclavos. Cualquiera cosa o persona de que se da sí mismo—dinero, sexo, embriaguez, fama, orgullo—es su maestro! Muchas buscan una vida de felicidad y libertad aparte de Dios y en vez de libertad, encuentran una vida de esclavitud. Recuerde esto: el pecado siempre, siempre trae esclavitud. ¡Qué mentira, que destructiva!

La paradoja Cristiana es que, los que están vencido por Jesucristo experimentan la libertad verdadera. Esta vida tiene reglas sí, pero estas reglas son para prometer la libertad real del creyente. La regla de vivir una vida de pureza sexual, por ejemplo, provee que el creyente sea salvo de daño a su alma y consecuencias dolorosas. Provee que pueda disfrutar un relación de satisfacción profundo con Cristo.

Pero si no está vencido por Cristo, no va a vivir en esta manera. Qué piensa usted de Cristo? Si no sirve a Él, va a servir otra cosa, y recuerde que lo que sirve es su maestro! Las buenas nuevas de Cristo sobre pecado, salvación, arrepentimiento y fe, declaran la única libertad verdadera. ¡Búsquela!